“RED”

Viejos espías en peligro

 
Viejos espías en peligro

John Malkovich, Bruce Willis y Hellen Mirren, en una escena de la película dirigida por Robert Schwentke. Foto: Agencia EFE.

“RED”. Idem (Estados Unidos/2010). Dirección: Robert Schwentke. Con Bruce Willis, Mary Louise Parker, Morgan Freeman, John Malkovich, Helen Mirren, Brian Cox, Karl Urban, Ernest Borgnine y Richard Dreyfuss. Guión: Jon Hoeber y Eric Hoeber. Fotografía: Florian Ballhaus. Música: Christophe Beck. Edición: Tom Noble. Diseño de producción: Alec Hammond. Duración: 111 minutos. Apta para mayores de 13 años. Se exhibe en Cinemark.

 

Laura Osti

RED es una sigla en inglés que refiere a “espías retirados peligrosos” (Retired Extreme Dangerous) y también, como es obvio, en inglés es la palabra que designa al color rojo. La película que dirige el alemán Robert Schwentke está basada en una novela gráfica de DC y su adaptación al cine respeta básicamente su estética original, en cuanto a personajes típicos en situaciones típicas contadas con cierta exageración, humor y concesiones a la verosimilitud.

Como en los comics, la violencia, personaje principal, está vista de manera paródica, es decir que aun las escenas más truculentas o sádicas tienen un guiño que desdramatiza, como diciendo “es sólo un truco, no te lo tomes en serio”.

Es una ventaja que permite el género. Así uno se divierte y se entretiene con hechos que si ocurrieran de verdad serían horrorosos, terroríficos y difíciles de asimilar.

Bien, hasta aquí, Schwentke no es nada original. Experiencias similares abundan últimamente en los sets de filmación. Pero lo que hace, lo hace bien. No exagera con las intervenciones tecnológicas y resuelve cada secuencia con una viñeta gráfica que anticipa el contenido del nuevo capítulo.

El protagonista principal es Frank Moses (Bruce Willis), un agente de la CIA “retirado y peligroso”. Tiene cincuenta años y vive de una jubilación del Estado. Se aburre en su casa y flirtea telefónicamente con Sarah (Mary Louis Parker), la empleada de la agencia de la seguridad social que le gestiona el cheque todos los meses.

De pronto, las cosas empiezan a precipitarse. Un grupo comando ataca su vivienda y por poco lo mata. Otra vez en acción, Frank corre a buscar a Sarah y empieza a convocar a sus viejos amigos, retirados como él, para tratar de descubrir qué es lo que está pasando y por qué lo quieren matar a él y quizás a todos los del grupo de elite que alguna vez trabajó para la CIA en cuestiones espinosas.

Moses y Sarah, mientras huyen de sus acosadores, buscan a los viejos amigos de Frank: Joe (Morgan Freeman), recluido en un asilo de ancianos; Marvin (John Malkovich), un borderline que vive en un refugio subterráneo en algún lugar de la campiña; y Victoria (Hellen Mirren), una veterana francotiradora de puntería infalible. También contactarán con un aliado de circunstancia, como es el agente ruso, Ivan (Brian Cox), quien no dudará en hacerles el “favor” que necesitan, porque “favor con favor se paga” en el mundo de los agentes secretos, retirados o en actividad.

Interesante conflicto gremial

Así, todos descubren que alguien está eliminando a todos los ex espías involucrados en un suceso ocurrido años atrás en Guatemala, donde tuvieron que limpiar algunas cuestiones sucias de la política que comprometen a un candidato a vicepresidente de la Nación que está en campaña. La lista “roja” había sido confiada a una periodista de un diario impreso, quien fue una de las primeras víctimas.

Atando cabo tras cabo, los viejos amigos consiguen desenredar toda la trama criminal, que no tiene otro objetivo que eliminar testigos. Y la encargada de hacer el trabajo es precisamente la agencia que antes los tuvo en sus filas, la CIA. Por lo que se plantea un interesante conflicto gremial, en el que colegas tienen que eliminarse entre sí para satisfacer las demandas del poder político.

Esos detalles, más algunas historias de amor nacidas en medio de las balaceras, ponen los condimentos sabrosos a una propuesta muy entretenida, con mucha acción y feeling, entre los actores y con el público.

Es un placer ver a estos viejos conocidos de la pantalla grande, a quienes se suma Ernest Borgnine, que con sus 92 años interpreta a un anciano guardián de los archivos ultrasecretos, divirtiéndose como ellos saben hacerlo en su trabajo.


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MUY BUENA