Una catástrofe sin precedentes

Se extiende la inundación en Australia

Treinta y tres muertos, nueve desaparecidos y más de tres millones de personas afectadas constituyen el saldo que dejó hasta ahora el avance de las aguas. Los daños han sido estimados en 20.000 millones de dólares.

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Una bandera australiana deshilachada y cubierta de barro ondea en el patio de una casa, en Granthan, a la que el agua desplazó de sus pilares y que permanece en precario equilibrio. Foto: Agencia EFE

 

Agencia EFE

Las inundaciones que afectan a un 25 por ciento del Estado de Victoria, en el sureste de Australia, se dirigen hoy a Lake Charm, Mystic Park, Bael Bael y Farley, entre otras urbes pequeñas de unos miles de habitantes, donde se hacen preparativos y evacuaciones.

La masa de agua que arrastra el río Loddon llegará mañana a Swan Hill, una localidad con 10.000 habitantes y 342 kilómetros al norte de Melbourne, antes de desembocar en el río Murray, el más largo de Australia que, si los cálculos de los expertos se cumplen, será capaz de absorber y canalizar todo ese líquido.

“La colocación de sacos de arena entre Kerang y Swan Hill continúa y estamos alertando a los residentes (del peligro). Se van a producir extensas inundaciones en los campos, hay agua por todas partes (...) Vamos a tener problemas con el agua durante siete o diez días”, señaló el portavoz del Servicio de Emergencia del Estado, Lachlan Quick, según la edición digital del diario The Age.

Quick detalló que hasta la fecha 75 localidades de la región septentrional de Queensland han sido afectadas, algunas como Kerang continúan aisladas y otras diez se encuentran en el camino de la masa de agua. Los pronósticos meteorológicos para los próximos días indican nublado con posibles lluvias vespertinas durante el fin de semana y precipitaciones el lunes.

Hasta la fecha, 33 personas han muerto en los Estados de Queensland y Victoria, 9 continúan desaparecidas y cerca de tres millones han resultado afectadas por las inundaciones en el este de Australia, las cuales comenzaron a fines de noviembre.

Los daños estimados ascienden a 20.000 millones de dólares (14.867 millones de euros) y las reparaciones tardarán, en algunos casos, dos años en completarse.

El gobierno de la primera ministra Julia Gillard, que quiere mantener su promesa de que los presupuestos estatales volverán a tener superávit en el ejercicio fiscal 2012-13, estudia la posibilidad de crear un impuesto especial para sufragar los costes.