Tribuna política

Libertad es educar

Libertad es educar

Los chicos en la escuela. El sistema educativo es el camino para concretar un territorio económicamente próspero, socialmente justo y políticamente federal. Foto: Archivo El Litoral

Oscar A. Martínez (*)

“Educar a un niño no es hacerle aprender algo que no sabía, sino hacer de él alguien que no existía” . John Ruskin.

Educación es un término que se usa mucho, pero se entiende poco. Un término en el que muchos reformistas se enrolan, pero al llegar a escaños de poder político no invierten esfuerzos y recursos en incentivar.

Creemos en una Educación para lo concreto, y lo concreto es tener un sistema educativo destinado a delimitar un territorio económicamente próspero, socialmente justo y políticamente federal.

Debemos hacer, ya, el salto hacia las escuelas de tiempo completo. En Santa Fe, existen 300 mil chicos que no trabajan, ni estudian, ni tienen actividades culturales o deportivas, y mucho menos reciben formación para el trabajo. Además, las madres para sobrevivir deben trabajar y los chicos quedan “en banda”. Y sabemos que el ocio es la madre de todos los vicios.

Las escuelas doble jornada tienen que ser para todos. Los padres de los sectores medios y altos se dan cuenta de esto y cuentan con los recursos para que sus chicos tengan actividad plena, pero en general, poseen pocos hijos.

Por tanto, el Estado debería comenzar prioritariamente en los sectores más pobres, porque allí reside la mayor cantidad de nuestros niños. El 50 % de los chicos está en el 20 % de la población, que es la más humilde.

Por momentos escucho decir que los humildes no deben tener hijos y quienes dicen esto no se dan cuenta de que somos una provincia despoblada, un barrio de Pekín o de Shanghai. Para desplegar las capacidades de la provincia necesitamos más chicos. Hay que formar a los niños de nuestras clases humildes, porque ellos son nuestro futuro.

En una provincia como Santa Fe, las escuelas agrotécnicas tienen que proliferar.

Decir esto parece una zoncera, pero el sistema educativo posee una confusión bárbara. No tiene conducción de los gobiernos y pareciera ser que el objetivo es sólo cuidarse de que los docentes no pidan aumentos de salario. Sueño ver en Granadero Baigorria la reedición de lo que fue la Escuela Hogar de la época del justicialismo verdadero, y que hoy es un predio que tiene un enorme abandono. No estamos obligados a inventar la rueda. Hay que enseñar matemática, a leer, a escribir y a ser buenos y honestos ciudadanos.

En una época (1945), para alumnos de 12 a 16 años, existía un sistema donde se impartían 8 horas de clases divididas en prácticas de taller y formación teórica, técnica y humanística. En los talleres, la enseñanza se ofrecía mediante la participación en los procesos productivos. Se daba a los chicos ropa y comida. Este sistema duraba 3 años. Después, el ciclo técnico -que duraba 4 años-, y luego, la Universidad Obrera Nacional, donde también podían ingresar los egresados de las Escuelas Técnicas.

También tenemos que darles deporte. En China, le dan todos los días una hora de deporte. Cuidan la salud física del pueblo, porque resulta ser más barato a largo plazo.

Necesitamos que nuestros jóvenes realicen actividad física y estén saludables. Y hay que incentivarlos a través de la competencia. Si se quiere, no lo nombremos Torneos Evita, pongámosle Torneos Brigadier López, y de paso recordamos las habilidades físicas que tenían los blandengues cuando peleaban al mismo tiempo con los malones y con los porteños.

Debemos enseñar en la Escuela que el camino es el trabajo, porque en muchos casos y en muchas familias el chico no lo vivió.

Los docentes deben arraigarse en la comunidad, no pueden andar de un lugar para otro. Si tenemos que pagarle más, hay que hacerlo.

Los padres y las Comisiones Cooperadoras tienen que opinar sobre el desempeño de la educación de sus hijos, para de este modo ayudar a controlar el proceso educativo, comprometiéndose con él.

Soy hijo y nieto de docentes, sé de sus sacrificios y de las injusticias que han padecido y padecen. Mi abuela cobraba los sueldos cada seis meses y para comer tenía que venderle el salario a un usurero que se lo anticipaba sacándole parte de sus ingresos. Pero nunca se la tomó con los chicos porque sabía que el futuro estaba allí.

Es imperioso aplicar la tecnología. Miremos cómo la informática y las ciencias de la comunicación nos permiten tener educación de excelencia en todas partes. Observemos a los uruguayos con su Plan Ceibal y el Cardales. A las computadoras, le introducen un programa de inglés para que aprendan el idioma prácticamente solos. En pocos años, tendrán una población bilingüe.

En Chile, plantean un programa a 10 años que los convierta en un país bilingüe, español-inglés. Para realizar ese programa no tienen dos cabezas ni son marcianos. Entienden que tener acceso al idioma permite no sólo vincularse culturalmente, sino comercial y científicamente, para apropiarse del conocimiento de lugares remotos.

Promover la incorporación del mandarín es útil, porque allí está el futuro y de a poco hay que ir acercándose a él. Poder apropiarnos del conocimiento ajeno es una forma de ahorrar tiempo y no meter la “pata”, sobre todo en un mundo donde el conocimiento humano se duplica cada seis meses.

También debemos regionalizar las Universidades, para que se acerquen a las economías regionales y a sus demandas. No puede ser que el Frente Cívico y Social hable de la regionalización del Estado y de la construcción de una provincia equilibrada desarrollando de manera armónica las capacidades de nuestro territorio, y que por otro lado a la Universidad la manejen para promover candidaturas.

Todo el mundo habla del federalismo, pero tenemos una provincia centralizada en Santa Fe y Rosario.

Debemos convocar a las Universidades privadas. No importa a qué pertenencia ideológica responden, porque en definitiva colaboran en la difusión del conocimiento.

Los monopolios sólo alientan el quietismo, y eso no beneficia a nadie. Está claro que la enseñanza privada está reservada al sector con posibilidades de pagar, y no da una respuesta masiva, pero aumenta la educación y ello no puede ser contrario a nuestros objetivos. Si la Universidad pública es laica, por qué evitar el desarrollo de una educación religiosa si el hombre a lo largo de la historia ha demostrado que es un animal religioso. El objetivo es construir conocimiento provincial.

Abogados, como yo, y contadores hay suficientes. Necesitamos ingenieros. China está formando medio millón por año. Tenemos que formar en biología, el control satelital, el GPS, etc.

El tiempo de la educación es ahora. Dedicar nuestros esfuerzos y miradas para llevar a cabo un proyecto educativo serio en la provincia, es una realidad que las generaciones del mañana están reclamando a gritos, gritos que se escuchan desde el más vasto desierto de la ignorancia e ignominia futura.

(*) Presidente Fundación Centro. Líder Mov. 100 % Santafesino.

Tener acceso al idioma permite vincularse cultural, comercial y científicamente, para apropiarse del conocimiento de lugares remotos.

Debemos enseñar en la Escuela que el camino es el trabajo, porque en muchos casos y en muchas familias el chico no lo vivió.