Colón no ve la hora de irse de vacaciones...

Un desquicio absurdo, negativo e inexplicable

El esfuerzo por armar un equipo de jerarquía y ambicioso terminó derrumbado ante la ineptitud de un plantel que no demuestra de lo que es capaz.

Un desquicio absurdo, negativo e inexplicable

¿Por qué Ledesma y no Bellone? En los mejores momentos del equipo, con Gamboa de entrenador, Bellone le había ganado la pulseada a Ledesma y se había quedado con el puesto de volante central. Perdió la titularidad el pibe y ahora que se necesitaba alguien con más marca para recuperar la pelota, el Negro apostó por Ledesma, quien, como en todo el torneo, jugó un flojo partido. Foto: Télam

 

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Buenos Aires)

“La campaña es un desastre”, dijo un enojado Esteban Fuertes. O más o menos así. No importa. Lo que sirve es que alguien tremendamente importante en la vida deportiva de Colón como él, goleador histórico de la institución, piensa y dice lo que piensa sin medias tintas. Lo dice en caliente después de un partido en el que, inclusive, le mostraron la quinta amarilla que le impedirá despedir el año ante su gente. Pero lo dice convencido de que Colón se armó para otra cosa, se armó para pelear arriba, para ser un equipo protagonista, complicado para todos, ganador y, si se podía, candidato a ganar el torneo. Sin embargo, el cachetazo de esta campaña ha sido muy grande. Una campaña irregular, pero con más bajones que picos de alto rendimiento. Y un equipo que se termina desintegrando entre rendimientos individuales opacos y dos técnicos —Mohamed y Gamboa— que no pudieron encontrarle la vuelta.

Está claro que Gamboa tiene menos responsabilidad que Mohamed, sólo por el hecho de que el que armó el equipo fue el Turco. Pero el Negro tuvo tiempo de acomodarlo y de mejorarlo; y lo consiguió sólo en una racha de tres o cuatro partidos que parecieron marcar un rumbo más adecuado a la capacidad y jerarquía individual de este plantel. Pero otra vez llegó la caída que, ahora, acumula tres derrotas consecutivas dejando muy poco —casi nada— para rescatar. ¿Por qué le pasa esto a Colón?, ¿en qué se falló?, son preguntas que ameritan variadas respuestas, aunque nadie, absolutamente nadie, podrá ignorar que se hizo un gran esfuerzo económico por traer refuerzos de valía para darle un salto de calidad al plantel. Pero adentro de la cancha se falló.

Después del primer partido con Quilmes, escribí que Colón tenía un buen plantel y sigo manteniendo la idea. Tres jugadores de Selección (Pozo, Garcé y Quilez), otro que también es de Selección (el boliviano Raldes), un “5” que jugó en equipos grandes del país (Ledesma), un goleador implacable y referencia en el plantel (Fuertes) y otro delantero con apetito de gol y suficiente jerarquía para ser visto como un refuerzo digno de un club que pelee por algo (Larrivey), más un enganche típico, que venía de “romperla” en el fútbol chileno (Damián Díaz), son datos suficientes para suponer que el plantel estaba bien constituido. Faltaba amalgamarlo, transformarlo en un verdadero equipo con hambre de gloria y capaz de hacer historia en una institución que nunca disfrutó de las mieles de un título. No pudo ser.

¿En qué falla Gamboa?, en no haber podido mantener un nivel de juego que, por ejemplo, resultó satisfactorio ante Lanús o ante Tigre. Y en tomar algunas decisiones que no se comprenden del torneo. Por ejemplo: ¿qué “pecado” cometió el pibe Bellone para ser borrado literalmente de la titularidad como lo hizo Gamboa?, ¿por qué la chance para Ledesma, una vez que el técnico se dio cuenta de que el problema del equipo es la ausencia de marca pero no la supo corregir ante River, si Bellone le quitó el puesto?

