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Lo que esconde el exitismo

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Los números de la industria dispensan optimismo. Pese ello, se filtran dudas sobre el futuro de las Pymes, asediadas por costos, importaciones y un marco que beneficia más al comercio y los servicios.

 

Félix Canale

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El último informe sobre el desempeño manufacturero publicado por la Unión Industrial Argentina, correspondiente al mes de septiembre, refuerza las argumentaciones de quienes sostienen que la producción Pyme se encuentra en una meseta y que no termina de despegar, independientemente de los buenos resultados del conjunto.

Los indicadores del noveno mes del año (ver gráfico) muestran que los bloques industriales correspondientes a metales básicos y sector automotor registran una suba interanual de 28,8 por ciento; en tanto, el denominado resto de la industria (donde se ubica la totalidad de las Pymes), acumula una mejora de sólo 7,6 por ciento.

El análisis de la serie estadística del período enero-septiembre indica además que las industrias básicas, más la automotriz, promedian una suba de 45,14 %, en los primeros 3 trimestres; mientras que para las restantes el promedio es de apenas 5,3 por ciento. Todo indica que la expansión está favoreciendo a las industrias concentradas.

Esta percepción no es gratuita. El detalle es que la contribución de metales básicos y sector automotor representó 52 % del total del crecimiento de septiembre, cifra que llega a 73 % si se considera lo aportado por la industria alimentaria. En este último rubro, fue determinante la molienda de la cosecha récord de soja, que creció un 43 % frente a 2009. Debe repetirse: ninguna de estas actividades, que sustentan más de dos tercios del crecimiento de septiembre, corresponden a pequeñas y medianas empresas.

La importación

Según la UIA, la evolución de las importaciones, que crecieron 46 % hasta el noveno mes del año, es una de las variables clave a monitorear, ya que su avance implica que una porción creciente de la demanda no se traslada a producción nacional, condicionando la recuperación del empleo y la inversión

Una caso paradigmático es el del sector autopartista, en directa relación con la estrella del crecimiento que es la industria automotriz. Pese a que la producción local de automóviles mantiene un impulso vigoroso (unas 710 mil unidades en 2010) la escasa integración de autopartes locales dejará para el sector un déficit comercial calculado en unos 6 ó 7 mil millones de dólares, que corresponden a autopartes importadas.

A esto, debe agregarse otro dato, relacionado con el after market automotor: de las ventas totales en el mercado doméstico de automóviles hasta el mes octubre (558.723 unidades), el 62 % correspondió a vehículos importados. Es decir que a la hora de reposición de partes, en el futuro deberá recurrirse, en la mayoría de los casos, a la importación.

Completando el panorama, la UIA agrega que la importación de bienes intermedios creció 37 % en septiembre, en tanto la de bienes de capital lo hizo en 48 por ciento.

La competitividad

Para los analistas, la escalada importadora es resultado del proceso inflacionario y el anclaje del dólar. Son precisamente esos factores los señalados por la Fundación Observatorio Pyme como fundamentos de la progresiva pérdida de competitividad de las pequeñas y medianas empresas.

En su más reciente informe, el Observatorio destaca que en la medida que los costos industriales continúan en ascenso (41% interanual a agosto de 2010) las Pymes manufactureras trasladan a precio parte de esos aumentos, lo que progresivamente las va dejando fuera del mercado de los bienes “comercializables”, es decir aquellos que deben competir contra productos extranjeros.

En la presentación del informe de la Fundación, el director de la entidad, Vicente Donato escribe: “La economía se mueve hacia la producción de bienes más simples. El resultado final es un marco donde los servicios y el comercio desplazan a la industria, y donde los bienes tecnológicamente simples desplazan a aquellos más complejos. La inflación es el principal desafío de los procesos productivos de mayor valor agregado. Con inflación y tipo de cambio fijo podemos ir nuevamente hacia un país sin industria, poblado de producción primaria y servicios internacionalmente no comercializables”.

¿Quién se queda con el vuelto?

El gobierno nacional finalmente admitió que la inflación no es una sensación, sino que realmente existe. Fiel a su relato habitual, transfirió la responsabilidad a los empresarios, porque son “formadores de precios”, y no a la conducción macroeconómica que expande el gasto publico, inyecta circulante y alienta la sobredemanda.

Discusión al margen, las empresas productivas dieron un respingo ante la acusación. Desde la Federación de Industrias de Santa Fe (Fisfe) un dirigente del sector metalúrgico, quien pidió reserva de su nombre, comentó a El Litoral: “Dicho así (por Marcó del Pont, presidenta del BCRA), parece que cualquier tipo que tiene una fábrica está conspirando contra la economía. Meten a todos en la misma bolsa por una cuestión ideológica”.

La necesidad de diferenciarse, lo llevó a otro argumento: “Los costos unitarios de las Pymes industriales, entre insumos y salarios, aumentaron 20 por ciento en 2010, pero el precio aumentó sólo 16 %. Es decir que hay un 4 por ciento menos de rentabilidad. En realidad ese 4 % lo está ganando el insumo básico, que viene de un monopolio. Todo el esfuerzo que hace el industrial Pyme para ganar competitividad, está yendo al proveedor monopólico”.

Cuarenta y ocho horas después de ese comentario off the record, la Asociación de Industrias Metalúrgicas de la República Argentina (Adimra), difundió su informe de coyuntura del tercer trimestre. Allí dice que entre los rubros con mayor incremento en ese lapso (exceptuando salarios), se encuentran los insumos siderúrgicos, que en los últimos 3 años subieron más de 17 % anual, en tanto la industria Pyme lo hizo en 12 por ciento.

La tendencia ascendente de los precios metalúrgicos impacta desfavorablemente sobre la competitividad sectorial, afirma Adimra. Dato aleatorio: en lo que va del año, el déficit comercial acumulado por el sector ascendió a los 12.569 millones de dólares.

El informe de coyuntura de Adimra puede consultarse en http://blogs.ellitoral.com/empresariosyempresas.

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El informe de coyuntura de la UIA puede consultarse en http://blogs.ellitoral.com/empresariosyempresas.