El uruguayo Marito

Denuncia que es discriminado porque no lo expulsan del país

Télam

Mario Vitette Sellanes, el cerebro del “robo del siglo” al Banco Río de Acassuso, cometido en 2006, denunció ante el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi) a la jueza de San Isidro que rechazó su pedido de expulsión del país.

En diálogo telefónico con Télam desde la Unidad 5 de General Roca, provincia de Río Negro, donde cumple su condena, “Marito” -tal su apelativo- aseguró que se siente “discriminado” por la jueza de Ejecución Penal 2 de San Isidro, Victoria Laura Elías García Maañón.

“He denunciado a esta señora jueza ante el Inadi que dirige Claudio Morgado, porque me ha discriminado al rechazar sin ningún tipo de fundamento el pedido de mi extrañamiento”, señaló “El Uruguayo”.

Vitette fue condenado en agosto pasado en un juicio abreviado en el que confesó su participación en el audaz robo al Banco Río, a una pena unificada de 21 años y seis meses de prisión.

La Ley Nacional de Políticas Migratorias Nº 25.871 prevé que todos aquellos extranjeros que cometan delitos graves y sean condenados a más de tres años de prisión pueden ser expulsados del país al cumplir la mitad de sus condenas.

Si bien durante el proceso de la causa del “robo del siglo” Vitette estuvo con una libertad morigerada e incluso fue detenido nuevamente robando en un departamento de Palermo, el cómputo de su pena supera la mitad de su condena.

“El 29 de diciembre de 2020 sería mi último día en prisión, pero ya llevo 11 años preso y he superado ampliamente la requisitoria que estipula la ley migratoria para mi expulsión”, comentó.

“Cuando solicité mi extrañamiento al Uruguay y el fiscal Gastón Garbus se opuso al decir que soy reincidente y que puedo entorpecer el accionar de la Justicia, esta señora jueza le dio la razón y rechazó mi pedido sin ningún fundamento”, dijo Vitette.

Para “Marito”, la jueza Elías García Maañón cometió “un acto discriminatorio” al asegurar que “es una decisión inédita, nunca se le negó el extrañamiento a nadie y se han expulsado del país hasta casos de homicidio mucho más graves”.

“Esto pasa porque soy Vitette Sellanes, el ‘hombre del traje gris’ y por primera vez en la historia se niega el cumplimiento de la ley migratoria”‘, agregó.

“El Uruguayo” también quiso aclarar que “la expulsión no es un beneficio para el delincuente, sino un beneficio del Estado argentino para sacar de su sociedad a los extranjeros que vienen a delinquir”.

Vitette detalló que su denuncia a la jueza ante el Inaadi lleva el código J 2122/11 y que, por otro lado, con su abogada Elizabeth Nancy Lires ya apeló la resolución de la magistrada ante la Sala III de la Cámara de Garantías de San Isidro.

También comentó que su caso tendrá el apoyo de la Procuración Penitenciaria Nacional, con una presentación que se hará el lunes y que está terminado de redactar unos escritos que presentará ante el Consulado uruguayo en Buenos Aires para solicitar la ayuda de la cónsul general Lilian Alfaro Rondán.

“Ahora estoy preso en una cárcel de régimen semiabierto, en un pabellón de extranjeros, donde veo cómo todos los días se aplica la ley y expulsan a alguien del país. Espero que pronto también sea mi caso, como marca la ley”, concluyó.

Cuando en diciembre pasado estaba seguro de que iba a ser expulsado a Uruguay, Vitette lanzó, provocativo, el videoclip de una canción que compuso junto a la banda Trovadores de Venús y que se titula “Pronto estaré de juerga”, donde el protagonista es un actor con una máscara con su rostro festejando su libertad en un cabaret.

Ya en abril de 2010, cuando se realizaba el juicio oral a sus cómplices, también difundió por la prensa su primera canción, “Sólo se llora por amores”, una crónica perfecta de cómo fue el robo y su posterior investigación.

El “robo del siglo” fue cometido el 13 de enero de 2006, cuando cinco ladrones coparon el banco Río de Acassuso, tomaron 23 rehenes y mientras negociaban con la policía, saquearon 143 cajas de seguridad, obtuvieron un botín de 19 millones de dólares en joyas y efectivo y huyeron por un túnel que construyeron durante meses y los comunicaba con los desagües pluviales subterráneos.