De un partido al otro, de River a Arsenal, pasaron muy pocos días (apenas tres). Y esto se notó también en la respuesta física de jugadores vitales en este plantel, como Fuertes y Moreno y Fabianesi. Este último es un caso testigo: Moreno se “comió” la cancha ante River, pero fue tan flojo como el resto de sus compañeros ante Arsenal. La única modificación que se hizo, para un equipo que venía de perdedor, fue la búsqueda de un “5” que pare algo en el medio. Demasiado poco cambio para un equipo que necesitaba, quizás, algún retoque mayor para modificarle la imagen.

Un primer tiempo paupérrimo

¿Qué extraño hecho pudo haber ocurrido en el entretiempo para que Colón, más allá de los dos cambios de nombres que hizo Gamboa, cambiara la actitud en esos primeros diez o quince minutos y empatase el partido? Lo del primer tiempo había sido lamentable en todo aspecto. Un equipo híbrido, descompensado defensivamente, con un rival inteligente para atacar (puso dos hombres rápidos por el costado derecho para atacarlo a Goux y luego tirar el centro cruzado al segundo palo) pero con una debilidad propia alarmante. Cada pelota dividida, cada mano a mano, cada balón disputado cuerpo a cuerpo, terminaba siendo propiedad del rival. Esa mayor fortaleza física y decisión para buscar el partido, se vio en dos jugadas claras: la del gol de Mosca (centro de Adrián González con un rival abierto) y el penal clarísimo que le cometió Pozo a Franzoia y que el propio arquero (único jugador para rescatar) pudo atajar desde los doce pasos ante el remate de Cristian Alvarez. ¿Y Colón?, nada. Un Quilez desdibujado y falto de potencia, dos delanteros absorbidos (igualmente, el Bichi metió un frentazo que descolgó muy bien Campestrini en un ángulo), un Damián Díaz muy poco claro para jugar y, en general, un equipo sin sorpresa, lento en el manejo de la pelota, previsible y sin fuerza para recuperarla en el mediocampo.

Ese comienzo del segundo tiempo hizo visible un cambio de actitud. Todo lo que dejaba dudas en el primer tiempo, pasó a convertirse en certezas positivas en el segundo. Así, con empuje, con decisión y con una muy buena jugada preparada a través de un córner (casi igual que ante River), llegó el remate de Goux luego de una pelota peinada en el primer palo (¿fue Garcé?) para poner un 1-1 prematuro en el arranque del complemento, que permitía pensar en una historia diferente.

Duró poco. Pezzotta cobró otro penal (¿hubo falta de Fuertes contra Ortiz?, nos quedan muchísimas dudas) y Arsenal se puso en ventaja. A partir de allí, Colón quiso, avanzó, pretendió, pero en los hechos hizo bastante poco. Muchos centros, muchos pelotazos frontales, mucha previsibilidad para atacar y escasa agresividad en los últimos metros. Alfaro tenía a Alustiza en el banco, que se encargó de provocar un desequilibrio lógico al contar con espacios en el terreno rival. Arsenal vio que el partido se presentaba como lo pretendía, con un rival que ganaba terreno pero que carecía de claridad, que caía en la impotencia y que abría el terreno en su defensa para que sufriera el contragolpe. Así jugó, juega y jugará Arsenal. Son estilos. Es un equipo molesto, siempre lo fue. No va a cambiar ahora, mucho menos con estos resultados que está obteniendo (ayer llegó a 32 puntos y totalizó la mejor campaña en torneos cortos).

 

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Quilez termina el año en “una pierna”

Se nota que al ahora jugador de la selección, la lesión en el tobillo y las infiltraciones le juegan una mala pasada. Se nota su declive físico. Anduvo mal contra River y anoche jugó molesto y condicionado todo el primer tiempo. Debió salir.

Foto: Télam

/// SÍNTESIS

Arsenal 2

Colón 1

Cancha: Arsenal.

Árbitro: Sergio Pezzotta.

