Exposición alusiva en París

Adolf Eichmann: un juicio ejemplar

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Adolf Eichmann con los ojos cubiertos. La foto fue obtenida por Zvi Aharoni, agente del Mossad, en el lugar donde el ex jerarca nazi permaneció detenido en la Argentina, hasta que fue sacado clandestinamente del país para ser enjuiciado en Israel. Este episodio causó un grave incidente diplomático entre Buenos Aires y Tel Aviv. Foto: Agencia EFE

La muestra inaugurada hace pocas horas en la capital francesa contiene centenares de documentos vinculados con el juicio al más emblemático de los criminales de guerra nazis, el inspirador de la “solución final” que costó la vida a millones de judíos. Fue sacado clandestinamente de la Argentina, enjuiciado en Jerusalén y ejecutado en 1962.

 

Agencia EFE

El Memorial de la Shoah en París abrió una exposición sobre el proceso de 1961 en Israel a quien fuera uno de los máximos jerarcas del regimen nazi, Adolf Eichmann, el instigador de la “solución final”, que decidió sobre la muerte de millones de judíos en 1945.

Varios documentos, incluyendo todas las imágenes del proceso grabadas por Leo Hurwitz (250 horas), fragmentos del interrogatorio preliminar y diarios de Eichmann en la cárcel, las notas que tomaba durante el juicio, grabaciones sonoras y fotografías están en el Memorial para dar una doble visión del proceso.

Se trata de mostrar no solamente detalles de cómo se desarrolló el proceso contra Eichmann sino también de apreciar las consecuencias que tuvo para el tratamiento posterior de los crímenes contra la humanidad, según explicaron los organizadores.

Considerado como uno de los principales responsables de la “solución final”, la política nazi de exterminación de los judíos, Adolf Eichmann fue condenado a muerte en diciembre 1961 por “crímenes contra el pueblo judío, crímenes contra la humanidad, crímenes de guerra y participación en una organización hostil”.

Más concentrada en el proceso mismo que en la sola persona de Eichmann, la exposición, que se prolongará hasta finales de septiembre, quiere mostrar además cómo contribuyó este juicio a la construcción de la identidad del Estado de Israel.

El de Eichmann constituyó el primer gran proceso individual de crímenes cometidos durante el Holocausto llevado a cabo por una jurisdicción nacional y plantea el problema del juicio de crímenes, casi veinte años después, evitando ser un tribunal de excepción, lo que sería contrario a los principios democráticos.

“Es una exposición que se dedica al gran público pero que tiene también una dimensión científica, dado que algunos documentos son totalmente nuevos”, explicó a EFE Henry Rousso, el comisario de la exposición.

Eichmann escribió entre 4.000 y 5.000 páginas durante el proceso y en la exposición se muestran algunas de ellas, completadas además con extractos de la correspondencia de Hannah Arendt o David Ben Gurión, el que fue primer ministro israelí, y con documentos prestados para la ocasión por el gobierno de Argentina.

Muchos testimonios, como la totalidad de las imágenes del proceso grabadas, pertenecen a los archivos del Estado de Israel, con el cual el Memorial firmó un acuerdo para obtener el material de la exposición.

La “solución final” fue el nombre dado al plan alemán decidido en 1945 para ejecutar el genocidio sistemático de los judíos durante la Segunda Guerra Mundial deportando o exterminando a toda persona considerada como judía.

Una vida corta y agitada

Adolf Eichmann, nacido en 1906, fue el encargado de la organización de la logística de transportes del Holocausto. Hombre tenaz en el cumplimiento del deber, era una persona muy dada a cumplir las estadísticas que se le exigían, y los judíos eran para él “estadísticas”, aunque según sus declaraciones en el juicio que se le realizó por sus crímenes de guerra en Israel, no era un antisemita fanático.

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, Eichmann fue capturado por el ejército de los Estados Unidos, pero poco después escapó y con un salvoconducto que obtuvo en Italia llegó a La Argentina en 1950, con el nombre de Ricardo Klement.

Realiza aquí diversos trabajos hasta que consigue traer a su familia. Cuando fue secuestrado era empleado de Mercedes Benz Argentina, en González Catán, provincia de Buenos Aires.

Allí es localizado por loa agentes del Mossad a finales de la década del ‘50, residiendo en una casa modesta de la calle Garibaldi, y se prepara un plan para capturarlo y llevarlo a Israel, encargo hecho por el primer ministro David Ben Gurion al jefe del Mossad (Isser Harel), con información dada por Simon Wiesenthal.

El 1º de mayo de 1960 un grupo de “nokmin” (Vengadores) del espionaje israelí ingresan subrepticiamente por vía aérea en Buenos Aires e inician la ‘Operación Garibaldi‘.

Finalmente el 11 de mayo de 1960, los agentes israelíes lo esperan en una calle cercana al domicilio, y lo secuestran. Lo trasladan primero a una casa de seguridad donde es interrogado exhaustivamente hasta que finalmente da su número correcto de SS y finalmente admite que es Adolf Eichmann.

Es sacado de Argentina en un avión de El Al que había llegado a Buenos Aires con la delegación israelí que participó de los actos del 150 aniversario de la revolución de Mayo y llevado directamente a Haifa.

La captura fue anunciada con gran despliegue de medios, dándole todo el crédito a Simon Wiesenthal (quien había colaborado en la ubicación) y a la causa nacional israelí, esto para encubrir la participación del Mossad en la operación.

Allí se lo somete a un polémico y largo juicio, por un tribunal armado en Jerusalén.

El jurado lo condena a morir desnudo en la horca por crímenes contra la Humanidad. La sentencia se cumple la madrugada del 31 de mayo de 1962 en la prisión de Ramla.

Sus restos fueron incinerados y las cenizas fueron dispersadas en el mar Mediterráneo por una nave de la Fuerza Naval israelí en presencia de algunos supervivientes del Holocausto, y fuera de las aguas jurisdiccionales de Israel. De este modo, se pretendía evitar que su tumba se convirtiera en sitio de veneración por neonazis.

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Copia del documento extendido por la delegación de la Cruz Roja Italiana en Ginebra a nombre de Ricardo Klement, que le permitió a Eichmann dejar Europa después de la II Guerra Mundial y llegar a la Argentina. El original de esta pieza se conserva en Buenos Aires. Foto: Agencia EFE

/// EL DATO

La filósofa

y teórica política alemana de origen judío Hannah Arendt fue una de las corresponsales presentes en el juicio en Jerusalén, como enviada de la revista The New Yorker. Esa experiencia quedó reflejada luego en su libro Eichmann en Jerusalén, cuyo subtítulo es Un informe sobre la banalidad del mal.

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Adolf Eichmann durante la II Guerra Mundial. cuando se contaba entre los más estrechos colaboradores de Hitler.

Foto: Agencia EFE