En medio de los clientes

Asalto, tiroteo y captura

Ocurrió en la estación de GNC de bulevar Pellegrini y Perón. Tras asaltar el lugar un ladrón abrió fuego contra un policía. Terminó preso y herido.

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Héroe por un día. Gracias a la intervención del agente, el ilícito se frustró y su autor terminó detenido.

Foto:Mauricio Garín

 

Danilo Chiapello

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Un policía que se encontraba franco de servicio se convirtió en el héroe de la jornada al frustrar un violento asalto.

El grave episodio ocurrió poco después del mediodía de ayer y tuvo lugar en la estación para carga de GNC Ansi, ubicada en la intersección de bulevar Pellegrini y Juan Perón, en la parte posterior del hospital Iturraspe y en diagonal a la cancha del Club Atlético Unión.

Habían pasado algunos minutos después de las 13 cuando se observó a un sujeto que se conducía en moto por avenida Perón, en dirección hacia el sur. Al llegar al cruce con bulevar, se detuvo un instante en el cantero central, frente a su objetivo. Era la antesala del desastre.

Fuera de sí

Segundos después arribó a la citada estación. El golpe ya estaba en marcha. Sin vacilar descendió del rodado y empuñó un arma de fuego.

A los gritos ordenó a los dos playeros que le entregaran el dinero de sus billeteras. En todo momento el malviviente se mostró sumamente nervioso e irascible. “Estaba como fuera de control”, dijo hoy uno de los testigos. “Parecía como que quería terminar todo muy rápido”.

Ya desvalijados los empleados el caco no se dio por satisfecho. Entonces fue por un hombre, que se encontraba comprando aceite en el mini-shop del lugar, a quien también despojó de dinero. Sin embargo, ese último atraco fue su instante crucial.

Dicho “cliente” resultó ser un agente de policía, que se encontraba vestido de civil por cuanto estaba franco de servicio.

En momentos en que el delincuente se retiraba del lugar con paso presuroso, llevando a la par la motocicleta con la que había arribado, el policía se identificó como tal.

De inmediato el policía impartió la voz de alto. La sorpresa terminó por descontrolar al malviviente que abrió fuego contra el uniformado. El ladrón hizo no menos de cinco disparos.

Sólo por obra y gracia de la buena fortuna (y de la mala puntería del rufián) el episodio no derivó en una desgracia mayor.

El policía echó mano a su arma reglamentaria y repelió la agresión. Mientras intentaba escapar el sujeto recibió dos impactos de bala: uno en la rodilla derecha y el restante en el tórax, del lado izquierdo, parte posterior. Tras acusar sendos balazos el rufián alcanzó a hacer algunos metros hacia el oeste hasta caer en medio del pavimento, por el bulevar.

Ya con la situación dominada, el policía logró reducir al ladrón y desarmarlo.

Pedían lincharlo

Poco después el sector se poblaba de patrulleros y uniformados que habían sido notificados del episodio.

Para esta altura un nuevo drama estuvo a punto de acontecer cuando gran cantidad de vecinos y curiosos se acercaron para observar lo ocurrido. Tras conocer los pormenores del asunto no fueron pocas las voces que pedían la ejecución del delincuente, lo que llevó a que los uniformados a intervenir.

Con la premura del caso el delincuente herido (identificado como Ricardo A., de 32 años, con domicilio en Santo Tomé) fue llevado hasta el hospital Cullen, donde quedó en calidad de detenido alojado en la Sala Penitenciaria.

Vecinos y comerciantes de la zona indicaron que el suceso no los tomó por sorpresa, por cuanto “robos y atracos callejeros son cosa de todos los días”, dijeron.


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