San Lorenzo será un Falcon, pero...

Colón no es una Ferrari aunque tampoco un “Fitito”

1_pa.jpg

El “Kitu” y el “Bichi”. Festejan juntos el “10” y el “20” de Colón. Desde el 8 de abril, en el torneo pasado, cuando despachó a Boca, los sabaleros no podían festejar en Santa Fe ante su gente. Foto: Pablo Aguirre

Con una señal de ajuste que dio la dupla y una gran predisposición de los futbolistas para adaptarse a los cambios, ganó bien por 2 a 0 y recuperó la sonrisa.

 

Darío Pignata

[email protected]

De la línea de tres a una defensa zonal bien parada con escasas proyecciones de los laterales: Raldes, nunca; Quilez, un ratito. De volantes centrales líricos para jugar -ejemplo: Ledesma- a dos tapones que nunca pasaron la línea del balón e hicieron las veces de escudos delante de la defensa. Entonces, ganando 1-0, esa muralla de seis fue un embudo en el que San Lorenzo cayó siempre de manera infantil. Hasta acá, aparecen como cambios defensivos y amarretes para lo que era la propuesta anterior del Turco Mohamed.

Pero, de ahí para arriba, los cuatro restantes quedaron liberados para jugar, atacar, lastimar y pensar en el arco rival. En realidad, muchas veces el anunciado 4-4-2 pasó a ser un 4-2-2-1-1, porque el “Pipita” Higuaín “volanteó” y quedó “Bichi” solo arriba como referencia de área. Se mantuvo, eso sí, la idea de marcar en zona escalonada las pelotas quietas defensivas, lo que implicaba todo un riesgo por los gigantes de San Lorenzo: Herner, Bottineli, Balsas. Sin embargo, no hubo temblor. Y en esto también hubo méritos del arquero Marcos Díaz, quien no inventó nada con pelota mojada: a los primeros tres centros que cayeron en el área de Colón los despejó con los puños, evitando riesgos innecesarios que ya se pagaron caros en las fechas anteriores.

La convicción táctica de los jugadores en el nuevo esquema fue total. De la actitud, ni hablar: dejaron el alma en cada pelota, sabiendo que con la ida del Turco se había tocando fondo en serio después de dos años y medio de tranquilidad deportiva.

¿Éste es el puntero?

El fútbol argentino es un laberinto con 20 equipos, donde nada es previsible y cualquiera puede salir primero. Muchos entienden la frase de Ramón de “tengo un Falcon” por el lado de lo confiable. Pero, conociendo la picardía del riojano, usa la frase con el doble sentido: no gastó dinero para comprar un 0 kilómetro, potenció el usado. Cuando uno ve a San Lorenzo puntero -antes de comenzar la fecha- con estos nombres (¿qué dirá Sanfilippo, que entrenó delanteros en las inferiores de un “9” como Balsas?), se da cuenta claramente de que el mejor refuerzo está sentado en el banco. Y no es un jugador, sino el entrenador.

Con su oficio y viveza, el “Pelado” los agrandó en las primeras fechas. Pero ayer el Falcon se quedó sin nafta. Adentro de la cancha, con rendimientos bajísimos. En el banco, con un planteo mezquino, respetando demasiado a un Colón herido. Y, encima, con unas 4.000 almas azulgranas que empujaron para nada desde la cabecera del Fonavi.

¿Se vieron en la cancha los 9 puntos de diferencia que había entre estos dos equipos antes de arrancar la fecha? No sólo la respuesta es negativa, sino que, además, Colón fue siempre más. El mismo Ramón Díaz admitió que “Colón es un buen equipo, por algo complicó a Boca el otro día. Creo que nos ganaron bien”.

/// SÍNTESIS

COLÓN 2

SAN LORENZO 0

Colón: Marcos Díaz; Ismael Quilez, Ariel Garcé, Marcelo Goux, Ronald Raldes; Facundo Curuchet, Iván Moreno y Fabianesi, Mauro Bellone y Damián Díaz; Esteban Fuertes y Federico Higuaín.

DT: Mario Sciaqua-Roberto Marioni.

