Este sábado

Genevois al frente de las consolas en el estudio El Pote, de donde han salido algunos de los mejores discos “made in Santa Fe” Foto: Luis Cetraro

Ignacio Andrés Amarillo

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Este sábado, desde las 14, en Falucho Bar (San Martín 2365, Galería Garay), tendrá lugar una novedosa clínica de grabación para músicos a cargo de Ramiro Genevois, productor y operador de sonido de la ciudad, responsable de los prestigiosos estudios El Pote.

En este primer encuentro se abordarán temas de gran importancia para cualquier músico que inicia su carrera profesional o quiera incursionar en las técnicas de grabación sonora.

En la oportunidad, los músicos e interesados por el audio en general podrán encontrar las herramientas básicas necesarias para enfrentar una grabación profesional en un estudio o su propia sala. Desde el fenómeno acústico y la sonoridad de los instrumentos, hasta la mezcla y el mastering, pasando por los micrófonos y sus cualidades, la descripción de los equipamientos técnicos de un estudio y hasta algunos consejos para la convivencia dentro del mismo.

Con capacidad limitada, el evento será de jornada completa, hasta las 21, dividida en tres módulos. El costo de inscripción es de 70 pesos. Para la inscripción anticipada, comunicarse al (0342) 155-474132 o al e-mail [email protected]. Si no, dirigirse al Hotel Bertaina (Hipólito Yrigoyen 2255), o en el mismo Falucho Bar, recibiéndose las inscripciones hasta 30 minutos antes del comienzo de la jornada.

El contenido

“Va a tratar sobre lo que es la preproducción de un CD, ingresar al estudio, conocer el equipamiento. Por ahí van chicos que no tienen ni idea de cómo es el estudio, de cómo se trabaja, y de lo que quieren hacer para su CD, cómo quieren sonar. Ramiro dice: “Yo capaz que pierdo tres horas explicándoles cómo yo lo haría, y por ahí se pierde lo propio del grupo. Yo pierdo tiempo y ellos pierden dinero’”. Así explica el temario la organizadora del evento, la cantante Lucero del Alba Bertaina (recientemente nominada al Poquet Award a la Mejor Voz Femenina).

Y amplía: “El primer módulo es un paneo general sobre el equipamiento, cómo ir preparado para que los instrumentos suenen, cómo sacarles el mejor provecho, porque no es lo mismo una sala de ensayo o un recital que un estudio de grabación.

“Después el tema de la preproducción, que es como un boceto de lo que realmente quieren hacer. El segundo módulo está orientado para las personas que quieran incursionar en técnicas de grabación: se van a tratar algunos softwares específicos.

“En el tercer módulo se va a aplicar toda esa teoría a la práctica: va a haber dos canales (voz y guitarra, supongo) y se van a aplicar todos esos conocimientos: qué se puede ir haciendo, qué se puede mejorar, cuáles son los errores. Porque está todo lindo cuando se explica, pero en el momento surgen un montón de errores que hay que ir trabajándolos sobre la marcha”.

Inquietud personal

—Las siete horas corridas se parecen al trabajo en el estudio...

—Totalmente. Eso es lo que decía Ramiro: la gente tiene que estar acostumbrada a estar encerrada ocho horas dándole y dándole.

—¿Cómo te metiste a organizar esto?

—Fue una cuestión personal. Soy súper curiosa: me gusta saber aunque sea poquito pero de todo. A los médicos les pregunto de todo: de cada cosa que me dicen les pregunto: “¿Y por qué eso?”.

—En ese caso está bien, porque ahí te va la vida.

—Pero ésta también es mi profesión. Sentí la necesidad, porque por ahí iba a un estudio de grabación, veía líneas que subían y bajaban y no tenía ni idea. Entonces, pensé: no puede ser que yo esté exenta de esto; de algo que es tan importante, tanto como armar un show.

Y pensé: si a mí me surge esta incertidumbre de querer saber un poco más y querer abrirme la cabeza, supongo que a muchos músicos les puede pasar.