En la velada bahiense

Narváez retuvo el título

a.jpg

Omar Narváez conecta su derechazo contra el rostro del valiente Seda.

Foto: Agencia EFE

Anoche, el boxeador argentino derrotó por puntos a su par puertorriqueño César Seda, en decisión unánime.

Redacción de El Litoral

[email protected]

EFE

El invicto chubutense Omar Narváez (51,950) retuvo por segunda vez el título supermosca de la Organización Mundial de Boxeo, al batir por puntos en fallo unánime al exigente retador boricua César Seda (52,150), en la pelea que se realizó anoche en el Gimnasio Osvaldo Casanova, en el Club Estudiantes de Bahía Blanca.

Narváez, con un rendimiento de menor a mayor, aunque volvió de decaer sobre el epílogo, prevaleció en el ring y en las tarjetas, pero de ninguna manera se trató de una defensa sencilla, al contrario, fue una de las más difíciles.

Los jurados reconocieron anoche el éxito del nacido en Trelew por 117-110, 117-110 y 115-112. Para DyN ganó por 117-111.

El desarrollo

El primer tramo del pleito fue complicado para el campeón y eso ocurrió porque el atrevido desafiante hizo valer con decisión su mayor alcance de brazos y potencia.

Resultó evidente que el natural de Puerto Rico llegó a Bahía Blanca con una predisposición real para llevarse a su casa el cetro. Pero en la medida que pasaron los asaltos Narváez se acomodó mejor a la situación y se ocupó de cotizar en acción sus innegables recursos técnicos y toda su experiencia, la que se enriqueció ya con un total de veinte peleas mundialistas, 18 de las cuales fueron para exponer un cinturón.

Como el monarca levantaba su nivel y le complicaba el examen, el joven retador cometió infracciones reiteradas al procurar golpearlo abajo, por lo que, tras varias advertencias, el árbitro estadounidense Raúl Caiz decidió restarle correctamente un punto en el quinto capítulo.

Tramo importante

En el sexto episodio una izquierda voleada de Narváez paralizó por un instante a su oponente. Cuando el visitante bajó un tanto la intensidad de su ataque a Narváez se le presentaron las escenas propicias para esperar el avance y, en base a su inteligencia y desplazamientos, generar el error ajeno para contragolpear con eficacia.

En el noveno, Narváez tenía consolidada su ventaja y hasta metió por primera vez la quinta marcha. El boricua se jugó al máximo en los últimos segmentos de la pelea y se produjo así en el undécimo un involuntario choque de cabezas que le ocasionó un pequeño corte al anfitrión en el arco superciliar izquierdo.

En el asaltó final, Seda fue por la mano consagratoria y le hizo pasar sofocones al campeón. Sin embargo, Seda tuvo que resignar su condición de imbatido, aunque ratificó sobre el tapiz que es un boxeador con pretensiones lógicas y peligroso. De todos modos, todavía se lo vio inexperto como para destronar a un Narváez que tiene muy claro lo que hace y cómo lo hace.

El patagónico, a los 35 años de edad, se quedó con la faja bien puesta y un récord compuesto por 34 victorias, 19 de ellas por nocaut, y dos empates.

El de Puerto Rico, quien tiene sólo 25 años, pasó a disponer de un registro de antecedentes conformado por 20 triunfos, 15 precipitados, y este único revés.

El campeón quiere más...

El campeón mundial supermosca OMB, Omar Narváez, ratificó que desea afrontar peleas unificatorias y que se halla dispuesto a asumirlas en el entranjero: “Ésa es la idea, la de salir, pero ése es trabajo de mi representante (Osvaldo Rivero), yo me dedico a entrenar”, sostuvo el chubutense, instantes después de haber retenido por segunda vez el título mundial supermosca en Bahía Blanca.

Tras agradecerle al público que concurrió a la velada, “El Huracán”, quien tiene 35 años, reconoció que el de Puerto Rico fue un digno retador, pero aclaró que su victoria de ninguna manera dio lugar a reparos.

“Fue un rival digno, tenía la mano muy dura, pero yo estaba más movedizo y más inteligente que él. Fueron doce rounds duros, es un boxeador fuerte, pero si no corría riesgos sentía que era mía la pelea”, comentó el patagónico, quien antes de reinar entre los supermoscas fue largamente campeón en la división inferior.

Tanto es así, que se trató del vigésimo combate de Narváez por un título mundial y fue la decimoctava vez en que asumió el rol de defensor de una corona.

Propuesta interesante en Pigüé

El bonaerense Matías Ferreyra y el chileno Oscar Bravo disputarán esta noche el vacante título ligero Internacional del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), en pelea a disputarse en la ciudad de Pigüé, en el suroeste de la provincia de Buenos Aires.

La velada denominada La Batalla de Los Andes, se desarrollará en el gimnasio del Club Sarmiento de Pigüé.

El título Internacional del CMB es el segundo en importancia de esa entidad que preside el mexicano José Sulaimán y Ferreyra tendrá la oportunidad de coronarse campeón para acceder en el futuro a una oportunidad mundialista.

En la actualidad, en el CMB reina como campeón regular de los ligeros el fajador mexicano Humberto “La Zorrita” Soto. Ferreyra, nacido en Pigüé, de 28 años de edad, ostenta un palmarés de 27 victorias (7 nocauts) y dos reveses.

Por su parte, el chileno Bravo tiene una foja de 17 triunfos (8 antes del límite) y una derrota, en Australia, ante el local Will Tomlinson por decisión.

En las peleas preliminares, el crucero Walter Cabral enfrentará a Diego Egea, el ligero Alfredo Blanco a Héctor Benitez (ambos debutantes) y el ligero Raúl Guzmán a Carlos Duré.