Ganados y carnes

Hay variables en recuperación

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Variables. La inflación, las posibles nuevas intervenciones en el mercado de carnes, el clima extremo (hay una sequía a la vista) y la incertidumbre institucional son cuestiones a tener en cuenta. Foto:Archivo.

Si bien los próximos años serán de una ganadería retraída, no habría que descartar que la producción de carne vuelva a tres millones de toneladas anuales en 2013-14.

 

Ignacio Iriarte

Hasta ahora, en el mercado de hacienda no ha habido “clavos”. Hay atrasos en algunos operadores del consumo interno, hubo convocatorias (un par de feedlots ), pero no hay incobrables de importancia. Productores y consignatarios, en el marco de una gran escasez de hacienda, eligen a quién venderle.

En los últimos 10 años hubo una gran depuración entre los operadores del mercado de la carne, y una gran parte de la industria frigorífica ha pasado a manos más solventes o más profesionales. Lo que sí preocupa son los enormes montos que se manejan, derivados de la espectacular valorización del ganado.

Industria. Un factor que da firmeza adicional al mercado de hacienda es el exceso de capacidad instalada con que opera la industria frigorífica. Se pierde más plata teniendo una planta cerrada que operándola aún con los fuertes contramárgenes actuales. “Compramos novillos y vacas a valores que sabemos que después no vamos a recuperar, porque hay que darle trabajo a la fábrica”.

Perspectiva

El panorama para la ganadería luce muy promisorio, pero tanto internamente como a nivel mundial se presentan amenazas. La inflación, que erosiona los ingresos de la población, las posibles nuevas intervenciones en el mercado de ganados y carnes (de este gobierno o del que venga), el clima extremo (hay una sequía a la vista), la incertidumbre institucional, la caída acelerada en el tipo de cambio real, la recaída de la economía estadounidense o europea, el fortalecimiento del dólar a nivel mundial, la guerra de monedas, un posible rebrote proteccionista, ajustes en China y una posible devaluación del real, entre los más destacados.

Otra amenaza, que por dos o tres años no se concretará, pero que es sin duda la más importante, es una eventual recuperación de la producción de carne.

Los precios actuales son consecuencia de la fuerte reacción del consumo interno ante una caída en la faena de 3,4 millones de toneladas (2009, liquidación) a una de 2,5 millones de toneladas (2010, equilibrio, retención), pero no puede descartarse que para el 2013-2014, la producción de carne se haya recuperado a 2,8-3,0 millones de toneladas, de la mano de un mayor número de vientres (la retención ya está en marcha), de un rebote en el porcentaje de destete (entre tres y cinco por ciento más) y de un aumento en el peso medio de faena, el cual ya ha aumento de 215 a 227 kilos por animal.

En los próximos tres años, que seguramente van a ser muy buenos, se deberán monitorear continuamente estas tres variables.

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El ritmo de la carne

La carne será por muchos años un producto escaso, sobre todo si la retención se prolonga (5-7 años), pero estos precios excepcionales son producto de una escasez también excepcional, y debe preverse que en el mediano y largo plazo pasemos de precios “excepcionales” a precios “muy buenos”.

Cualquiera sea el ritmo de la recuperación del stock ganadero y de la producción de carne, en el mejor de los casos y aun en el caso de permitirse exportaciones mínimas, se podrá recuperar un consumo de 60 kilos en cuatro a cinco años, luciendo como altamente improbable que dentro de los 10 años pueda volver a los 70 kilos por habitante al año.