Llegan cartas

A lectores y periodistas:

 

Ariel Carimatti.

DNI: 23.695.656

Señores directores: Desde el pasado domingo 24 de octubre, junto a mi familia y mucha gente querida, estamos viviendo un momento de profundo dolor: la muerte de mi hermano Matías Carimatti (padre, hijo, padrino, tío, amigo y vecino); muy querido y respetado por todos los que lo conocieron.

Los familiares más cercanos decidimos que su desaparición no fuera una “ceremonia”. Que la “noticia” no fuera tal. Lo despedimos de la forma más sencilla (que permite la burocracia). Sólo asistimos familiares y gente muy cercana y no éramos pocos. Se vivió con mucho respeto y en silencio.

Al final de ese mismo día, mientras aún nos abrumaba un incontenible dolor, me avisaron que un medio de Santa Fe había publicado la “noticia”. Al verla, sentí una profunda indignación, no sólo ante la infinidad de errores en el relato, sino -sobre todo- frente a la horrorosa imagen que lo acompañaba: demasiado fuerte, la peor, la que nadie desea ver de un ser adorado.

Esto profundiza el dolor, trastorna y provoca. Genera infinidad de preguntas sin respuestas. Nos pone ante una situación que no tiene ningún sentido.

Entonces, me hago algunas preguntas: ¿por qué se hace esto? ¿Por qué un medio de comunicación utiliza impunemente una imagen a la que sólo deberían tener acceso la policía o la Justicia como elemento sumarial? ¿Cómo accedieron a ella? ¿Puede un medio violar la más sensible privacidad so pretexto de “informar”?

Quizá todo sea producto de un pseudo comunicador social; de la mente macabra de un ex policía; de una persona que necesita atención psiquiátrica; de alguien carente de humanidad, de moral y de ética profesional que, a mi criterio, no merece estar donde está. O de un medio de comunicación que dio pruebas de responder únicamente a un criterio amarillista, sensacionalista y sin escrúpulos...Y no me hablen de la libre expresión, hablo de “ser humano”, de ser respetuoso, de ser ubicado; y de ser verdaderamente “profesionales”.