Testimonios de la Fiesta Nacional

La pasión de criar caballos

La tradicional convocatoria de la Sociedad Rural de San Cristóbal, dejó una impresión clara: el amor por los equinos más allá de las consecuencias de un negocio con muchas oscilaciones que otorga la vida rural.

Exequiel Kay

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Fibra de jinete, estirpe de campo. Rafael Alemán (h) luce una hermosa yegua en la exhibición de la 43º Fiesta Nacional del Caballo en San Cristóbal. Con la tradición de abuelo y padre a cuestas, con la esperanza de la continuidad en sus hijos, sale al campo de la muestra con aplomo y orgulloso andar, como todos los que pasan por allí.

El Establecimiento La Lucila, en la cabecera departamental, por Ruta Provincial Nº 2, camino a San Justo, es netamente ganadero, pero con un lugar preponderante para los caballos. “Es un establecimiento ganadero. La actividad es la cría de ganado, con cabaña de toros pero por una cuestión de pasión, hay mucha producción de caballos, criollos y de polo” aclara Rafael a Campolitoral.

Con caballos como paisaje desde que tiene uso de razón, Rafael advierte que la comercialización de manera directa se hace en Argentina. “Los criollos al norte y provincia de Córdoba. Los caballos de polo, indirectamente al exterior” comenta en la calurosa tarde sancristobalense, entre corrales y tranqueras.

Desde su perspectiva, el futuro de la actividad está garantizado, pero con algunos condicionantes. “Los campos del norte, donde está la ganadería y seguirá estando porque no hay posibilidad de que llegue la soja, el caballo es necesario. Ocurre que el caballo, tanto la producción como la comercialización, está atado al precio de la hacienda. Mientras que el gobierno no nos castigue con la hacienda, el caballo tiene salida y es necesario” ratifica.

Profundizando el análisis, sostiene que “si comparamos con los precios de la ganadería, hoy un caballo está muy barato. Así y todo, cuando se habla de valores en dinero, parece caro. Hoy, con el precio de la ganadería un poco más animado, hay entusiasmo, necesidad y ganas de comprar caballos” señala desde su joven mirada de criador.

Alemán manifiesta su satisfacción por el crecimiento de la Fiesta Nacional del Caballo, entre los 120 ejemplares del año pasado y los más de 200 de este. “Hoy acá tenemos más de 300 caballos en total. De la mano de un alza en la ganadería, viene el caballo. Pero no por políticas de estado, sino por la falta de stock. Es decir, al revés, por las malas políticas gubernamentales”.

Mejor cabeza, mayor pasión

La elección de la Mejor Cabeza es uno de los momentos más esperados de cualquier muestra de equinos. En ese contexto, Carlos Bieler, de Humboldt, tiene una emoción inocultable. Recibió el 1º Premio y Reservado Campeón Polo Hembra y la Mejor Cabeza de la Exposición. “Mi hobby y mi pasión son los caballos” comentó, rodeado de amigos, en la mesa donde se sirvió el tradicional asado con cuero de la convocatoria ruralista.

Apellido conocido en el pueblo, Bieler es productor de una familia tradicionalmente vinculada a la lechería, que tiene su establecimiento en Santa María Norte, con pocos caballos pero buenos. “Criamos caballos para polo” comenta, luego de recibir el premio que le dio “una emoción muy grande” luego de 10 años consecutivos de participación en San Cristóbal.

Alemán y Bieler, además de su juventud, comparten una pasión indisimulable: los caballos. Y los frutos de su trabajo llegan, montados sobre una tradición familiar que los enriquece, que los orienta, y los coloca en el camino de un negocio que oscila, como el campo todo, como el clima, pero que deja sus huellas en el suelo argentino.

El legado de la Fiesta Nacional del Caballo se remonta al año 1968, cuando se firmó el decreto de la Nación que otorgaba a la entidad la sede de la Fiesta Nacional del Caballo. Este reconocimiento se daba por los antecedentes logrados desde 1943, año en que se realiza la 1º Exposición Regional de Équidos organizada por la Dirección General de Remonta y Veterinaria del Ejército Argentino, conjuntamente con la Rural local.

La perspectiva urbana descuida la importancia que tiene el caballo para las zonas rurales, con antecedentes originarios en el aborigen y en el gaucho, hasta su utilidad en la actualidad, aún cuando el desarrollo tecnológico es indiscutible. Razas como Silla Argentino, Criollo, Paso Peruano, Percherón, Cuarto de Milla y Arabe, caracterizan a la exposición que en San Cristóbal, año tras año, abona la tierra para un crecimiento permanente de la actividad.

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Antecedentes y futuro

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El doctor Mayoraz recibe los premios que obtuvo el establecimiento Los Toldos de manos del presidente de la SRSC.

Foto: EXEQUIEL KAY

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Rafael Alemán (h), en el predio de la Sociedad Rural de San Cristóbal.

Foto: EXEQUIEL KAY

Testigo del tiempo rural

El Dr. Francisco Mayoraz, con más de cinco décadas de exposiciones encima, ratificó el camino trazado por los pioneros de la Rural. Reconocido dirigente ruralista, valoró las innovaciones para disfrute de la familia. “Todos los años es un éxito, pero en todo el país se adoptó que este tipo de fiestas sean fiestas de la familia” dijo a Campolitoral, entre el entusiasmo y la emoción. El establecimiento de los Mayoraz, Los Toldos, es el único que concurrió a todas las ediciones de la muestra. Personalmente, Francisco, hace 55 años que concurre con los animales, desde que se hizo cargo de Los Toldos, tomando el legado de su abuelo y su padre. “Antes, la muestra era una exposición que la organizaba la Dirección General de Remonta y Veterinaria del Ejército Argentino, cuando éste era el único comprador. Esa es una parte de la historia. Cuando el Ejército empezó a tener los motores, esto cambió y los dirigentes de la Sociedad Rural debieron darle otro giro. Así se apuntó al trabajo y al deporte, se adaptaron a las circunstancias” relató Mayoraz, quien estuvo en la comisión directiva de la entidad 25 años consecutivos, desde vocal suplente hasta presidente. Luego pasó a la Sociedad Rural Argentina, durante 22 años. Se retiró este año.

Sobre la historia de la Rural, Mayoraz sostuvo que “es todo un logro” este aniversario, “porque todos los dirigentes y productores, nos debemos a sí mismos”. Reconoció que la unidad del sector es difícil, “somos muy dispares”, pero rescató el trabajo cotidiano, de sol a sol, sin sueldos, sin horarios, que forja la actividad misma del campo argentino. Instó a los jóvenes que a “que sigan adelante, que no tiren por la borda lo que hicieron “los viejos’. Que sigan luchando con nuestras autoridades, nacionales, provinciales, municipales, para que nos tengan en cuenta, porque es el sector que más produce, que más mano de obra da. Ocurre que hoy está muy disperso” concluyó.

/// eL DATO