San Lorenzo: Damián Albil; Fernando Meza, Diego Herner, Jonathan Bottinelli; Diego Rivero, Juan Manuel Torres, Guillermo Pereyra, Diego Placente; Leandro Romagnoli, Aureliano Torres; Sebastián Balsas.

DT: Ramón Díaz.

Gol en el primer tiempo: a los 35 minutos, Damián Díaz (C).

Gol en el segundo tiempo: a los 46, Larrivey (C).

Cambios: en el segundo tiempo, desde la reanudación, Sebastián Luna (SL) por Meza; a los 13, Juan Carlos Menseguez por Juan Manuel Torres (SL); a los 20, Ricardo Gómez por Higuaín (C); a los 27, Fabián Bordagaray por Aureliano Torres (SL); a los 33, Alfredo Ramírez por Curuchet (C); a los 35, Joaquín Larrivey por Damián Díaz (C).

Cancha: Colón.

Árbitro: Saúl Laverni.

Colón no es una Ferrari aunque tampoco un “Fitito”
Colón no es una Ferrari aunque tampoco un “Fitito”

¿Qué produce el cambio?

Uno de los misterios con muy poca explicación futbolística se instala con el famoso click que hacen los equipos en crisis cuando se quedan si un técnico y llega otro. El “piquete” —así lo definió Mohamed— que le hicieron los jugadores en el vestuario de La Bombonera dejó en claro que no había ningún problema de manejo y/o convivencia entre el “Turco” y el plantel.

Sigo estando convencido que analizar porqué un equipo cambia tanto con la ida de un DT y la llegada de otro cuerpo técnico es más terreno de Bucay que de Macaya Márquez.

Lo cierto es que, para la vista, se notó un Colón distinto, más aguerrido para pelear las divididas y con tres o cuatro jugadores valientes para jugar a la pelota. Y hasta un equipo más rápido de movimientos, no tan largo en el campo, esperando ordenado con el 4-4-2 a la hora del retroceso.

Es cierto que hubo cambios posicionales y tácticos, como defender en zona, patrullar con dos volantes internos combativos y arriesgar con dos carrileros recontra-ofensivos. Pero básicamente los nombres fueron, en un 90 por ciento, los mismos que venían jugando con Mohamed. No es que Sciacqua-Marioni cambiaron medio equipo.

Gamboa vio lo mejor Colón

Sin hacer declaraciones a la prensa, Fernando Gamboa llegó al Cementerio de los Elefantes y vio el partido junto al presidente Germán Lerche. Antes, por lo que pudo averiguar El Litoral, charló con Mohamed a solas. De todo y de todos, como debe ser.

Increíblemente, para un entrenador que asume en medio de un equipo en crisis, el “Negro” Gamboa vio anoche la mejor versión de Colón en este campeonato. Por cómo jugó con autoridad el plantel y por lo que marcaban los papeles previos del rival (puntero antes de comenzar la fecha).

San Lorenzo, con su Falcon modelo Ramón Díaz, se quedó sin nafta en Santa Fe. Lo frenó y le quitó el invicto Colón, que hacía medio año no festejaba ante su gente.

Jugando el juego de Ramón con su Falcon, hay que decir que Colón no es la Ferrari que imaginamos podía ser con Mohamed más los refuerzos de jerarquía que trajo. Pero tampoco es un “Fitito” que anda mal y te deja “a pata” en cualquier momento.

1a_pa.jpg

La profecía de Damián

Desbordó Curuchet por derecha, llegó al fondo y tiró el centro atrás. Fuertes lo “cortinó” a Herner -pidieron foul del “20”-, pateó Higuaín y tapó Albil. El rebote le quedó a Damián Díaz entrando como carrilero izquierdo al área. El “10” no pateó de entrada, se tomó unos segundos para enganchar y la cruzó al ángulo alto. Un golazo.

Fotos: Luis Cetraro/Pablo Aguirre

2a.jpg

Una noche arribó Larrivey

Apenas un bonito gol en el Cilindro de Avellaneda era lo que depositaba Joaquín Larrivey en su cuenta bancaria sabalera. Anoche, el ex Cagliari entró y cerró el partido en el Cementerio de los Elefantes con una rara definición desde un ángulo muy cerrado para poner el 2-0 y desatar el delirio rojinegro.

Fotos: Pablo Aguirre