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“La dicha del idish”

 

La destrucción del centro europeo de la vida judía, a mediados del siglo pasado, incidió en la vigencia del idish como lengua madre. Como especifica el Prof. Abraham Lichtenbaum, “muchas generaciones fueron educadas con la concepción ideológica de que un capítulo se había cerrado en la cultura judía y los valores del pasado se contradecían con las necesidades tecnológicas del presente y del futuro”, pero a la vez señala que “el idish comenzó, en las últimas décadas, a ser motivo de estudio en grupos de adultos que quieren renovar, revivir y repensar su identidad”.

Graciela Lewitan de Eidelsztein presenta en “Pu, pu, pu. La dicha del idish”, una serie de dichos, refranes y proverbios populares, agrupados por temas. Cada expresión está escrita, primero, en idish (algunos en hebreo); luego, en una segunda línea, en fonética española (muchas palabras del idish provienen del hebreo, y aquí, las palabras del hebreo fueron escritas en fonética de acuerdo con la pronunciación en idish y, entre paréntesis, se indica cómo se pronuncia en hebreo); en tercera línea se detalla el significado literal, traducido palabra por palabra, y en la línea final se anota el sentido real de la expresión, que a menudo presenta distintas interpretaciones.

Transcribamos aquí algunos dichos, remitiéndonos sólo a su versión en castellano y a su eventual explicación:

* “Mejor un judío sin barba que una barba sin un judío” (Dicho que intenta anteponer la vida ante todo, frente a las frecuentes persecuciones).

* “Todo en uno no hay en ninguno” (Nadie es perfecto).

* “Que uno no sea puesto a prueba de lo que se puede acostumbrar” (No existe límite para todo lo que una persona es capaz de acostumbrarse, pero mejor es no ser puesto frente a ello).

* “No recuerdes algo cuando lo miras, sino míralo cuando te acuerdes” (Se refiere a la importancia de tener presentes a las personas sin necesidad de aniversarios, fechas fijas, objetos o regalos).

* “La casa arde y el reloj anda” (A pesar de los problemas más terribles, la vida continúa. También: “¡Movete!” o “¡Las papas queman!”).

* “Así como uno prepara la cama, así se duerme” (De la preparación adecuada depende el éxito).

* “Cuando el ratón está satisfecho, la harina es amarga” (No valorar lo que se posee; ingerir alimentos fuera de hora y no tener hambre a la hora de la comida).

* “Tomá el martillo y sacate eso de la cabeza” (Sacate esa idea fija).

* “Mejor con un ladrón conocido que con un rabino extraño” (Más vale conocido que bueno por conocer).

* “Ay Dios, probá mi compota y vas a saber qué gusto tiene” (Dios, cuando pruebes de lo mío entenderás los problemas que tengo).

* “En Dios se debe tener esperanza, pero no hay que quedarse dormido” (No se puede esperar que todo provenga de Dios).

* “Los chicos mastican lo que los grandes escupen” (Si los adultos cometen infidencias, pueden ser delatados por los niños).

* “Lindo como un entierro” (Ironía acerca de una persona feo o de un suceso desagradable).

* “Que crezcas como una cebollita: con la cabeza en la tierra, los pies en el hospital y las manos en la iglesia” (Maldición).

* “Sin mal de ojo: pu, pu, pu” (Se dice acerca de algo muy lino o que está muy bien hecho; se trata de evitar que se malogre por el mal de ojo que otros puedan proferir sobre aquello. Pu, pu, pu es la onomatopeya que remeda las tres escupidas que se acostumbraba a efectuar para evitar el mal de ojo y la mala suerte”).

* “Paz sobre vosotros, sobre vosotros paz” (Saludo tradicional. Quien entra dice: “Sholem aleijem”, y el que se halla en el lugar responde: “Aleijem sholem”). Publicó Sudamericana.