¿Otra tormenta perfecta?

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Estos días estamos viendo como la hacienda sube otro escalón de precio. Se nota en los precios de Liniers para una de las categorías más populares como los novillitos.

El análisis es que por los próximos 3 años, por lo menos, vamos a estar en un contexto de escasez, tenemos 10 millones de cabezas menos que hace 4 años y se ha detenido la malsana liquidación de stocks que agregaba una oferta extra al mercado.

Veamos la oferta. El dato de oferta global que publica la ONCCA llega siempre con retraso, así que vamos a usar la oferta física en el mercado de Liniers.

Es inevitable comparar 2009 con 2010, notándose la menor oferta este año; y que nos acercamos al momento en que estacionalmente baja (como también pasó en el 2009).

Sin embargo, no se nota que esté habiendo una disminución pronunciada en este momento, al menos no acorde al aumento de precios. A qué se debe entonces?

Una hipótesis es que han disminuido las ventas directas, o la oferta propia que los frigoríficos y matarifes engordan en los feedlots. Eso no lo vamos a saber hasta que aparezcan esos datos. Al respecto, un punto que hay que tener en cuenta que en los primeros meses se notó un cese de la liquidación de vientres, pero no había empezado la retención de hembras que era lógico esperar. Esa retención es muy buena para el futuro, pero cuando comience va a significar unos cuantos miles de animales menos por mes que entran al mercado. ¿Estará comenzando?

Vemos que la oferta relativa de hembras estuvo durante la mayor parte de 2010 alrededor de un 10% menos que en la liquidación de 2009. Y que el último mes nos estamos acercando a un 20% menos, que implicaría una leve retención. Si eso se profundiza...

El otro punto de vista a analizar es la demanda. Cuando baja forzosamente el consumo de un bien apreciado, el consumidor puede volver a pujar por recuperarlo cuando recupera ingresos. La elasticidad de la demanda es fundamental, solo ella puede convalidar subas ante disminuciones de la oferta, o aún ante un estancamiento de ella. No podemos echarle la culpa a la exportación porque en el segundo trimestre solo se exportó el 9,5% de la faena, contra el 17,9% del mismo período del año pasado. Así que el árbitro no va a ser Moreno, sino el consumidor argentino.