EN UN VOLKSWAGEN BORA 2008

—¿Lo compraste porque te gustó o por negocio?

—Lo compré porque me gustó mucho; antes de éste tenía un VW Golf, por lo que la línea VW me gusta, pero además hice un buen negocio comprando el Bora.

—¿Qué es lo que más te gusta del Bora?

—Lo que más me gusta de este auto es la comodidad y la confiabilidad, nunca me dejó a “pata”, adonde encaré, llegué sin problemas, y eso que viajo bastante desde Buenos Aires, donde vivo, a Margarita, donde viven mis viejos.

—¿Tuviste alguna anécdota curiosa?

—Varias, pero me acuerdo una con este Bora. Una vez estacioné en una calle muy abovedada, con mucha caída, quedó inclinado y apenas me bajé, se me cerró la puerta y las llaves habían quedado adentro. Llamé a un cerrajero y abrió la puerta con un alambre.

—¿Alguna vez tuviste ganas de prenderle fuego a un auto por algún desperfecto?

—Sí, varias veces. Pero con la que más puteaba era con una cupé Mégane Cabriolet que compré usada; cada dos por tres tenía un problema. Me arrepentí de haberla comprado, porque estaba muy “baqueteada” la pobre, aunque en su momento era un furor.

—¿Le sos fiel a la marca VW?

—No. He cambiado de marcas varias veces. Igual pienso que Volkswagen es una marca muy buena. Tanto el Golf que tuve antes y este Bora, me dieron resultado.

—¿Sos de maltratar al coche?

—No. Lo único que hago es acelerarlo un poco, nada más, me gusta la velocidad, pero sólo en los lugares en los que está permitido. Pero lo cuido mucho, no lo dejo caer.

—¿Cuál es el auto de tus sueños?

—El auto que me quiero comprar es el Audi TT, pero todavía estoy lejos (risas). Pero si es por soñar, también me gustaría una Ferrari o una cupé Corvette.

—¿Qué consejos le darías a los automovilistas?

—Lo que les diría es que sean muy precavidos, que respeten las normas de tránsito, que no se distraigan haciendo otras cosas mientras manejan, eso es muy peligroso y muy común de ver.

(*) La entrevista es gentileza de Alberto Sánchez.