Con 192 espectáculos en un mes

El Festival de Salzburgo celebra

sus 90 años de realizaciones

El consagrado Daniel Barenboim dirigirá a la Filarmónica de Viena en el “Concierto de Apertura”. Otra argentina, Martha Argerich, participará del brillante encuentro.

De la redacción de El Litoral

El Festival de Salzburgo inauguró ayer su 90 edición y, bajo el lema “Allí donde Dios y el hombre colisionan, surge la tragedia”, ofrecerá hasta el 31 de agosto un total de 192 espectáculos de ópera, música y teatro. El presidente de Austria, Heinz Fischer, inauguró el certamen y el maestro Daniel Barenboim pronunció el “discurso solemne” de la ceremonia en el Grosses Festspielhaus, el teatro principal de Salzburgo, que cumplió en la víspera medio siglo de existencia.

“En 2010 no sólo celebramos los noventa años del Festival de Salzburgo, sino que también conmemoramos la inauguración del Grosses Festspielhaus construido por Clemens Hozmeister hace 50 años”, señaló el jefe artístico del certamen, Jürgen Flimm. “El 26 de julio de 1960, Herbert von Karajan fue el primero en dirigir un concierto, al frente de la Filarmónica de Viena, en esta sala. Exactamente 50 años después, Barenboim dirige a la misma orquesta en el “Concierto de Apertura’, en la misma sala”, destacó.

Además de Barenboim, maestros como Mariss Manson, Riccardo Chailly, Riccardo Muti, Christoph Schenbach, Bernhard Haitink, Simon Rattle y Valery Gergiev dirigirán a los músicos de destacadas orquestas, entre ellas la Filarmónica de Viena, la de Berlín o la Royal Concertgebouw Orchestra de Amsterdam.

El público podrá gozar de las voces de cantantes como Edita Gruberova, Elina Garanca, Anna Netrebko, Rolando Villazón o Joel Prieto, entre muchos otros.

Los pianistas Maurizio Pollini, Martha Argerich o Valery Afanassiev, y violinistas como Gidon Kremer o Anne-Sophie Mutter son algunos de los destacados solistas que actuarán en los escenarios de la ciudad que vio nacer a Wolfgang Amadeus Mozart.

Joyas en el programa

En consonancia con el lema de este año está el estreno mundial del nuevo trabajo de teatro lírico del alemán Wolfgang Rihm: la ópera titulada “Dionisio”, basada en textos del filósofo alemán Friedrich Nietzsche.

En memoria de la fundación del Festival en 1920 como un proyecto de paz dos años después del horror de la Primera Guerra Mundial, el festival ha invitado a la World Orchestra for Peace que interpretará música de Gustav Mahler. Nuevas son las escenificaciones de “Orfeo ed Euridice”, de Christoph Willibald Gluck, por Dieter Dorn; “Elektra”, de Richard Strauss, y “Lulu”, de Alban Berg.

El actor francés Gérard Depardieu será el narrador en un espectáculo en el que la Filarmónica de Viena y Riccardo Muti interpretarán la música de Sergei Prokofiev “Iván el Terrible”, escrita originalmente para la película homónima de Sergéi Eisenstein. El oratorio de Arthur Honegger “Jeanne d’Arc au bûcher”, basado en un texto de Paul Claudel, será dirigido por Bertrand de Billy, y Fanny Ardant recitará el papel de la protagonista.

Por primera vez, se rendirá homenaje al escritor austríaco Stefan Zweig, radicado en Salzburgo poco antes de 1920, con el estreno de la versión teatral de su relato “Angst” (“Miedo”) y la lectura de una de sus novelas menos conocidas, “Widerstand der Wirklichkeit“ (“Resistencia de la Realidad”), a cargo del actor Klaus Maria Brandauer.

Y, como todos los años, en la víspera de la apertura, se representó al aire libre la obra teatral “Jedermann“ (“Cualquiera”, sobre el enfrentamiento de un hombre con la muerte), del escritor austríaco Hugo von Hoffmannsthal, cofundador del certamen salzburgués.

La historia del festival, desde su acto antecesor, las “Fiestas de Mozart”, hasta nuestros días, pasando por los oscuros años del nazismo, y los altibajos provocados por la polémica, las intrigas y la política, puede verse en una amplia exposición multimedia, repartida en cinco museos y otros trece lugares de la ciudad.

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“Allí donde Dios y el hombre colisionan, surge la tragedia” es el lema de esta edición. Aquí, el director argentino-israelí Daniel Barenboim en el discurso de apertura.

Foto: EFE

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“Edipo en Colono” es la obra protagonizada por el excelente actor Klaus María Brandauer (“Mefisto”) y que, dirigida por Peter Stein, integra la grilla del Festival. Aquí, uno de los ensayos.

Foto: EFE

Profundo abismo entre dos pueblos

El maestro argentino-israelí Daniel Barenboim inauguró la 90 edición del festival de verano de Salzburgo con un emotivo llamamiento a israelíes y palestinos a acercarse mutuamente y buscar de forma activa la paz. “Esperar no es nunca una opción para la paz porque, si esperamos, lo único que se logra es que se adelanten los elementos impacientes militantes”, dijo el director de orquesta en un discurso solemne en el Grosses Festspielhaus, el teatro principal de Salzburgo, que cumplió ayer medio siglo de existencia. Resaltó que la solución del conflicto entre israelíes y palestinos está “exclusivamente en sus manos y no en alguna mano externa, no importa cuán influyente sea”. Barenboim, quien emigró de su Argentina natal a Israel en los años cincuenta del siglo pasado, aseguró estar “agradecido tanto de poseer la ciudadanía israelí, como la palestina. Sin embargo, siento dolor, me siento personalmente desgarrado por aquel corte que hay entre palestinos e israelíes”, agregó. “Nada de lo que yo diga puede sanar esa herida, ninguna sonata, sinfonía u ópera puede cerrar el profundo abismo entre dos pueblos que no tienen la voluntad de dar los pasos necesarios hacia el acercamiento mutuo”, aseveró. En ese sentido, recordó que el prestigioso festival de música, ópera y teatro de Salzburgo fue fundado hace 90 años como un proyecto de paz tras el fin de la Primera Guerra Mundial, entre otros, por el dramaturgo Max Reinhardt, que sólo 17 años más tarde se vio obligado a huir del régimen nazi. Pero ya en 1920 hubo manifestaciones antisemitas que amenazaron con la interrupción del estreno mundial de la obra “Jedermann“ (“Cualquiera“) de Hugo von Hofmannsthal.

Salzburgo, ciudad que Barenboim visitó a los 9 años, en su primer viaje fuera de Buenos Aires, no sólo le transmitió “descubrimientos musicales”, sino que también fue donde despertó su “conciencia sobre la historia del pueblo judío en Europa”. El director instó al selecto público del acto a buscar la forma de que este festival asuma responsabilidad para combatir las ideologías extremistas y radicales, después de plantear algunos interrogantes. “¿Cómo es posible proclamar que se desea la paz sin hacer espacio a los mismos derechos fundamentales para todas las personas? ¿Cómo es posible decir que uno desea la paz y, al mismo tiempo, permitir que movimientos políticos xenófobos sean cada vez más populares en todas partes en Europa?”, dijo Barenboim. “La incómoda verdad es que la palabra paz es algo más que un estado de no agresión”, sentenció. El discurso de Barenboim siguió a las palabras con las que el presidente federal de Austria, Heinz Fischer, inauguró oficialmente el certamen.