Gerencia
Pymes y gestión profesional
Pussetto. “El punto principal es la poca profesionalización de gestión en el universo Pyme”. Foto El Litoral.
La inflación puede generar cambios de algunas políticas macroeconómicas. Ante esa posibilidad, sumada a los problemas ya existentes, las pequeñas y medianas empresas deben reforzar la calidad de su gestión.
Félix Canale
En 2010, las Pymes representaron, en términos de empleo, cerca de seis millones de trabajadores, en tanto las grandes empresas aportaron unos tres millones de puestos de trabajo. Tras la crisis de 2009 y la recuperación subsiguiente, las pequeñas y medianas empresas crearon 7 de cada 10 puestos de trabajo formales. Si se mira en términos agregados, las Pymes están contribuyendo entre 60 y 70 por ciento del PIB.
Tales datos los desgrana Lucas Pussetto, coordinador académico de la Maestría en Administración de Negocios de la Universidad Empresarial Siglo XXI. El académico estuvo en Santa Fe para el lanzamiento, ante un grupo de empresarios y profesionales, de la Diplomatura en Administración Profesional de Pymes, una iniciativa de la Cámara de Comercio Exterior de Santa Fe.
En su conversación con El Litoral, Pussetto enfoca las dos cuestiones principales que, a su juicio, enmarcan la actividad de la pequeñas y medianas empresas: la gestión en un entorno cambiante e incierto y los puntos débiles de este tipo de compañías.
.
La incertidumbre
“Nosotros consideramos que la economía necesita una serie de ajustes sobre todo en materia de inflación. Nos preguntamos hasta cuándo es sostenible una tasa de crecimiento de entre 5 y 6 por ciento, con una inflación bordeando el 30 por ciento durante 5 años seguidos, con una inversión que le cuesta llegar al 23 % del PBI y con un dólar que está empezando a subir. El interrogante es entonces cuándo viene el ajuste, quién hará el ajuste y cual será la composición del ajuste”, dice.
Para el experto, el gobierno nacional tiene dos alternativas, siempre sobre la suposición de que el oficialismo gana las elecciones de octubre: posterga la decisión para que el ajuste deba realizarlo la administración que asuma en 2015, o la presión inflacionaria de 2011 resulta tan alta que las medidas deben tomarse en un plazo inmediato, incluso antes que finalice el año. Con un gasto público creciendo al 34 % anual y una emisión monetaria ubicada entre 15 y 20 % anual será difícil que la inflación ceda.
“Es claro que tenemos una inflación de demanda, potenciada por políticas públicas, finanzas públicas, gasto público y emisión monetaria. La forma de controlarla será reducir el gasto público, que políticamente es impopular, y reducir la emisión monetaria, que también será impopular. Cualquiera de esas medidas es recesiva y bajará el crecimiento a 1 ó 2 por ciento anual. La cuestión es que si se desacelera el crecimiento se contraerá la demanda y eso impactará directamente sobre el desempeño de las Pymes”, define.
Puntos débiles
Las pequeñas y medianas empresas ya vienen confrontando situaciones que crean incertidumbre. Entre ellas, una presión tributaria que podría acrecentarse. “Si el gobierno tiene que hacer un ajuste fiscal, como parece probable, ¿de dónde lo va a sacar? Es obvio que mucho menos impopular es aumentar impuestos a un determinado grupo de empresas, donde entrarían las Pymes, que reducir el gasto público que pondría en peligro la política social”, razona.
Otro frente conflictivo es el de los incrementos salariales, que no todas las pequeñas y medianas pueden afrontar, y la imposibilidad de acceder al crédito, no tanto por las tasas, que son negativas frente a la inflación, sino por la incapacidad de cumplir con los requisitos exigidos por los bancos, tanto públicos como privados.
Frente a la disyuntiva actual, más la que probablemente se presente como consecuencia del cambio en algunas variables macroeconómicas, las empresas lo único que pueden hacer es fortalecer su calidad de administración. “El punto principal es la poca profesionalización de gestión en el universo Pyme”, recalca el experto.
Mapa provincial
De acuerdo con los datos que maneja la Universidad Siglo XXI, casi el 87 por ciento de las empresas de la provincia de Santa Fe son Pymes y ese grupo representa alrededor del 9 % del total aportado al PBI nacional por las pequeñas y medianas empresas. A su vez, extrapolando datos totales del país registrados hasta 2010, el grupo genera el 70 por ciento de los nuevos puestos de trabajo y representa las dos terceras partes del stock de empleo formal existente.
Más allá de la importancia económica y social que estas cifras traducen, la debilidad puede atisbarse en otro guarismo: el 79 por ciento de las Pymes provinciales, de todos los sectores económicos, son empresas familiares, la mayoría de ellas con dificultades para incorporar en su gestión cuadros profesionales suficientemente capacitados.
“En general, las pequeñas y medianas muestran flancos débiles cuando deben enfrentar temas más o menos complejos de financiamiento, infraestructura, logística o calidad de gestión. La profesionalización puede minimizar los impactos negativos, pero previamente debe entenderse que la incorporación de conocimientos es un activo de la empresa”, concluye Pussetto.