Apuntes de política provincial

Peronismo en revisión

Teresa Pandolfo

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El alejamiento de Carlos Reutemann de la Mesa de Coordinación del Peronismo Federal ha sido extensamente comentado por la prensa nacional y lugareña. Las repercusiones de diez líneas de comunicado ganaron la tapa de los diarios metropolitanos porque revelaba una crisis en el espacio no kirchnerista del justicialismo. “La causa fue no compartir los mismos criterios en cuanto a cómo seguir en los próximos sesenta días”, explicó el senador en breves declaraciones a El Litoral.

Unos, como el gobernador Mario Das Neves, con aspiraciones para la Casa Rosada, lo calificaron como “un sacudón”; otros, como “un cimbronazo”. Los motivos deben buscarse en las posiciones que se sustentan dentro del Peronismo Federal, a las que Reutemann no consideraba adecuadas para estos días, más allá de algún enojo por filtraciones a la prensa.

Luego se habló de que este espacio también requería de renovación en cuanto formas de concebir la política, la Argentina del futuro y las estrategias hacia la sociedad.

“Es una crisis de reacomodamiento, no es una crisis de ruptura; se trata de opinar que debe darse un tiempo de espera”, sostiene la diputada nacional Celia Arena, quien insiste en que Reutemann dejó la conducción de un comando pero no dejó el espacio político.

Reacciones

La actitud asumida por el senador tuvo la comprensión de Das Neves, de Felipe Solá y de Francisco de Narváez, que las hicieron públicas, y de gobernadores e intendentes, que dejaron sus mensajes en el celular. Sin la presencia física de Néstor Kirchner, sostienen, Cristina Fernández necesita tener un tiempo para reacomodar las relaciones sobre las cuales se engarza el poder y, además, habrá que ver cómo encara el gobierno de la Nación.

Los desafíos de la presidenta, en estos días son de envergadura: la inflación, las disputas dentro del gabinete, las renovadas presiones de Moyano ante empresarios y las dificultades crecientes en el Congreso, por citar algunas.

La posición asumida por el ex gobernador derivó en asombro entre sus mismas filas y sospechas entre sus adversarios; también se la calificó de oportunista. El kirchnerismo aprovechó el momento para festejar una baja importante en el espacio opositor y sin demoras, trasladó ese mensaje hacia la opinión pública.

“No hay nada sobre un acercamiento al gobierno nacional”, insiste Arena y narra hechos con los cuales corroborar sus dichos. En esa misma jornada, los diputados de Santa Fe Federal iban a votar en contra del proyecto de presupuesto elaborado por la Casa Rosada, y Reutemann tenía decidido igual criterio respecto de los superpoderes, expediente que el Senado no trató por falta de quórum. El senador esperó sentado en su banca.

El gobierno nacional exhibió particular interés en sacar el presupuesto 2011, tal como había sido enviado, y de allí la andanada de denuncias sobre presiones y ofrecimientos que habrían sido realizados desde el gobierno a los legisladores de la oposición. La Casa Rosada no logró su propósito y el presupuesto volvió a Comisión en medio de un escándalo.

Con matices distintos

La prensa nacional ha centrado el portazo de Reutemann en la necesidad de estar más libre para el armado electoral en Santa Fe. El justicialismo se ha propuesto recuperar el gobierno de la provincia para lo cual necesitaba tener un diálogo más fluido con todos los sectores, incluso con el kirchnerismo.

Esta periodista disiente con el análisis de que haya sido la situación santafesina la que llevó a Reutemann a provocar una crisis más dentro de un justicialismo en revisión. Es cierto que el senador sostiene que el peronismo, para ganar en Santa Fe, debe ir a las primarias unido: distintas fórmulas pero dentro del PJ. Sin embargo no hacía falta una actitud como la planteada porque el consejo justicialista provincial está integrado también por el Frente para la Victoria y se puede conversar con la dirigencia kirchnerista los pasos a seguir en el territorio.

Más bien la opinión de esta columna es que la muerte de Néstor Kirchner desnudó el apoyo de segmentos y sectores sociales que responden a otras lógicas -que esta periodista no comparte- pero que el kirchnerismo capitalizó y que deberán ser observados y que, además, se estaba dando otra oportunidad institucional para llevar el gobierno de otra forma.

En la visión de Reutemann se debe esperar por los menos sesenta días para que los hechos decanten dentro y fuera del justicialismo.

Parcialmente esto podrá ser así, en tanto y en cuanto los sentimientos de la figura de luto de la presidenta no choquen con posturas como seguir ignorando la inflación que está dejando muy atrás el poder adquisitivo de las familias argentinas. Cuando con los sueldos medios de una familia tipo sólo se llega al 15 del mes y no sólo por la influencia del precio de la carne sino todos los productos de la canasta y de los servicios, no habrá duelo que valga para la gente, que deseará ver aparecer un gobierno conducido con realismo.

No hay que olvidarse tampoco que hay dos Argentinas: una, integrada por quienes les va va muy bien por su grado de inserción en los circuitos de producción y circulación de bienes. Y otra, a la que pertenecen los que cada vez se sienten más lejos de una posibilidad laboral, de una vivienda y del acceso a una calidad de vida digna. Estos cada vez están más dependientes de un esquema clientelar pero quieren otra cosa.

El mundo del Congreso no es el mundo real que vive la gente, confundir ambos escenarios llevaría a sumar error sobre error

Consejo del PJ

En tanto, el peronismo en la provincia se reunirá el viernes próximo con el fin de pronunciarse sobre el calendario electoral y dar una respuesta al gobierno.

En líneas generales se entiende como la mejor alternativa concluir el proceso electoral en la provincia antes que las elecciones nacionales.

De aquí a febrero se observarán campañas y declaraciones. A partir de ese mes, quedarán sólo quienes realmente participarán en las primarias.

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Carlos Reutemann.

Foto: Archivo