Avanzada del Ministerio Público Fiscal

Allanaron cuatro prostíbulos ilegales

Hubo 13 personas demoradas, entre trabajadoras sexuales, fiolos y una recepcionista. En uno de los lugares se secuestró un posnet para el pago con tarjeta de crédito.

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En una casa ubicada en calle 1º de Mayo al 2000 encontraron a dos chicas, que en principio se creyó que eran menores, pero luego de identificarlas se constató la mayoría de edad. Foto: Pablo Aguirre

 

Juliano Salierno

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Ocho allanamientos se realizaron anoche en toda la ciudad en busca de prostíbulos ilegales. La embestida del Ministerio Público Fiscal arrojó como saldo que en cuatro de los lugares visitados por la fuerza pública se registraron infracciones contra la Ley Nº 12.331 de Profilaxis.

Trece personas fueron demoradas, de las cuales diez eran mujeres de entre 19 y 31 años, presuntamente trabajadoras sexuales, una de las cuales es de nacionalidad brasilera; dos hombres de 45 y 54 años, encargados de regentear los prostíbulos; y una mujer de 48 años que trabajaba como recepcionista en uno de los locales investigados.

Los sitios en los que se constataron infracciones pertenecen a edificaciones ubicadas en las calles Mitre al 6700, 1º de Mayo al 2000, Almirante Brown al 5900 y Urquiza al 2300.

En cada uno de ellos se secuestraron “preservativos, planillas de costos de ofrecimiento sexual y de clientes, dinero en efectivo, juguetes sexuales, videos pornográficos, celulares, lubricantes íntimos” y hasta un “posnet para el pago con tarjeta de crédito”, entre otros elementos, indicaron fuentes policiales.

Por la salud pública

“No perseguimos el ejercicio de la prostitución” dijeron esta mañana los fiscales que estuvieron a cargo del trabajo. “Es un derecho individual de disponer de su cuerpo como mejor les parezca. Nosotros como funcionarios del Estado no podemos perseguir a la gente por su elección moral”, aclararon.

En cambio, “lo que estamos buscando es que se haga sin peligro para la salud pública, que es lo que establece la Ley de Profilaxis”, explicaron desde Tribunales.

Tal como se pudo conocer, los allanamientos fueron producto de las directivas del procurador general, Agustín Bassó, tendientes a combatir la explotación de menores y la comisión de otros delitos afines, como la explotación de personas en contra de su voluntad, cualquiera fueran las edades.

Por los diarios

Este miércoles en uno de los despachos del Ministerio Público Fiscal se reunieron los fiscales Liliana Lauxmann (Nº 1), Leonidas Candioti (Nº 2), Mariela Jiménez (Nº 3), Juan Pablo López Rosas (Nº 4), Elena Perticará (Nº 5), Rubén Díaz (Nº 6) y Jorge Andrés (Nº 7), para diseñar el operativo, que se realizó de manera conjunta con las Tropas de Operaciones Especiales.

Así fue que la tarde noche del jueves salieron en busca de los puntos fijos que tenían marcados, donde presuntamente se dedicaban al ejercicio de la prostitución.

La causa que se inició de oficio por la fiscalía Nº 2 en turno y el Juzgado Correccional Nº 3, surge de la publicación de avisos de alto contenido erótico y ofrecimientos del servicio sexual en diversos medio escritos de la ciudad.

Como consecuencia, la mitad de los lugares recorridos se encontraban en infracción, dado que en ninguno de ellos se pudo justificar el ejercicio de la actividad.


Autoridad de aplicación.

“La única manera de poder abrir un prostíbulo es contando con la autorización de la autoridad pública”, recordaron los fiscales a la hora de ingresar a cada sitio. Además, confirmaron que “puede haber prostíbulos en la medida que cuenten con los controles de la autoridad de aplicación; esto incluye instalaciones adecuadas, limpias e higiénicas; que las personas que estén trabajando tengan controles periódicos y se encuentren sanas. En definitiva, que no haya peligro para la salud pública”, agregaron.

 

“Casa de familia”

En uno de los domicilios con resultado negativo la policía llamó a la puerta casi en horas de la medianoche. Con ropa de dormir, abrió la abertura un hombre que se mostró sorprendido por la presencia policial. La fiscal que estaba presente le explicó que se trataba de un allanamiento y que iban a tener que ingresar a la casa, pero pronto vio que detrás del hombre, un chico de unos 9 ó 10 años jugaba en el suelo de la habitación con trencitos y camiones.

Detrás del actual inquilino apareció su esposa, que le explicó a la fiscal que hace dos meses se mudaron al barrio y desde entonces el timbre no deja de sonar a cualquier hora de la noche, “a la una, dos y tres de la madrugada”.

El lugar, tradicionalmente identificado como wiskería, es ahora una decente vivienda en la que sus actuales moradores debieron colocar un letrero en el frente que dice en grandes letras rojas “Casa de familia”, y así evitarse algunas molestias.