ESTE DOMINGO

De árboles nativos y toques murgueros

A partir de las 15, los chicos de Manzanas Solidarias estarán en la Feria de Artesanías de la Costanera. Será una muestra de los trabajos que llevan adelante en la institución.

DE LA REDACCIÓN DE EL LITORAL

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Este domingo, a partir de las 15, los chicos de Manzanas Solidarias estarán en la Costanera, en la Feria de Artesanías que está frente a la Universidad Tecnológica, con una muestra y venta de árboles nativos y con toques murgueros. Es una propuesta que nació de los chicos de la huerta y del taller de ecología, a los que se sumaron los talleres de música, con la murga de la playa y el taller de instrumentos de viento.

El taller de ecología surgió este año “como una actividad de extensión de la UNL, con estudiantes de biología, algunas de los cuales ya participaban en Manzanas Solidarias”’, cuenta Liliana Berraz, integrante de la institución.

“Durante los meses que duró la experiencia, los chicos pudieron profundizar conocimientos sobre las plantas, sus características, germinaciones, tipos de suelos y árboles nativos. Visitaron los laboratorios de la UNL donde pudieron ver con microscopio células vegetales. También recorrieron la reserva, y vieron videos por el tema “destrucción de bosques”, efectos de la sojización y plantaron en algunas veredas del barrio arbolitos producidos en la huerta”, enumera Liliana.

Y en ese recorrido, también pudieron visitar la huerta orgánica de don Ramón, en el noroeste de la ciudad. La nueva parada es este domingo: la exposición y venta será con toques murgueros y sonidos de saxos y clarinetes. Luego pasarán la gorra y con esos pesitos tienen ganas de volver a salir de paseo, la última vez pudieron recorrer las islas en el catamarán.

RITMOS

“Con estos talleres, intentamos posibilitar la participación de los chicos en la vida cultural de la comunidad a través de una de sus expresiones más inmediatas y placenteras, como es la música, y al mismo tiempo estimular el desarrollo de la autoestima en un contexto afectivo, lúdico y de aprendizajes múltiples”, señala Enzo Valls, quien coordina los talleres de música.

Allí los chicos no solamente “aprenden haciendo” a desarrollar la percepción auditiva y a tocar instrumentos sino que también ponen en práctica conductas de integración y de trabajo grupal que redunden en beneficio del desarrollo personal y de la identidad individual y comunitaria.

El de murga nació a fines de 2004 y por él ya han pasado ya dos “generaciones” de murgueros. “Nos servimos de la relativa facilidad de aprendizaje que ofrecen estos instrumentos para conocer y practicar diferentes ritmos populares del continente. Como consecuencia de ello los chicos desarrollan la percepción auditiva (sobre todo con relación al ritmo), la expresión y la creatividad musical y de movimiento corporal”.

“Se trata también de promover valores presentes en una buena vida comunitaria: principios democráticos, organización, programación, compañerismo y solidaridad”, agregó Valls.

A lo largo de estos años, se han creado, en diferentes barrios, tres agrupaciones murgueras a partir de estos talleres: los Murgueros del Chaquito (paraje el Chaquito), los Duendes de la Chaque (barrio Chaqueño) y la Murga de la Playa (Playa Norte). Esta última permanece plenamente activa y renovada con la incorporación de chicos cada vez más pequeños y entusiastas, habiendo crecido teniendo a sus hermanos y amigos más grandes como estímulo y modelo.

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La propuesta es de los chicos de la huerta y del taller de Ecología, a la que se sumaron los talleres de música. En caso de mal tiempo, se traslada al próximo domingo. Foto: ARCHIVO EL LITORAL

Con saxos y clarinetes

Durante una fiesta de fin de año de 2007, los chicos pudieron ver y escuchar de cerca dos instrumentos (un saxo alto y un clarinete), tocados por dos allegados de la asociación, y también acompañarlos rítmicamente en la interpretación de “San Pascual Bailón”, una hermosa danza cubana tradicional.

Aquel fue el primer paso hacia una idea ambiciosa y compleja como es la de la formación de una banda musical con instrumentos de viento y de percusión.

Un subsidio obtenido por esta asociación, a fines de 2008, posibilitó la adquisición de dos saxos y dos clarinetes con los cuales finalmente pudieron dar inicio, en marzo de 2009, a un primer taller.

“El trabajo con instrumentos de viento apunta a introducir a los chicos en una dimensión musical totalmente nueva para ellos, aprovechando y desarrollando las numerosas habilidades y capacidades que estos instrumentos requieren y al mismo tiempo brindan: postura, control de la respiración, coordinación motriz fina. A su vez se trata de desarrollar la percepción auditiva con relación a la melodía y a la armonía, así como una primera aproximación a la lectura musical”, sostiene Valls.