En la coyuntura mundial

El balance de un año muy bueno

Se cierra una etapa marcada por los buenos precios a nivel internacional. La sequía de Rusia primero y en Sudamérica después marcaron a fuego una campaña para el recuerdo.

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Para el trigo, la abundante oferta mundial y la apreciación del dólar generaron un bajo ritmo de exportaciones norteamericanas que ejerció presión sobre las cotizaciones.

Foto: Campolitoral

Grimaldi Grassi/Campolitoral

Para el trigo, en la primera mitad del año los factores fundamentales bajistas fueron contrarrestados por variables técnicas alcistas llevando a los precios a fluctuar en un rango de 4,5 a 5 U$S/bushel. La abundante oferta mundial del cereal y la apreciación del dólar generaron un bajo ritmo de exportaciones norteamericanas que ejerció presión sobre las cotizaciones. Sin embargo, la abultada posición neta vendida que mantenían los fondos especuladores en el Mercado de Chicago, dejaban susceptible a los futuros a subas por toma de ganancias cuando se liquidaban parte de estas posiciones.

La severa sequía que afectó al este de Europa y la región del Mar Negro recortó fuertemente la cosecha de granos en la región y la oferta exportable de trigo. Las subas se acentuaron con las sucesivas reducciones en las estimaciones de producción y exportaciones de la Unión Europea, Rusia, Kazajstán y Ucrania. De hecho Ucrania estableció cuotas de exportación y Rusia prohibió las ventas al exterior del cereal hasta el próximo año para asegurar una adecuada oferta doméstica.

Maíz

En el primer semestre del año el mercado de maíz presentó cierta estabilidad ya que se equilibraron factores fundamentales bajistas y alcistas. La abundante oferta mundial de granos forrajeros y las expectativas de una nueva cosecha récord en EE.UU. pesaban considerablemente sobre las cotizaciones. Además, la apreciación de más del 80% que experimentó el dólar en los primeros seis meses del año tuvo un impacto negativo. Sin embargo, ciertos factores de demanda ayudaron a neutralizar esta presión bajista. La firmeza del consumo mundial de maíz alentada por su uso forrajero (mayor consumo de carnes) e industrial (principalmente en EE.UU. de la mano de la industria del etanol) generó temores por una ajustada oferta del grano, incluso con cosechas récords.

La severa sequía que afectó al este de Europa y la región del Mar Negro recortó fuertemente su oferta exportable de granos. Considerando que las zonas afectadas producen principalmente granos forrajeros, la situación tuvo un impacto directo sobre la demanda mundial de maíz por efecto sustitución. Los importadores de trigo de calidad forrajera podrían inclinarse por maíz ante la ausencia de oferta proveniente de esta región en el mercado exportador.

Las condiciones climáticas desfavorables que se registraron en la principal región productora de EE.UU. resultaron en un fuerte recorte en las proyecciones de rindes. El escenario de cosecha récord al comienzo de la campaña se disipó y retornaron los temores de una oferta del cereal aún más ajustada, ahora con mejores perspectivas de exportaciones (por una menor oferta mundial de granos forrajeros) y una mayor demanda doméstica por parte de la industria del etanol. A este cambio de escenario en la oferta norteamericana se sumó la debilidad del dólar, que tras cotizar frente al euro en niveles cercanos a 1,26 U$S a comienzos de septiembre superó los 1,40 U$S/€ a mediados de octubre.

La Niña

La falta de precipitaciones en la principal región productora de maíz y soja en Sudamérica a causa del fenómeno climático de “La Niña”, renovaron los temores de recortes en la cosecha de ambos productos en la región, con un fuerte impacto sobre la oferta mundial. Particlarmente en el caso del maíz, con un ajustado escenario de oferta en EE.UU. y con una relación stock/consumo de sólo el 15% a nivel mundial.

