Recambio (poco) diplomático
Sale Taiana, entra Timerman
La presidenta habría reprochado al canciller una supuesta “filtración” al periodismo, lo acusó de deslealtad y le puso a Boudou como ejemplo. Taiana no soportó más y dio el portazo. Lo reemplaza el embajador en EE.UU., un kirchnerista incondicional.
Jorge Taiana, canciller dimitente.
Horacio Serafini/El Litoral
[email protected]
CMI/DyN
“Una sucesión de pequeños desencuentros, ninguno de los cuales, por sí solo, ameritaba la renuncia, fue desgastando la relación”. De esta manera, una alta fuente diplomática explicaba anoche los motivos de la renuncia de Jorge Taiana, después de su temprana comunicación telefónica con la presidenta Cristina Fernández.
La gota que derramó el vaso de la presidenta y de su antecesor Néstor Kirchner fue la supuesta filtración periodística publicada ayer, que ellos le atribuyeron a Taiana, sobre la posibilidad de que Brasil participe en el probable monitoreo conjunto argentino-uruguayo del río Uruguay, que incluye la pastera Botnia (hoy UPM). La prueba es que nada hizo prever este desenlace la noche del jueves, cuando Taiana evaluó la Unasur con Kirchner, tras el viaje del ex presidente a Ecuador, y con la presidenta, la decisión de Gualeguaychú del cese temporal del corte en el puente binacional.
Celosos los Kirchner de que los medios no les determinen la agenda gubernamental, como sería el caso de la participación brasileña en el monitoreo (“Estaba en evaluación, pero aún no estaba madura la decisión”, confió la fuente), la presidenta le enrostró a Taiana la falta de confianza. O, si se prefiere, de lealtad.
Antecedentes
La acumulación de pequeños desencuentros que detonaron la renuncia también incluiría el malestar de Taiana por la supuesta “diplomacia paralela” en la relación con Venezuela. El último capítulo de ese desencuentro habría sido la ausencia del ex embajador en Caracas Eduardo Sadous ante la Comisión de Relaciones Exteriores de Diputados a raíz de su declaración judicial acerca de supuestos sobornos en el comercio con Venezuela. La citación formal de Diputados nunca habría podido ser autorizada por Taiana porque no le llegó. “Quedó varada en instancias intermedias del Palacio San Martín”, aseguró aquella fuente.
Hasta en ese conjunto de desavenencias se incluyen diferencias en torno a la posición respecto de la política nuclear de Irán. Taiana respaldaba la estrategia de Brasil de “contención y seguimiento” de Irán por los países en desarrollo. Su ahora sucesor, el embajador en Washington, Héctor Timerman, tendría en cambio una posición cercana a la de Estados Unidos, de rechazo a la estrategia brasileña. Su designación como canciller sería indicativa de hacia dónde se orientaría la Casa Rosada.
Cortocircuitos
Pero en ese desgaste pesaron también cortocircuitos públicos. Taiana tuvo que tragarse sapos cuando la presidenta lo culpó de su llegada tarde a una cumbre del Mercosur. O cuando descargó sobre él su ira por la visita del presidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang, denunciado por violaciones de los derechos humanos por Amnistía Internacional.
Y hasta cuestiones de forma. Por personalidad, Taiana es de perfil bajo, cuidadoso del buen trato, a diferencia del consabido estilo de los Kirchner. La manera en que la Rosada anunció su renuncia ratifica esa observación: sólo 24 segundos para despedir al canciller de los últimos cuatro años y medio, utilizó el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández
Taiana se bancó cosas muy difíciles de soportar. A él le habían loteado el ministerio”.
Andrés Cisneros,
ex vicecanciller.
Teléfono rojo
Jorge Taiana escuchó azorado el reto de la presidenta Cristina Fernández que lo llamó por teléfono para recriminarle, indirectamente, alguna relación con la filtración de la información acerca del rol de Brasil en el monitoreo argentino-uruguayo de la ex pastera Botnia.
Anoche, en la residencia presidencial de Olivos, Taiana estuvo dialogando con la mandataria y con Néstor Kirchner sobre la Unión Sudamericana de Naciones (Unasur), por lo que nada anticipaba el abrupto desenlace.
No era la primera vez que el ahora ex canciller, cuyo perfil disciplinado y extremadamente fiel al proyecto K lo llevó a reemplazar al “rebelde” y demasiado “autónomo” Rafael Bielsa, escuchaba alguna reprimenda de la mandataria y, oportunamente, de Néstor Kirchner.
Sin embargo, nada hacía prever que una frase de la presidenta lo haría romper el silencio a Taiana: “Tenés que ser leal como Boudou”, le dijo Fernández de Kirchner. Incluso, hasta lo acusó de “traidor”, dicen.
El por entonces ministro de Relaciones Exteriores, que siempre hizo un culto del verticalismo, no dejó pasar la ocasión y, respaldado en muchos años de militancia que en los ‘70 lo llevaron a ser encarcelado, dijo “Basta”. Acto seguido le reprochó a Cristina Fernández que le pusiera como ejemplo un ministro proveniente de la Ucede y sin lealtad. Le recordó su larga militancia en el peronismo y le comunicó, tajante, que renunciaba en forma indeclinable. Tras lo cual, le cortó la comunicación.
Luego vendría la carta manuscrita con su renuncia, enviada ayer a las 10 de la mañana al secretario de Legal y Técnica, Carlos Zanini. Y las explicaciones acerca de las “diferencias” y “falta de apoyo” a su gestión en la Cancillería.
En el Palacio San Martín, los miembros del cuerpo diplomático aducen que lo que le jugó en contra a Taiana fue el excesivo protagonismo de los últimos días encaminando el conflicto por las trabas a las importaciones con China y dando un paso importante en la recomposición de la relación con Uruguay.