Arsenal: Campestrini; Cristian Álvarez, Nervo, Pablo Aguilar y Damián Pérez; Adrián González, Marcone, Ortiz y Mosca; Franzoia y Obolo. AS: Orcellet. Estuvieron en el banco: Boggino, Sena y Esmerado. DT: Gustavo Alfaro.

Colón: Pozo; Raldes, Garcé y Goux; Quilez, Ledesma, Moreno y Fabianesi y Quiroga; Damián Díaz; Larrivey y Fuertes. AS: Marcos Díaz. Estuvieron en el banco: Candia, Rivarola y Bellone. DT: Fernando Gamboa.

Goles: en el primer tiempo, a los 32 min, Mosca (A). En el complemento, a los 4 min, Goux (C), y a los 21 min, Alustiza (A) de penal.

Cambios: en el segundo tiempo, al comenzar, Higuaín (C) por Damián Díaz y Soto (C) por Quilez; a los 16 min, Alustiza (A) por Franzoia y Silva (A) por Adrián González; a los 28 min, Curuchet (C) por Higuaín, y a los 35 min, Choy González (A) por Mosca.

Incidencias: en el primer tiempo, a los 15 min, Pozo (C) arquero de Colón, le detuvo un penal a Cristian Álvarez.

Amonestado: en Colón, Fuertes.

45

años

hace que Colón no gana en la cancha de Arsenal, en Sarandí. La última victoria en ese escenario fue en 1965, cuando Colón ganó 1 a 0 con gol de Néstor Canevari. Fue el equipo que ascendió a Primera División de la mano de Ítalo Giménez y Pepe Etchegoyen. Luego, Colón ganó de visitante ante Arsenal, pero en otro estadio. La última fue en 2002, en cancha de Lanús.

BAJO LA LUPA

POZO (7). Atajó un penal y tapó dos mano a mano en el segundo tiempo, uno de ellos, a Obolo, en forma espectacular. Renegó toda la noche con su propia defensa.

RALDES (5). No tan bien ubicado en algunos pelotazos cruzados, pero dando la impresión de ser uno de los más firmes dentro de una labor opaca de la defensa.

GARCÉ (4). Llamativamente inseguro y hasta falto de velocidad, algo que siempre lo distinguió. No termina bien el “Chino”, hombre clave para Colón.

GOUX (5). El gol levanta algo su calificación. Arsenal atacó mucho por su sector y le crearon problemas cuando alguno más rápido se tiró por ese costado.

QUILEZ (4). Jugó “atado con alambres”. Dio la impresión, siempre, de estar en desventaja física.

LEDESMA (4). Recuperó pocas pelotas porque le faltó convicción para ir al choque y al forcejeo con los volantes rivales. Mal torneo de un jugador de quien se espera mucho más.

MORENO Y FABIANESI (5). Muy por debajo de su nivel, que fue muy bueno en el partido frente a River. Tuvo un bajón en lo físico.

QUIROGA (4). Otro que fue de mayor a menor en su rendimiento individual. Apenas un par de jugadas en el primer tiempo y muchos centros imprecisos.

DAMIÁN DÍAZ (4). Poco y nada durante los 45 minutos que jugó. Casi siempre hizo una de más y esto permitió que marcaran a los posibles receptores.

LARRIVEY (4). Repitió sus últimas flojas actuaciones. Sólo un cabezazo tras un centro desde la derecha que se fue cerca del ángulo, en el segundo tiempo.

FUERTES (5). El Bichi exigió en el primer tiempo, pero se fue desinflando progresivamente en el segundo. Campestrini le sacó una pelota del ángulo.

SOTO (4). Más allá de poner empeño, no tuvo claridad para cambiar la historia de un partido que le fue negativo a Colón durante casi todo su trámite.

HIGUAÍN (5). Había realizado algunas jugadas interesantes, pero rápidamente lo golpearon y jugó condicionado hasta que lo sacaron.

CURUCHET. Se paró de volante por derecha, tratando de abrir la cancha. No tuvo muchos espacios para hacer valer su velocidad y explosión.