“Mataron para consumar el robo”
Condenado a perpetua por el crimen de Filippi
Padre e hijo fueron sorprendidos en su casa de calle Pedro Zenteno al 3600, por dos muchachos que presumieron ser clientes. Foto: Archivo El Litoral
La Justicia dictó la máxima pena para Julián Silva, que apeló la sentencia ante la Cámara. Dos delincuentes armados atacaron a Luis Filippi y su hijo Américo la mañana del 8 de enero de 2009.
Juliano Salierno
Veinte meses después del homicidio de Luis Américo Filippi, un vecino de barrio Barranquitas atacado en su casa de Pedro Zenteno al 3600, la Justicia Penal condenó a prisión perpetua a uno de los dos delincuentes que lo asaltaron.
El fallo dictado el 3 de septiembre por el juez de Sentencia Nº 6, Dardo Rosciani, recae sobre Julián Ubaldo Silva, un joven de 21 años que el 8 de enero de 2009 protagonizó el robo con consecuencias fatales. Ese día estaba acompañado por un menor de edad que también se encuentra privado de su libertad.
“Mataron para consumar el robo” afirmó Rosciani en la sentencia, en la que se sopesaron una gran cantidad de elementos probatorios, que le allanaron el camino al juez para emitir la máxima pena.
En apelación
La calificación legal adoptada para Silva fue la de “co-autor penalmente responsable de los delitos de homicidio “criminis causae”, doblemente agravado, por el uso de arma de fuego y por la participación de un menor de 18 años de edad”; también le atribuyó el “abuso de armas; y como autor de simple portación ilegal de arma de fuego de uso civil”. Mientras tanto, resolvió absolverlo “de culpa y cargo en relación al delito de resistencia a la autoridad”, ya que no se alcanzaron a comprobar tales imputaciones.
El fallo que lo compromete no está firme, puesto que Silva expresó inmediatamente después de haberse notificado que recurrirá a la Cámara de Apelación Penal. Dicha manifestación surgió luego de que se notificaran la fiscal Nº 5, Elena Perticará y la abogada defensora Sandra Arredondo, ninguna de las cuales objetó el fallo.
Falsos clientes
En la reconstrucción histórica del hecho se pudo determinar que aquella mañana del 8 de enero de 2009, Silva y su cómplice ingresaron a la casa de Pedro Centeno al 3600 haciéndose pasar por clientes.
Luis Américo Filippi, de 47 años, estaba con su hijo, también llamado Américo, que entonces tenía 17 años. Los asaltantes los sorprendieron en el primer piso de vivienda, en una habitación en la que se dedicaban a la venta de artículos de electrónica.
Hubo una discusión en la que el dueño de casa opuso resistencia y en la desigual pelea ante dos jóvenes armados, padre e hijo quedaron malheridos, tendidos en el suelo.
La abogada Arredondo no hizo objeciones en cuanto a la participación de su cliente, en cambio cuestionó “respecto de quien efectuara los disparos que dieron muerte a Filippi”. En esa línea solicitó el mínimo legal imponible para los delitos de homicidio calificado por el uso de arma de fuego en grado de partícipe secundario y lesiones leves.
Prueba en contra
Por eso el juez Rosciani trabajó arduamente en “determinar el grado de participación que le cupo a cada uno”. En tal sentido dijo que “aún aceptando que no haya sido el autor de la muerte -en el sentido de que no fue quien jalara el gatillo del arma que produjera dicho resultado- está totalmente claro que actuó en forma conjunta con M. (el menor) repartiéndose la reprochable tarea”, justificó.
Además del secuestro de las armas, ojivas y vainas servidas, la causa cuenta con los relatos de todos los miembros de la familia Filippi, que en ese momento estaban en la planta baja. El personal policial que actuó casi de inmediato logró las detenciones de Silva y su cómplice en las inmediaciones y recuperó la billetera del dueño de casa y un juego play station que había sido robado.
Por último, en poder de los asaltantes se encontraron dos armas de fuego -una pistola calibre 22 y un revólver del 38-, que más tarde se comprobó, fueron las utilizadas para cometer el crimen.