Resulta de gran importancia seguir de cerca la evolución del consumo de maíz por parte de la industria productora de etanol, ya que es uno de los principales destinos de la producción del grano. Actualmente esta industria participa del 42% de la demanda doméstica en EE.UU. y del 36% en la demanda total del grano (Consumo doméstico + exportaciones).

Si bien no resultan relevantes a nivel mundial por el monto (apenas 1 mill.tn de un comercio mundial de 93 mill.tn.), las importaciones de maíz por parte de China son claves para este mercado por su crecimiento en los últimos meses: de importar sólo 50.000 tn en la campaña 2008/09 compró más de 1 mill.tt. entre mayo y septiembre del ciclo 2009/10; y por el rol clave de China en el mercado mundial con un crecimiento anual de su PBI mayor al 8%.

Con un escenario similar de oferta en EE.UU. es de esperar que la llamada “batalla de área” entre el maíz y la soja se acentúe esta campaña agregando volatilidad a los precios. Según los datos informados por el USDA en diciembre, en ambos mercados se observaba una relación stock/consumo de sólo el 6%. La demanda china de soja, mayor a la esperada en un primer momento, y el deterioro de las perspectivas de cosecha de maíz en Estados Unidos, llevó a esta brusca caída en los niveles de stocks para ambos productos.

Soja

En los primeros seis meses del año, la cotización de la soja osciló en torno a 9,5 U$S/bushel. El avance de la cosecha récord en Sudamérica, las favorables perspectivas de siembra para EE.UU. y la fuerte apreciación del dólar pesaron sobre el valor de la oleaginosa. Sin embargo, la firme demanda de China ayudó a contrarrestar esta presión.

Desde junio hasta mediados de noviembre, los precios de la soja mostraron un claro y firme comportamiento alcista. Un factor que impulsó a este mercado fue la menor oferta exportable sudamericana a pesar de la cosecha récord. Algunos problemas logísticos en Brasil y la retención de mercadería ejercida por los productores en Argentina, limitaron la oferta exportable en la región. Por otra parte, comenzaron a observarse ciertas características meteorológicas que indicaban una alta probabilidad de ocurrencia del fenómeno de “La Niña” hacia fin de año; situación que implicaría un elevado riesgo para la cosecha sudamericana 2010/11. Frente a este contexto de oferta, China siguió firme en el mercado comprando activamente tanto poroto como aceite de soja. El conflicto comercial entre el gigante asiático y Argentina por el subproducto, generó una mayor demanda desde otros orígenes, como Brasil y EE.UU.

 

¿Cómo evolucionaron los precios relativos?

Con las acentuadas subas que registró el trigo en sólo dos meses, los precios relativos del cereal con el maíz y la soja se desajustaron, para luego retornar a valores cercanos a los observados a comienzos de año. La grave sequía en Rusia fue el principal factor de impulso a las cotizaciones de los cereales a mitad de año, afectando principalmente al trigo. Si bien el trigo y el maíz alcanzaron subas de magnitud relevante (superiores al 80%), las mismas se hicieron efectivas en un plazo mucho más corto (dos meses en el trigo y 4 meses en el maíz). La soja, por su parte, registró subas porcentuales menores (40%) en un período mayor. Los precios relativos entre ambos productos se mantuvieron estables en el primer semestre del año, para luego subir considerablemente en julio y agosto, producto del fuerte incremento en los valores del trigo. Luego los precios del citado cereal cedieron un poco y los valores del maíz se incrementaron para retornar al cociente entre ambos productos a niveles cercanos a los observados a comienzos de año (en torno a 1,30).

/// el dato

Subas y bajas

Cuando las cotizaciones del trigo y del maíz se incrementaron considerablemente a mitad de año, los precios de la soja mantuvieron subas paulatinas de menor magnitud; situación que llevó a un deterioro de los precios relativos de la oleaginosa con los cereales. Luego, con las alzas constantes de la soja y el retroceso en los precios de los cereales, los ratios se ajustaron aunque todavía son algo inferiores a los observados a comienzos de año.