Semana caliente en el Congreso

Ni tanto, ni tan poco

El gobierno parece haber salido beneficiado por la falta de aprobación del presupuesto 2011. No sólo por el manejo de los fondos, sino, además, porque la articulación apareció desarticulada. Grossman, el nuevo hacedor de la figura presidencial.

Ni tanto, ni tan poco

Discépolo, Reutemann, Cristina Fernández, Carrió, Macri y Moyano.

 

 

 

 

Carlos Sachetto

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En el viejo teatro de la política, la escena se viene repitiendo desde siempre. Cambian los actores, algunos modos, pequeños detalles. Pero el escándalo con el que suelen estallar las pasiones en el Congreso aparece en forma cíclica, igual que los coros del cinismo y la hipocresía que le cantan exageradamente al bochorno. Dentro de pocos días, los supuestos sobornos entre diputados de la oposición y del oficialismo quedarán como simples anécdotas de un tiempo de duras luchas gestuales por el poder. Quizás para la ironía y la broma fácil se recuerde más la certera trompada de la peronista disidente Graciela Camaño al cruzado kirchnerista Carlos Kunkel, que las razones que motivaron la reunión donde ocurrió. No hay justificaciones posibles para ciertas conductas, son hechos condenables, pero ni tanto ni tan poco, porque se corre el riesgo de confundir la forma con el fondo. Una cosa son las prácticas reprochables y otra, el valor de la política como herramienta para mejorar la vida de una sociedad.

Como todas las demás pasiones, la pasión política se alimenta con lo mejor y lo peor de cada uno. Es posible discutir cuáles son los límites de lo socialmente aceptable, pero una cultura política es el resultado de un proceso histórico. Su desarrollo requiere tiempo, y cuando, como ahora, se exacerba la tensión entre política y moral, prevalece lo que somos todos, y no sólo lo que son los políticos. El poeta César Vallejo lo pintaba así: “Os digo que la vida está en el espejo, y que vosotros sois el original, la muerte”. Hay allí un reflejo explícito del vínculo, siempre difícil de analizar, entre el comportamiento social y la actitud política.

Pero hay otros hechos que perfilan la política cotidiana. Con la negativa de la oposición a aprobar el presupuesto 2011, el gobierno consiguió dos aparentes beneficios. Primero, profundizar su estrategia de victimizarse ante la sociedad y, luego, manejarse con el presupuesto anterior, lo que le permitirá disponer de comodidades en el gasto por unos 50 mil millones de pesos. Ambas cosas tienen sus riesgos. La falta de una ley de presupuesto aprobada por el Congreso va a complicar los desembolsos de créditos tomados en el exterior para financiar obras, la mayoría de las cuales está destinada a las provincias. A los entes internacionales nada les interesan las chicanas entre oficialismo y oposición. Quieren seguridades, y una ley las da.

Casi desarticulado el peronismo disidente, con la UCR invirtiendo sus energías en la lucha interna, con el socialismo desorientado por las opciones que tiene por delante, con el macrismo preocupado por la falta de cohesión y con Elisa Carrió subida en un púlpito desde el que bendice o condena al infierno, el gobierno tiene ante sí un terreno fértil. La pregunta es si tendrá la capacidad de sembrarlo para cosechar un nuevo período presidencial. En un importante despacho del Congreso se escuchó decir con acierto: “Mientras vivía Kirchner, ganarle las elecciones al gobierno dependía de lo que hiciera la oposición. Ahora depende de lo que haga el gobierno. A la pelota la tiene Cristina”.

Miradas hacia el 2011

En el oficialismo son optimistas. Para usar una vieja expresión del peronismo, creen que, si la presidenta logra que a su alrededor nadie “saque los pies del plato”, puede consolidar los niveles de adhesión post fallecimiento de Néstor Kirchner que muestran hoy las encuestas. Pero eso dependerá de cómo administre la gestión del gobierno y, especialmente, el conflicto interno de su propia fuerza. Ya está intentando encaminar un acuerdo básico entre Hugo Moyano y el resto de los dirigentes del peronismo bonaerense. Y también una pacífica convivencia de sectores en el PJ nacional.

Callado como siempre Carlos Reutemann, el panorama de los presidenciables no se ha alterado. Hay una incipiente expectativa con el titular del radicalismo Ernesto Sanz, que podría reemplazar a un Julio Cobos cada vez más golpeado políticamente. Así las cosas, en el kirchnerismo apuestan a que la figura de Cristina no decaiga y para eso siguen minuciosamente el libreto marcado por Julio Grossman, titular de la Unidad Ejecutora Bicentenario, pero convertido en hacedor de la nueva imagen presidencial. Su consejo es la victimización. Cristina es mujer, ha quedado viuda, está dolorida por la pérdida y hay una encarnizada oposición que la hostiga. Se le quiebra la voz y “hace pucheros” en cada discurso. Todo eso es humano y conmueve a la audiencia. Pero los tiempos del luto presidencial, para ella y para la gente, en algún momento se acaban. Habrá que saber cuándo.

Radicales

“Que el gobierno no clausure el debate del Presupuesto Nacional”, reclamó el presidente de la UCR, Ernesto Sanz, respaldado por diputados y senadores nacionales de la fuerza.

“Pedimos al oficialismo que prorrogue las sesiones ordinarias o convoque a sesiones extraordinarias con el único objetivo de debatir y sancionar el Presupuesto nacional. El gobierno ha decidido clausurar el año parlamentario y el debate del Presupuesto, este dato es profundamente negativo”, aseguró el mendocino. Advirtió que sin ley, será mayor el manejo discrecional de fondos por parte de la presidenta de la Nación.

/// LO IMPORTANTE

Provocación

La jefa del partido Generación para el Encuentro Nacional (GEN), Margarita Stolbizer, consideró como “una provocación del gobierno” que enviara al Congreso un Presupuesto “con una previsión de inflación del ocho por ciento, que es una falsedad”.

Stolbizer agregó que la oposición no podía “aceptar que le quieran hacer cómplices de la mentira” y opinó que la actitud del gobierno “tiene que ver con la enorme cantidad de recursos para un manejo centralizado y discrecional que le permitirá tener la prórroga del Presupuesto actual en un año electoral que podrá hacer lo que quiera”.

/// EL DATO