Caso Nora Dalmasso

Piden el sobreseimiento para el pintor imputado

Piden el sobreseimiento para el pintor imputado

Gastón Zárate

Foto: Télam

Télam

El fiscal de Río Cuarto, Javier Di Santo, pidió hoy el sobreseimiento del pintor Gastón Zárate, quien hace más de cuatro años que está imputado por el crimen de Nora Dalmasso, cometido en 2006 en el barrio Villa Golf de esa ciudad cordobesa, informaron fuentes judiciales.

Tras conocerse el requerimiento de la fiscalía, el propio joven dijo a la prensa que piensa que el homicidio de la mujer va a quedar “impune”.

Fuentes judiciales informaron a Télam que Di Santo elevó hoy el pedido de sobreseimiento de Zárate al juez de Control de Río Cuarto Daniel Muñoz, el mismo que le otorgó la excarcelación al pintor, el 10 de febrero de 2007, 11 horas después de que el joven fuera detenido por primera y única vez.

Hasta hoy, Zárate estaba imputado como autor de los delitos de “abuso sexual con acceso carnal, hurto calificado y homicidio calificado”. De acuerdo con el artículo 349 del Código Procesal Penal de Córdoba, “el sobreseimiento cierra irrevocable y definitivamente el proceso con relación al imputado a cuyo favor se dicta” y tiene que ser dispuesto mediante una sentencia del juez interviniente.

Asimismo, el artículo 350 dispone que el sobreseimiento procede -entre otras razones- “si, habiendo vencido los términos para la investigación penal preparatoria y sus prórrogas, no hubiere suficiente fundamento para elevar la causa a juicio y no fuere razonable, objetivamente, prever la incorporación de nuevas pruebas”.

“Pienso que (el crimen) va a quedar impune”, expresó esta tarde Zárate a la prensa y, en ese sentido, explicó que, a partir de los resultados finales de los estudios del FBI, “el único ADN que salió en la bata es de Marcelo Macarrón (el viudo de Dalmasso)”.

“En estos cuatro años pasaron muchas cosas que antes las podía tener y ahora, por la falta de trabajo, se complicó todo”, añadió el pintor.

De acuerdo con el informe del FBI que fue remitido la semana pasada, en las muestras levantadas en la escena del crimen existen dos ADN completos pero no pertenecen a Zárate, ni al otro coimputado, Facundo Macarrón, hijo de la víctima, ni al resto de las 28 personas que pudieron haber contaminado las muestras.

El estudio también reiteró el hallazgo de un perfil genético parcial -haplotipo Y- correspondiente al linaje Macarrón.

En ese sentido, el viudo declaró desde un principio que antes de viajar a Punta del Este, donde dijo que se encontraba al momento del crimen, había tenido relaciones sexuales con su esposa, por lo que su ADN podría estar en el cuerpo y la cama de la mujer.

El cadáver de Dalmasso (51) fue encontrado el 26 de noviembre de 2006, en el dormitorio de su hija, que no estaba en la casa del barrio Villa Golf, de Río Cuarto, ni tampoco su hijo Facundo y su marido Marcelo.

En febrero de 2007, el fiscal Di Santo ordenó la detención de Zárate, que había trabajado como pintor en la casa de la víctima, pero al día siguiente, tras una marcha a favor del sospechoso al que se denominó como “perejil”, el joven fue liberado. En junio de ese mismo año, luego de que se encontrara el haplotipo Y de los Macarrón en una serie de muestras, el fiscal acusó a Facundo del homicidio de su madre, pero no ordenó su detención porque lo imputó en el grado de “sospechas leves”.

En aquel entonces, al igual que al momento del crimen, Facundo vivía en la ciudad de Córdoba donde estudiaba en la Facultad de Derecho, carrera de la que finalmente se graduó. A lo largo de la investigación, se manejaron varias hipótesis: una apuntó a un crimen durante un juego erótico; otra a un estrangulamiento durante la consumación de una relación sexual y la última, a la de que el homicidio fue cometido tras un abuso sexual.

Las repercusiones del crimen derivaron en las renuncias del fiscal general de Córdoba, Gustavo Vidal Lascano; del secretario de Seguridad provincial, Alberto Bertea, y de uno de sus asesores, Rafael Magnasco.

Asimismo, el caso también derivó en la apertura de otras dos causas paralelas, en las que se investigaron denuncias por supuestos pagos de dádivas a policías y presuntos “aprietes” de uniformados al testigo Carlos Curiotti.

Este testigo conocía a Zárate y fue el que supuestamente declaró que el pintor le había confesado haber matado a Dalmasso, aunque un peritaje demostró luego que ese muchacho padecía problemas psiquiátricos.