LLEGAN CARTAS
La mejor forma de cuidar el consumo de agua
Elio C. Reinares
LE 3.163.242 (Llambi Campbell)
Señores directores: No tiene la culpa el que derrocha el agua sin saberlo. La culpa corre de cuenta de Assa Aguas Santafesinas, que no coloca medidor a cada uno de los usuarios.
Según comenta El Litoral con una descripción interesante en sus páginas 10 y 11 del 22 del corriente, el consumo en la ciudad es de 400 litros por habitante, lo que dice de un porcentaje ridículamente lamentable; lo primordial para el control de costo para el usuario, es la colocación del medidor. En nuestro pueblo, durante el año 2010, el consumo fue de 115 litros diarios por habitante.
Claro está, que caño roto o canilla que pierde, se arregla dentro de las 24 horas, para que no se queje el bolsillo.
Les doy un ejemplo que es el de muchos usuarios, que nos enteramos de la rotura de un caño, cuando nos llega la factura con el consumo: en febrero de 2010, nuestro consumo era en miles de litros: 16; en marzo 23 y en abril, pasó a 55.000 litros. Ante ese consumo excesivo recurrí al plomero y nos encontramos con un caño roto del agua caliente; la pérdida era considerable y mayor que el costo del agua era la del gas. Reparado éste, volvimos al consumo en junio de 16.000 litros mensuales. De no haber tenido medidor, el gasto del agua sería considerable y estaría perjudicando a los usuarios sin saberlo, porque a mayor consumo desconocido, la que se perjudica es la cooperativa de Agua Potable. En mi caso que es el de varios socios, permitió subsanar la pérdida de agua y consumo de gas. Las canillas si pierden 6 gotas por minuto se arreglan y el agua que consumimos no lo apreciamos como derroche, así sea regando el jardín.
Lo primordial para Assa es instalar un medidor a cada una de las familias que cuentan con este servicio, para que sepan apreciar algún posible deterioro en las instalaciones y medir su consumo de acuerdo al bolsillo. Esta se convierte en la más práctica y justa de las enseñanzas al soberano. Corre por cuenta de Assa bajar el consumo a menos de la mitad de lo que hoy se derrocha y se convierte en la mejor enseñanza para el consumidor.
