EDITORIAL

Recuperación y oportunidad

La Municipalidad santafesina convino con el gobierno nacional la concesión por una década de la ex Estación Belgrano que, en el marco del acuerdo, podrá ser destinada a actividades culturales y recreativas o como centro de convenciones y exposiciones, aunque no para emprendimientos comerciales. También está prevista su eventual recuperación como cabecera ferroviaria, en caso de que prosperen proyectos para la reactivación de este sistema de transporte, por lo cual, una cláusula específica del acuerdo veda cualquier intervención que pueda conspirar contra esa posibilidad en el futuro.

Luego de haber sido testigos del progresivo y doloroso deterioro de uno de los edificios emblemáticos de la ciudad -cuya imponencia domina el paisaje desde el extremo este del bulevar Gálvez-, los santafesinos asistieron en los últimos años a su paulatina pero sostenida recuperación. La reparación de la fachada, la puesta en valor del hall y la planta baja, la habilitación de dependencias municipales, la realización de actividades relevantes que convocan a buena cantidad de gente, como fue la última edición de la Feria del Libro, permiten recuperar la atención de los ciudadanos, y atraer a vecinos y vecinas hacia ese espacio que durante demasiado tiempo estuvo cerrado, literal y simbólicamente, al uso público.

Es que en los últimos años la estación fue noticia por la presencia de personas sin hogar que buscaban refugio en sus andenes, además de servir de cobijo a miles de evacuados durante la inundación de 2003. Sucesivos intentos de convertir las instalaciones en un centro comercial dieron lugar a otras tantas frustraciones, y el transcurso del tiempo amenazaba con echar a perder ese capital arquitectónico, por efecto del abandono y la destrucción.

La actual administración municipal tomó a la recuperación de la Estación Belgrano como uno de sus ejes emblemáticos. Y así, el avance de trabajos encarados desde el gobierno de la ciudad y la temprana utilización de las instalaciones -aún por entonces en un notorio grado de precariedad- comenzaron a instalar en la comunidad la idea de que se trataba de un lugar recobrado y aprovechable.

Es cierto que este avance se topó con resistencias y obstáculos formales y administrativos que, en algún momento, amenazaron con hacer caer todo el proyecto. Afortunadamente, la legitimidad de la pretensión y la razonabilidad del uso asignado al predio -lo que conlleva su recuperación material y mantenimiento- se impusieron, y esto permitió arribar al actual convenio que, aun con las restricciones apuntadas, confiere el marco legal a la política desarrollada al respecto.

Por todo lo expuesto, esta noticia no constituye un mero encuadre normativo, sino el corolario de un intento genuino por preservar el patrimonio santafesino y lograr para la comunidad un espacio privilegiado para la cultura y el esparcimiento.