Tribunales

Toman testimoniales por el crimen de Cano

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Carlos Alberto Cano fue hallado sin vida por su mujer, la mañana del sábado 18 de septiembre. Foto: Archivo El Litoral.

Una mujer que se desempeñaba como empleada doméstica en la casa de J.P. López 740 fue citada hoy a declarar.

De la Redacción De El Litoral

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Varias hipótesis son las que manejan los investigadores en torno a la muerte cruenta que encontró Carlos Alberto Cano el sábado 18 de septiembre. El vecino de 78 años del barrio Guadalupe fue hallado por su mujer, Marcela Kloster, que hasta el momento es la única detenida en relación al hecho.

Esta mañana, el juez de Instrucción Sergio Carraro, le tomó declaración testimonial a una mujer sexagenaria, que se desempeñó tiempo atrás como empleada doméstica en la casa de calle J.P. López 740 y al parecer supo tener una estrecha relación con el dueño de casa.

La señora, se presentó hoy a media mañana en el Juzgado de Instrucción Tercera y estuvo acompañada por otras cuatro mujeres que la esperaban en los pasillos del subsuelo en el edificio de Tribunales.

Pistas a seguir

Mientras tanto, la Sección Homicidios de la Unidad Regional Uno de Policía sigue adelante con una batería de medidas ordenadas por el juez Carraro, en busca de datos que permitan reconstruir la historia de la víctima y por ende alcanzar al autor material del homicidio.

Entre las líneas investigativas sobresalientes apuntan al estudio de la situación patrimonial de Cano, que además de una imponente propiedad en el corazón de Guadalupe, contaba con una jugosa pensión como jubilado.

La relación del hombre de 78 años con su grupo familiar sanguíneo no escapa a la mirada de la Justicia. Ocurre que la unión de Cano con la joven Kloster, de 35 años, habría resquebrajado el vínculo con el resto de su entorno.

Indagatoria

Por su parte, Marcela Kloster fue indagada el miércoles de la semana pasada por el presunto delito de “homicidio”. La declaración fue tomada en presencia de su abogado defensor, puesto que en el juzgado tuvieron especial cuidado en que se cumpliera con todos los recaudos legales. En cuanto a la figura penal seleccionada y de mantenerse vigente su detención, podría agravarse en caso de que se acredite que estaban legalmente casados -homicidio agravado por el vínculo.

Con respecto a los dos hombres de 37 y 52 años que fueron arrestados el mismo día en que se descubrió el asesinato, recuperaron la libertad algunas horas más tarde y sus declaraciones ya constan en el expediente.

Si bien el hecho se produjo entre las 6 y las 9 de la mañana del sábado, llama la atención la escasa colaboración prestada por los vecinos más estrechos, cuyas viviendas rodean la casa de Cano. Desde un primer momento se mostraron reticentes a hablar con desconocidos y quienes fueron formalmente entrevistados aseguraron no haber visto ni oído nada.

 

/// EL DATO

La coartada

En su declaración indagatoria, la mujer de Carlos Alberto Cano relató los hechos tal cual lo hizo en un primer momento en sede policial. Marcela Kloster asegura que se encontró con el cadáver de su marido el sábado a media mañana, al regresar de la casa de su madre, donde había permanecido desde el viernes, junto a su pequeña hija.

En busca del asesino

El juez de Instrucción Sergio Carraro esperaba esta semana los resultados de la autopsia del cadáver, para ver si se sumaban elementos de prueba que le permitan alcanzar nuevas conclusiones.

Mientras tanto, lo que queda por analizar es la escena del crimen, el cuarto matrimonial de la pareja, habitación ubicada en el fondo de la casa a donde se accede por puertas y ventanas que al momento de la intervención policial se encontraban cerradas y sin signos de violencia.

No obstante, el dormitorio presentaba un cuadro de suma violencia. El cuerpo de la víctima estaba tendido sobre un charco de sangre y según los peritos el cadáver tenía varios golpes en la cabeza, de lo que luego se supo era un hacha de mano.

Por otra parte, en la vivienda se encontró un cenicero con seis colillas, lo que hace presumir que alguien ajeno a las personas que habitan el domicilio estuvo allí el día del crimen.

Además, la policía secuestró un video erótico que estaba colocado en el reproductor de DVD, lo que permite inducir que en el lugar podría haber existido actividad sexual.

Según el médico forense que trabajó en el lugar, se estima que el crimen se consumó entre las 5 ó 6 de la mañana del sábado y hasta no más de las 9 del mismo día por el estado en el que se encontraba el cuerpo.