Los padres reclamaron “más testigos” del asesinato del joven

Maratón en homenaje a Matías Berardi

DyN

Cientos de personas participaron hoy en la Maratón en Homenaje a Matías Berardi, adolescente de 16 años secuestrado y asesinado en Campana en septiembre último, al correr unos 300 metros en la localidad bonaerense de Martínez, al lado del hipódromo de San Isidro, adonde acudieron con múltiples donaciones. En tanto, los padres del adolescente asesinado, Juan Berardi y María Inés Daverio, reclamaron “más testigos” para la causa en la que se investigan los últimos minutos de vida de su hijo.

Los competidores, a las 11.14 y desde el cruce de Dardo Rocha y Santa Fe, corrieron unos 300 metros, distancia coincidente con la recorrida por Berardi en pedido de ayuda luego de haberse escapado de sus raptores, quienes lo recapturaron poco antes de ser hallado muerto producto de dos balazos. El padre del adolescente asesinado, Juan Berardi, agradeció a los participantes y pidió “más testigos” para la causa en la que se investigan los últimos minutos de vida de su hijo. En la noche del 27 de septiembre último, Matías Berardi fue con sus amigos a un baile de egresados en el boliche “Pachá” de la Capital Federal y regresó en una combi alquilada en la madrugada del día siguiente.

A las 5.45, se bajó en una estación de servicio de Ruta 26 y Panamericana-Ramal Pilar para, desde allí, viajar a su casa en Ingeniero Maschwitz. Pero, a las 6.11, la madre del adolescente recibió el primer llamado con el que le exigían mil pesos y objetos de valor porque tenían a su hijo secuestrado. Fue la primera de las ocho comunicaciones, con las que terminaron reclamando 30 mil pesos de rescate. El adolescente estuvo secuestrado en el taller de herrería de Richard Souto, ubicado en Sarmiento 407 de Benavídez, pero en un momento logró escapar, saltar la reja de la vivienda y recorrer las calles pidiendo ayuda. Fue así como la esposa del herrero, Ana Cristina Moyano; sus hijas Jennifer Stefanía Souto Moyano y otra menor de edad; su cuñada Celeste Moyano; y la pareja de esta última, Néstor Facundo Maidana; salieron a buscarlo y le dijeron a los vecinos que no era un secuestrado, como había clamado el chico, sino un ladrón.