Al margen de la crónica

Taxis y taxis

Las informaciones que llegan desde el exterior hablan de la desaparición de una imagen que identificaba a un país: en Camboya, los taxis humanos montados sobre bicicletas son casi un recuerdo, que da paso a los vehículos impulsados por motor. “El cambio del ritmo de vida en Camboya deja en la cuneta a ese ícono que fue el ciclo, su tradicional calesa adaptada a una bicicleta y casi el último vestigio de la época colonial francesa. Tras casi un siglo sirviendo como taxi en Phnom Penh, los ciclos se ven desplazados de las calles a medida que aumenta el número de vehículos a motor”, reza la información distribuida por la agencia noticiosa EFE.

Pero lo importante, a fin de poder trazar algún paralelo, es que para muchos de sus usuarios son poco seguros y más lentos. El ciclo camboyano consiste en una cesta en la que se sienta el pasajero empujada por una bicicleta de tres ruedas cuyo empleo se popularizó en Camboya hacia 1939, tras triunfar en la vecina Vietnam, cuando ambos países, junto a Laos, formaban la Indochina francesa.

La desaparición del ciclo de las calles no es sólo una pérdida de cierto patrimonio, pues con éste desaparece también una de las pocas formas que tienen los camboyanos más pobres para ganarse la vida o llevar a su hogar un dinero extra, porque la mayoría de los conductores de ciclotaxi son campesinos de provincias que sólo regresan a sus aldeas para la recogida de la cosecha anual de arroz.

Por estas tierras nada sabemos de este singular sistema de transporte, aunque, en los últimos años, los autos de alquiler -taxis y remises- se parecen bastante porque, en cada renovación del parque automotor que presta el servicio, los modelos se achican, se encogen y se tornan más incómodos. Las cuatro plazas supuestas, en muchos casos, son imposibles y si -además- se quiere cargar alguna valija se encuentran con un pequeño baúl ocupado hasta el tope con un cilindro de gas natural comprimido. Automóviles de los demoninados city car, que son para pocas personas o familias con chicos chicos, son usados como taxis o remises, dejando de lado la ordenanza que marca una cilindrada mínima de 1.600 cc. Y peor, sin aire acondicionado, la situación en el verano es insoportable para pasajero y conductor.

Sin formar parte de alguna postal turística como los ciclotaxis camboyanos, los servicios brindados por taxis y remises han sido alcanzados, al parecer, por la misma tendencia a la miniaturización que se aprecia en los teléfonos celulares. De aquellos 504 a estos autitos chiquitos en los que se viaja apretado e incómodo si se mide más de un 1,80 metro.