Dos de los enfermos estuvieron en el Mundial de Sudáfrica

Sarampión: 3 casos sospechosos

encendieron el alerta nacional

La enfermedad se eliminó de Argentina en el año 2000. Representantes de epidemiología de todo el país, entre ellos Santa Fe, se reunieron hoy en el Ministerio nacional para evitar que se propague.

Sarampión: 3 casos sospechosos encendieron el alerta nacional
 

De la redacción de El Litoral

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Tres casos sospechosos de sarampión, enfermedad muy contagiosa eliminada del país en 2000, disparó el alerta en el sistema sanitario nacional. Esta mañana se reunieron en Buenos Aires todos los representantes de Epidemiología y de los programas de Inmunización de las provincias para coordinar medidas, en base a un protocolo de actuación ya existente, con el fin de bloquear el contagio y evitar la reintroducción de sarampión en Argentina.

Dos de los enfermos estuvieron en Sudáfrica durante el Mundial de fútbol y viven en la provincia de Buenos Aires. Uno retornó el 14 de julio y el otro el 22, y uno de ellos le había transmitido el virus a su hijo de 15 años.

“Un solo caso ya se considera brote y hay que tomar medidas inmediatas”, dijo a El Litoral la coordinadora del Programa Nacional de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles, Carla Vizzotti.

Con ese fin se convocó a todas las autoridades provinciales para informales la situación actual y aceitar todos los mecanismos de alerta. “Nos preocupa que haya venido más gente de Sudáfrica con fiebre y ronchas y no se haya pensado en sarampión”.

Muy contagioso

El sarampión es muy contagioso, se transmite a través de las vías respiratorias, y puede ser muy grave en menores de cinco años. No tiene un tratamiento específico y se previene a través de una vacuna. Por eso, “la principal recomendación es que todos estén vacunados, que los chicos tengan el esquema completo y que los adultos entre 15 y 39 años que no hayan recibido la dosis se la coloquen”, dijo la coordinadora.

En Argentina “la situación es relativamente buena”, calificó Vizzotti. En los últimos años se realizaron tres campañas que alcanzaron una “alta cobertura de la población”: en 2006 estuvo dirigida a mujeres y se cubrió un total del 98.8 %; en 2008 a varones (92%) y en 2009 a niños menores de 5 años (99%).

Dar el alerta

Vizzotti destacó otras dos recomendaciones “muy importantes”. Una para la población: “Ante síntomas de fiebre mayor a 38º y erupción en piel, consultar inmediatamente al médico”. La segunda es para los médicos: “Ante la sospecha clínica, siempre hay que pensar en sarampión y hacer la notificación al instante”. ¿Por qué? “Como hace 10 años que no hay casos autóctonos en el país, los médicos más jóvenes pueden no pensar en sarampión y es muy importante que avisen ante la mínima sospecha porque hay que implementar acciones de contención, aunque después se descarte”. Esto implica, bloquear los contactos con otras personas, hacer un seguimiento y vacunar.

La vacuna antisarampionosa sigue siendo el modo más eficaz de prevenir la enfermedad.

Foto: Archivo El Litoral

La enfermedad

El sarampión es una enfermedad infecciosa aguda, extremadamente contagiosa y causa importante de morbilidad, mortalidad y discapacidad. La susceptibilidad es universal. El modo de transmisión es de persona a persona, por microgotas de secreciones nasales o faríngeas suspendidas en el aire, a través de la tos o estornudo (aerosol).

El período de mayor transmisibilidad se da entre los cuatro días previos y los cuatro días posteriores al inicio de la erupción. Las tasas de ataque secundario son superiores al 90% entre contactos susceptibles en el hogar. El período de incubación, tiene una duración habitual de 7 a 21 días, promedio 14 días hasta que empieza la erupción.

Los grupos de riesgo para padecer complicaciones son los lactantes, niños desnutridos, pacientes con enfermedad de base, entre otros.

El tratamiento es sintomático y las medidas de sostén son las medidas generales para casos febriles y el tratamiento específico de las complicaciones (daño ocular o ceguera, otitis media aguda, neumonía, diarrea, encefalitis).

Las medidas preventivas se centran en la aplicación de vacuna que contenga el componente antisarampionoso. Otras medidas incluyen la sensibilización y captación oportuna de casos, la educación a la población sobre el modo de transmisión y el cumplimiento del esquema de vacunación.

Las medidas de control se centran en la notificación obligatoria a las autoridades de salud, el aislamiento de los niños (no deben asistir a la escuela hasta una semana después de la erupción y en los hospitales debe ser estricto el aislamiento respiratorio), así como la vacunación según esquema regular.

(Fuente: Programa Nacional de Eliminación de Sarampión/Rubéola. Dirección de Epidemiología del Ministerio de Salud de la Nación)

Antecedentes

En Argentina el virus del sarampión circuló libremente provocando brotes cada 3 a 4 años afectando alrededor de 70.000 personas por año hasta 1972, fecha en que se introdujo la vacuna antisarampionosa, primero como estrategia de campaña y luego en forma de programa regular, lográndose una reducción importante en el número de casos.

Desde el año 2000, no se habían confirmado casos de sarampión en la Argentina hasta que el año pasado se detectaron dos casos de hermanos mellizos de 10 meses de edad en la ciudad de Buenos Aires que habían tenido contacto con familiares provenientes del norte de Italia.

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