“El ocaso de un asesino”


Cuando llega la hora

Cuando llega  la hora

George Clooney es el protagonista de la película dirigida por Anton Corbjin. Es un asesino profesional que sueña con cambiar de vida. Foto: Agencia Télam

 

Laura Osti

El ocaso de un asesino”, protagonizada y coproducida por George Clooney, relata los días previos al retiro de un asesino profesional, quien, en medio de una profunda crisis existencial, sueña con cambiar de vida.

Es un film negro, que pretende mostrar un retrato, un perfil humano, más que una aventura de acción, intriga y suspenso, aunque también tiene algo de eso en dosis mínimas.

Esta película, basada en una novela (“A veri private gentleman”, de Martin Booth), divide las opiniones de los críticos y de los espectadores. Los juicios están lejos de la unanimidad. Unos la menosprecian, otros la elogian y los más moderados, le reconocen méritos y defectos. Me ubico en este último grupo.

Jack, el protagonista, que también asume otros nombres, es un asesino profesional solitario, cuyo contratista está radicado en Roma, y que vive ocultándose en lugares inaccesibles mientras espera su próximo trabajo. Lo único que se sabe es que hay un grupo a los que denomina “los suecos” que siempre está tratando de matarlo, ¿alguna cuenta pendiente?, seguramente, pero no queda explícito.

El film tiene el gran mérito de la actuación de Clooney, un actor -si se me permite la expresión- vapuleado por la fama, que ha venido de la mano de personajes muchas veces estereotipados o muy identificados con los modelos más taquilleros de la industria: el pícaro seductor, el galán irresistible, el astuto embaucador, etc. etc. En esta ocasión, prefiere asumir un compromiso diferente, encarnar a un hombre ensimismado, ensombrecido, un experto en armas, cuyos mecanismos conoce y es capaz de manipular hasta el último detalle, pero que no parece disfrutar de la violencia.

Casi toda la película lo muestra en relación con esos objetos letales, con su contratista, con una clienta... Es un especialista que conoce bien su trabajo, pero hay un dejo de hastío en él que se manifiesta en una mirada desapacible y un lenguaje corporal entre crispado y abatido.

Recluido en un pueblo italiano en medio de los Abruzos, recibe su último encargo, que no será matar sino preparar un arma especial para una dama, que aparece y desaparece, modificando su fisonomía en cada ocasión, hasta finiquitar el trato. En ese ínterin, Jack entabla una relación amistosa con el cura del lugar, un anciano curioso a quien el desconocido le llama la atención. El sacerdote en seguida capta la angustia que embarga al asesino y se da cuenta de que miente, más, cuando los hechos de violencia empiezan a hacerse notar en ese pueblito tranquilo. Es que los suecos no tardan en ubicarlo de nuevo, y donde están los suecos y Jack, seguro hay tiros.

Los puntos fuertes

También se vincula afectivamente con una prostituta, y como es habitual entre dos solitarios entre quienes se despierta la química, el sentimiento aflora y con él, la ilusión de comenzar una nueva vida juntos.

La historia no es original ni el guión se destaca por su elaboración, los diálogos son elementales. Incluso hay algunos hechos que suenan un poco inverosímiles. Ésos son los puntos débiles de la película, que además tiene un tempo a veces extremadamente lento.

Pero el buen trabajo actoral de todo el elenco, en el que obviamente se destaca Clooney, salva la producción, que cuenta también con un buen montaje y una fotografía de gran calidad, constituyendo un producto final respetable que llega incluso a conmover.

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BUENA

“El ocaso de un asesino”

The American, EE.UU./2010, color; hablada en inglés e italiano. Dirección: Anton Corbijn. Con George Clooney, Violante Placido, Thekla Reuten, Paolo Bonacelli, Johan Leysen, Filippo Timi. Guión: Rowan Joffe, sobre la novela “A Very Private Gentleman”, de Martin Booth. Fotografía: Martin Ruhe. Música: Herbert Gronemeyer. Edición: Andrew Hulme. Presenta UIP. 104 minutos. Sólo apta para mayores de 16 años