Llegan cartas

Educación vial

 

José María Chartier.

DNI 6.191.112, ciudad.

Señores directores: Educación: qué palabra desconocida en este siglo XXI; se la cambió por transgresión.

Lo que vamos perdiendo cuesta mucho recuperar. Debería crearse una escuela vial obligatoria. Creo que sería la forma más efectiva para llegar a un respeto generalizado. Debe ser exigible este certificado para la obtención del carné de conducir y presentarlo en cada pago de la patente. Lo mismo para los conductores de moto. Creo que sería una forma de empezar a ver las cosas de otra manera.

Toda escuela está de más si nosotros no poseemos la buena voluntad de cambiar. Si nuestra mente no cambia, nada cambiará. Sin educación, vamos perdiendo personalidad y respeto hacia nuestros semejantes y hacia nosotros mismos. A mi entender, la mayoría de los accidentes pasan más por imprudencia que por fatalidad. Veo en los diarios muchos frontales, y me pregunto por qué.

Enseñar conducción vehicular en las escuelas primarias, para que el chico le enseñe al padre a conducir, porque los chicos son muy intuitivos.

Enseñar a los que llevan chicos al colegio que deben bajarlos por la vereda, no por la calle. Esto cualquiera lo debe saber.

Matriz

 

Mabel Gladys Farías

DNI: 1.124.381.

Matriz: literalmente, molde dentro del cual se modelan formas, se da vida a infinidad de objetos que las manos del hombre pueden crear, pero que son sólo objetos.

Humanamente, molde dentro del cual se deposita la semilla que habrá de germinar en un ser humano.

Matriz es sinónimo de mujer, y mujer es sinónimo de vida, y vida es el producto del milagro del amor entre un hombre y una mujer”.

“Qué sería de la masa sin cantera”, recita Mercedes Sosa. “Sólo un revoltijo”... sin vida, sin amor.

Dios creó el mundo y dio vida a un hombre y a una mujer para que crecieran en él y se multiplicaran. ¿Qué sería del mundo sin matriz y qué sería de la matriz sin la semilla que en ella se depositase...?

La Ley de Dios es divina; la ley del hombre, sólo humana. ¿Puede la ley del hombre borrar la Ley Divina? ¡No!