¿Es la Argentina un país viable para un desarrollo equilibrado? Parte III

Alberto E. Cassano

En dos artículos anteriores se han abordado temas en donde el hilo conductor es el problema de la necesidad de encontrar las condiciones para generar empleo y erradicar la desocupación y la subocupación. En realidad se trata de hallar soluciones de fondo para las consecuencias más importantes del flagelo de la pobreza y la indigencia. Como es de dominio público las estimaciones oficiales hechas por el Indec difieren en gran medida de las realizadas por consultoras privadas. Con el objeto de evitar comparaciones puntuales, tal vez resulte más conveniente analizar los datos de la inflación publicados por la Fundación Libertad, que compara los cifras a partir del año 2007 (en que el Indec dejó de funcionar como lo hacía en forma habitual) y el año 2009. Para ello utiliza los valores oficiales por un lado, y el promedio de las evaluaciones realizadas por las siguientes consultorías privadas: SEL Consultores, Ecolatina y Observatorio de la Deuda Social de la UCA. Resumidamente, los datos se muestran en las dos tablas adjuntas (ver cuadro 1)-

Las cifras del Indec, si no fuera por su falsedad, resultan de gran utilidad para el Estado por las implicancias que tienen en el cálculo del Coeficiente de Estabilización de Referencia (CER) y su incidencia en la deuda pública. Pero deforman totalmente el resto de las conclusiones que afectan a la vida de los argentinos. Con ellos se calculan la Canasta Básica Alimentaria (CBA) que define la línea de indigencia y la Canasta Básica Total (CBT) que define el umbral de la pobreza. El detalle del procediendo ha sido muy bien explicado en un artículo muy informativo publicado en El Litoral el día 14 de agosto de 2010 y no es necesario repetirlo. Los datos más valiosos que se pueden deducir, se incluyen a continuación (ver cuadro 2).

Una comparación muy reciente realizada por Fiel para el cálculo de la CBA y la CBT, con números de consultoras privadas y del Indec, arroja los siguientes resultados para el mes de abril de 2010 (ver cuadro 3). Queda claro que los valores de los cálculos del porcentaje de pobres e ingentes en uno y otro caso difieren totalmente. De acuerdo a los guarismos de la segunda columna, de abril de 2009 a abril de 2010, el indicador de indigencia aumentó un 15,9%, afectando a los más desposeídos y el umbral de pobreza en el mismo período aumentó 20,7 %. (Por otra parte, según los datos oficiales, entre el año 2003 y el año 2009, el índice de pobreza se habría reducido de 47,8 % a 13,2 %).

De cualquier forma, se debe reconocer que aún con cifras de dudosa credibilidad (pero que como elemento de comparación mantienen valor) según un estudio presentado por la Anses, a partir de la implementación de la Asignación Universal por Hijo (AUH) que comenzó aplicarse en octubre de 2009, a fines de abril de 2010, la pobreza disminuyó un 30% y la indigencia un 70%. Estos valores, aun como una aproximación, tienen cierta racionalidad. En cualquier caso, de acuerdo a la inflación real calculada en noviembre de 2009 y la existente en abril de 2010, la AUH ya había perdido el 11,5% de su poder adquisitivo. Si se toman los datos del índice de Pobreza de las estimaciones privadas y se acepta como válida la reducción del 30 % que indica la Anses, el porcentaje de pobres se redujo al 22,5%. Para una población de aproximadamente 40.000.000 de habitantes, esto significa que en la Argentina existen todavía alrededor de 9.000.000 de pobres. Con las mismas reservas, pero manteniendo su valor comparativo, la Encuesta Permanente de Hogares del Indec, señalaba en diciembre de 2009, que el Gran Santa Fe encabezaba el porcentaje de desocupados con un valor de 13%.

Estas cifras no pueden ser solamente el resultado de desplazamientos producidos por cambios en el paradigma productivo mencionado en los trabajos anteriores. Las causas e implicancias de estos datos serán los temas de las próximas contribuciones.

(Continuará).

¿Es la Argentina un país viable para  un desarrollo equilibrado? Parte III

Contrastes. Los datos de la pobreza e indigencia -que arrojan las diferentes mediciones que se realizan en el país- se plasman en la realidad de las ciudades argentinas.

foto mauricio garÍn

Inflacion - pobreza2.pdf
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