25º Festival Internacional de Cine de Mar del Plata

Jerzy Skolimowsky: “El

mundo es un lugar salvaje”

Roberto Maurer

(Enviado especial)

En la competencia internacional, son 16 los largometrajes que disputan el Astor de Oro, y entre los mismos había despertado expectativa “Essential killing”, ya que lleva la firma de Jerzy Skolimowsky, un director que fue parte con su amigo Roman Polansky de la generación surgida en la escuela de Lodz que renovó el cine polaco. Santa Fe lo conoció tempranamente a través de “Barrera”, su atrevido y segundo largo.

En las últimas décadas, Skolimowsky filmó muy poco y ahora llega con “Essential Killing”, un relato de un solo personaje (Vincent Gallo), donde no se precisan nacionalidades ni geografías, a quien uno supone un guerrero talibán que, luego de matar soldados norteamericanos que realizan una operación “no declarada”, es capturado y torturado. Durante su traslado a un centro clandestino de detención en algún lugar de Europa del Este, el vehículo vuelca y el prisionero huye. Lo que sigue es la persecución en un escenario de nieve, bosques y desolación. En su fuga, sin alimentos, desesperado, el prisionero se va animalizando, al punto de amenazar a una madre que amamanta a su niño, con quien comparte el pecho.

Es una historia que va creciendo en potencia física, a la vez que se desencarna hasta convertirse en abstracción, tal vez en una referencia a la condición del hombre en el mundo: solo, amenazado y sin comprender su entorno.

RUEDA DE PRENSA

Finalizada la proyección, Jerzy Skolimowsky ofreció una rueda de prensa. De campera de cuero y con los anteojos negros que suelen delatar a quienes no están muy acostumbrados a la vida matutina, saludó haciendo una referencia al horario: “Buenos días, es una hora difícil para ver este film, gracias a Dios es bastante ruidoso. Espero que hayan dormido anoche, o que los aguarde una siesta”.

Acerca del origen del proyecto, contó que vivía en un bosque, en una región donde funcionó una base secreta de la CIA adonde llevaban prisioneros de Medio Oriente. “Una noche volvía en auto, resbalé y casi vuelco. Y pensé que por ese camino pasaban los convoyes con prisioneros y surgió la idea del film”, dice, aludiendo al vuelco del vehículo que traslada a la víctima.

El film no es político, asegura. “No quise tocar el tema en forma directa, ya que me tuve que ir de Polonia cuando hice una película contra el stalinismo”. Lo que experimenta el personaje es universal, por eso no habla nunca. “El principio puede ser en Irak o Afganistán, y luego puede seguir en Polonia o Lituania. Y los soldados hablan usando palabras polacas y ucranianas”.

“Mi plan era hacer una película fácil, un pequeño film polaco con un actor polaco desconocido, con barba y pelo largo, no necesariamente musulmán. Pero se convirtió en una coproducción de cuatro países que se filmó en Israel y Noruega. Fue un rodaje difícil, con bajas temperaturas en zonas alejadas y montañosas, y especialmente difícil para Vincent Gallo, que andaba con los pies desnudos”.

Cuando le preguntan si hay un motivo que se repite en su filmografía, el de la hostilidad del mundo, responde: “Sí, el mundo es un lugar salvaje”.

UN GALLO DE RIÑA

Eligió a Vincent Gallo cuando lo vio en “Tetro”, de Coppola, en Cannes, el año pasado. Y lo vi pasar caminando como un animal. Lo hablé y me contestó dos horas después. “Siempre había querido un papel así, me dijo, y que estaba acostumbrado a andar descalzo”.

Acepta que la personalidad de Gallo es controvertida. “En el negocio todos lo saben, es boca sucia, insulta. En Venecia lo trató de “tarado’ a Tarantino, que estaba en el jurado y que igual le dio el premio. Es un actor del Método, en la vida interpreta un personaje, siempre está contra todos, incluso en contra mía”.

Jerzy Skolimowsky no tiene proyectos cinematográficos. “Al contrario de mis colegas, carezco de archivo. Una vez que termine la ronda de festivales con esta película, volveré a mi casa a pintar. La pintura me mantuvo ausente del cine entre el ‘92 y 2008, me hace joven”.

El director polaco presentó “Essential killing”, como ya lo había hecho en el último Festival de Venecia. Foto: Archivo El Litoral