La experiencia de la escuela primaria Nº 21 Pedro de Vega

Por la inclusión escolar y social

Al noreste de la ciudad, la institución recibe a niños en situación de pobreza. Mediante proyectos institucionales, se los contiene en jornada extendida con actividades recreativas y apoyo escolar. La continuidad del trayecto escolar como una forma de integración social.

Por la inclusión escolar y social

Los niños de la escuela Nº 21 disfrutaron del acto por los 71 años del establecimiento. Allí se realizan proyectos institucionales que apuntan a la contención y la integración social.

Foto: Amancio Alem

 

De la redacción de El Litoral

[email protected]

La escuela primaria Nº 21 Pedro de Vega se emplaza en una zona donde la pobreza golpea duro. Es al noreste de la ciudad -donde intersectan los barrios Bajo Tribunales, Chaqueño y el nuevo asentamiento de Playa Norte-, y allí las circunstancias sociales se cuelan por las aulas: muchos de los alumnos están en situación de vulnerabilidad, deben hacer changas o recurrir al cirujeo para ayudar a las subsistencia de sus familias. Ante esto, la institución educativa ha emprendido la misión de retener, contener e incluir socialmente a sus alumnos.

En este sentido, se desarrollan dos proyectos institucionales de integración escolar y social. El primero es encabezado por Cilsa y se denomina “Me quedo en la escuela”. Consiste en una jornada extendida en la cual los chicos del turno mañana permanecen hasta las 15, y los del turno mañana ingresan a las 9, tienen comedor y después se quedan a clases.

“Nuestra escuela recibe a 170 alumnos, la mayoría provenientes de Bajo Tribunales, y algunos de barrio Chaqueño. Hay muchos chicos que trabajan, que viven de changas y pequeños trabajos en la construcción. Es una zona de mucha pobreza. Con este proyecto, la idea es que los niños permanezcan en un ámbito de contención escolar, compartiendo diversas actividades recreativas, juegos, plástica, expresión corporal”, explicaron a El Litoral Marcela Berón, vicedirectora de la escuela, y Sonia Benesovsky, docente.

Esta jornada extendida sirve además para reforzar contenidos mediante el apoyo escolar. “Allí pueden aprender sobre los contenidos que no entendieron en el aula. Entonces, el proyecto es aprovechado desde lo estrictamente educativo”, coincidieron.

Talleristas

El otro proyecto se realiza los sábados por la mañana. “Vienen docentes talleristas con quienes a partir de las 10.30 tienen actividades recreativas; luego ingresan al comedor, y con eso ya están media jornada en la escuela. Los niños permanecen ocupados en cosas productivas, y eso es bueno: la idea es que cada alumno esté contenido en la escuela, siempre con la palabra y la presencia del maestro”, expresaron las docentes.

El objetivo de ambos proyectos es “tratar de que los chicos no abandonen la escuela, de que mantengan la trayectoria escolar. Cuando hay reincidencia en la inasistencia, trabajamos con el gabinete social para que realicen visitas domiciliarias y, así, nuevamente insertar al chico en la escuela”. Para Berón y Benesovsky, “con estas iniciativas se trata fundamentalmente de proyectar a los alumnos, de estimularlos y elevarlos como personas, porque tienen una autoestima muy baja dada la condición humilde en la que viven”, expresaron.

 

/// UBICACIÓN

Por la inclusión escolar y social