Preocupación

Malestar en Barranquitas Este por robos y atracos callejeros

Se trata de asaltos tipo express. Los delincuentes actúan en moto y también de a pie. Los vecinos reclaman mayor presencia policial

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La mayoría de los golpes se cometieron a la hora de la siesta cuando es escaso el tránsito de vehículos y la presencia de personas. Foto: El Litoral

Redacción de El Litoral

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Una seguidilla de hechos delictivos tiene a mal traer a los habitantes del barrio Barranquitas Este.

Vecinos y comerciantes de dicho sector se comunicaron con este diario y expresaron su preocupación ante la reiteración de robos y asaltos callejeros.

En su relato apuntaron como la zona más peligrosa a la demarcada en el cuadrante de las avenidas López y Planes, Facundo Zuviría y las calles Mariano Comas y Quintana. La hora de la siesta parece ser el momento clave para los malvivientes. No obstante se sabe de otros episodios que se concretaron durante la mañana o en horas de la tarde.

Tal como viene ocurriendo las víctimas más “buscadas” por la delincuencia son mujeres, aunque no escapan los hombres. Niños y personas de avanzada edad también fueron alcanzados por los cacos.

Relato directo

Lo que sigue es el relato de M., una mujer de 35 años, que por cuestiones obvias prefirió hacer reserva de su identidad.

“Eran las 3 de la tarde de un día hábil de la semana pasada. Yo me encontraba cruzando la nueva apertura de la vía ubicada en Pedro Ferré y San Lorenzo, cuando observé que un motociclista me sobrepasó y se detuvo a pocos metros delante de mí.

Casi en forma simultánea sentí, por detrás, que alguien tironea de mi cartera y, sin pensar, comencé a forcejear, procurando que el delincuente no cumpla con su fin. Abracé mi cartera y la puse contra el cuerpo. Continuamos forcejeando e incluso yo me caí al piso. Si bien algunas personas observaron la situación, nadie atinó a intervenir. Nadie, excepto un automovilista que, estando a dos cuadras, se acercó velozmente al lugar. Ello amedrentó a los delincuentes, quienes huyeron en su moto. El automovilista, muy amablemente, me subió a su auto y me acercó hasta mi casa.

Quedé tan shockeada que no quise hacer la denuncia”.

* El siguiente testimonio pertenece a D. de 21 años, y refiere a lo sucedido en la zona de Colodrero al 3300.

En la esquina de Colodrero y Saavedra, dos jovencitos (quizás menores) se acercaron a ella y con un arma blanca la amenazaron y le exigieron que entregara su cartera. Lógicamente ella accedió en forma inmediata, luego de lo cual, los delincuentes huyeron en su bicicleta. Dos hombres que observaron la situación, le preguntaron a D. si estaba bien y le pidieron que se quedara ahí, que ellos iban a recuperar la cartera. D. esperó media hora y los solidarios transeúntes volvieron al lugar, con la cartera recuperada. El bolso tenía signos de haber sido sujeto a un forcejeo, pero en su interior estaban todos los elementos personales de D. (incluso celular y dinero).

Lesionada

Hace unos días una mujer, de 56 años, resultó lesionada a poco de sufrir un atraco callejero.

La víctima fue identificada como Elisa Oretto. La mujer caminaba por la zona de Pedro Zenteno al 3400 cuando fue sorprendida por dos sujetos, que aparecieron a bordo de una bicicleta.

Tras agredirla a golpes de puño le sustrajeron la cartera que contenía efectos personales y 35 pesos.

Abocados a la investigación de este hecho agentes de la seccional 6ta. detuvieron poco después a un dos individuos, de 18 y 13 años, a quienes se les secuestró los elementos sustraídos.

* Cerca del mediodía del viernes se supo de otro grave hecho ocurrido en la zona de Luciano Torrent al 3500. Allí varios malvivientes ingresaron a una vivienda, aprovechando que su propietaria había salido para buscar a los chicos en la escuela. Le sustrajeron gran cantidad de elementos y se dieron a la fuga.


Cuantioso

El caso más grave refiere a lo ocurrido, a mediados de febrero, en la agencia de Quiniela La Ganadora (de calle Quintana 3393). Dos delincuentes armados que se conducían en bicicleta irrumpieron en la agencia y tras reducir a los presentes mediante amenazas de armas de muerte -empuñaban sendos revólveres- se hicieron de un botín cercano a los veinte mil pesos. El golpe ocurrió momentos antes de que el dueño del negocio se dirigiera a depositar el dinero recaudado en la sucursal Barranquitas del Banco Santa Fe.