Incertidumbre y posibles cambios

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La ministra Alicia Kirchner junto con otros familiares fue la primera en ingresar al Salón de los Patriotas Latinoamericanos. Foto: DyN/ Imagen por TV

Los diarios del exterior evaluaron el futuro político argentino tras la muerte de Néstor Kirchner: hablan de incertidumbres y cambios.

El País, de Uruguay, aseguró en su editorial que la situación del país “cambia radicalmente el panorama de su país y de la región”, y aseguró que “el ex mandatario argentino no fue un amigo del Uruguay”, ya que “tuvo actitudes de intervención inaceptables en la vida política internacional, y hasta de acoso al país, cuando sintió que no se correspondía su particular visión ideológica”.

Otro matutino oriental, La República, evaluó que “la ausencia de Kirchner pone en peligro el papel latinoamericano de Argentina en los próximos años, en tanto era el candidato seguro del peronismo a la Presidencia, cuyo triunfo era decisivo para que América del Sur siguiera viajando en esta larga ruta de la integración regional, con independencia y soberanía ante los grandes centros de poder mundial”.

El madrileño El País señaló que la muerte de Kirchner “abre muchos interrogantes en el panorama dominado por la fuerte personalidad de este político peronista, capaz de crear un movimiento que lleva su propio apellido: el kirchnerismo”.

“Con su muerte, puede morir también el movimiento conocido como kirchnerismo, un importante sector peronista, que ocupa el poder desde 2003 y que ha protagonizado una considerable recuperación económica y social del país”, indicó.

Para el periódico francés Le Monde: “La muerte de Néstor Kirchner transforma la escena política argentina y la del continente latinoamericano”. En Estados Unidos, el columnista del Miami Herald, Andrés Oppenheimer, consideró que el fallecimiento de Kirchner “puede acelerar la reacia inserción de la Argentina en la economía global”. Dijo que “es probable que se vuelva menos aislacionista, y más plenamente consciente de que no es para su mejor beneficio continuar fastidiando a los inversionistas nacionales y extranjeros, medios de comunicación y otros poderes del Estado”.

En Brasil, el diario O Globo se preguntó en su portada: “¿Y ahora, Argentina?”, en tanto declaró que la muerte del ex presidente “confunde el escenario político del país”. Según El Comercio, de Perú, “la llamada dinastía Kirchner de sucesión presidencial se corta con la desaparición del ex mandatario. La presidenta argentina pierde a su principal sostén político en el Parlamento y en el peronismo. Acciones y bonos de la deuda argentina subieron de precio en EE.UU. y en Inglaterra”.

En Venezuela, El Universal opinó que “la muerte de Néstor Kirchner deja un gran vacío político en la región y siembra de incertidumbre las filas del Partido Justicialista”.

/// análisis

La función debe continuar

Rómulo Crespo

Y un día todo cambió... Maldón, hay que barajar y dar de nuevo.

El escenario de la política argentina perdió a uno de sus actores principales y no hay quien lo reemplace. La función debe seguir sin él.

El ex presidente, diputado nacional y secretario general de la Unasur no era el poder detrás del trono que ahora ocupa su esposa; era el trono. Había conseguido crear en poco tiempo una fuerza poderosa con una técnica tan arriesgada como peligrosa: dividir. En su esquema, no había grises ni tibiezas: el universo de Néstor Kirchner estaba poblado sólo por amigos y enemigos y había hasta ayer muchos en ambos bandos.

Pero ahora, la muerte lo dejó fuera del juego. Sus amigos de ayer ¿lo seguirán siendo hoy? Los enemigos de ayer, ¿lo seguirán siendo hoy?

Hasta anoche todos los comportamientos eran los previsibles. La dirigencia de la oposición, con la cara que correspondía a las circunstancias, se deshizo en elogios para el finado, elogios que nunca le dedicó en vida, le encontró virtudes que jamás tuvo, y ofreció a la presidenta toda su colaboración para sostener la gobernabilidad. Lo mismo hicieron sus antiguos socios en el peronismo, ahora alineados en la disidencia. Y la propia tropa, desorientada, dijo lo que tenía que decir mientras bajaba el recado; se lo había enseñado el General: había que desensillar hasta que aclare.

El lunes las cosas empezarán a ser más claras. Para entonces ya deberían haber caído las caretas con el gesto de dolor que réprobos y elegidos se colgaron y cada uno tendría que estar volviendo a hacer lo que mejor sabe hacer: buscar su lugarcito bajo el sol.

La hipocresía, que en política es virtud, no podrá estirarse más allá de las próximas 48 horas. Para entonces ya debería estar apareciendo los primeros síntomas de reacomodamiento.

Es seguro que en breve volverán al tablado algunos personajes que creíamos desaparecidos; otros buscarán las bambalinas para ocultarse hasta que soplen mejores vientos. Nada que no haya pasado antes; nada que no vaya a pasar más adelante. Eso es la política, aquí y en todo el mundo. El espectáculo debe continuar.

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Este mediodía una multitud esperaba en las cercanías de la Casa Rosada para dar el último adiós.

Foto: agencia efe

 

/// EL DATO

Viene Lula

El presidente del Brasil canceló su agenda -en pleno cierre de la campaña de Dilma Rousseff- para asistir al velatorio de Néstor Kirchner en la Casa Rosada. Ayer el Palacio del Planalto había informado que el jefe de Estado brasileño viajaría mañana, pero Luiz Inácio Lula da Silva decidió hacerlo hoy desde Río de Janeiro.