SE PRESENTA EL MIÉRCOLES

Buenaventura Suárez en Aula Ciudad

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La elección de Buenaventura apunta a vislumbrar sus contribuciones en el campo de la ciencia y de la astronomía en particular, en la primera mitad del siglo XVIII.

Foto: Gentileza producción

El sacerdote jesuita es protagonista de un anexo al fascículo “Jesuitas en Santa Fe: 400 años de historia” del Proyecto de pedagogía urbana impulsado por la Municipalidad.

 

De la redacción de El Litoral

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En el marco de los cuatro siglos de presencia jesuítica en Santa Fe, el año pasado la Municipalidad presentó la publicación de “Jesuitas en Santa Fe: 400 años de historia”, fascículo Nº 7 del proyecto Aula Ciudad. En esta línea, este miércoles a las 11.30 se presentará un nuevo material dedicado a Buenaventura Suárez, el primer astrónomo criollo, que se incorpora a la serie de pedagogía urbana como anexo al fascículo.

En las páginas del fascículo, los docentes y alumnos ahondan en variadas temáticas con respecto al legado jesuita en nuestra ciudad y en la región. A través de textos informativos y una propuesta de actividades, se articulan temáticas históricas, artísticas, arquitectónicas, científicas y educativas en torno a los 400 años. A ellas se suma este nuevo anexo que dedica sus páginas a Buenaventura Suárez, el sacerdote jesuita nacido en Santa Fe quien es considerado como el primer astrónomo criollo.

Esta presentación se enmarca en la muestra exhibida en el Museo del Colegio que rinde homenaje a Suárez.

Compromiso y legado

La elección de Buenaventura apunta a vislumbrar sus contribuciones en el campo de la ciencia y de la astronomía en particular, en la primera mitad del siglo XVIII. El material es introducido por un artículo de Gustavo Vittori sobre el contexto histórico en que se desarrolla la vida y obra de Suárez.

El texto evoca el paisaje de aquel caserío santafesino con unos pocos pero bellos edificios en pie que expresaban variantes del barroco americano y tejieron la historia de nombres familiares que emparentan a Buenaventura con el fundador de la ciudad, Juan de Garay.El anexo incluye un texto del Prof. Pablo Bolcatto que indaga en el rol de la enseñanza de las ciencias en la escuela y recupera en detalle las principales contribuciones de Buenaventura en la producción de conocimiento.

Refiere a su relevante trayectoria erigida en una de las misiones jesuíticas, en las solitarias selvas de la llamada Gran Provincia del Paraguay, donde levantó el primer observatorio astronómico que hubo en tierra americana.

La publicación también propone una serie de actividades que pretenden iniciar un recorrido desde los aportes de Suárez para indagar en el campo de la astronomía y la cartografía, en particular.

Entre otras propuestas, se incluyen procedimientos para construir elementos útiles para la observación y la explicación de fenómenos astronómicos, teniendo en cuenta que uno de los méritos más notables de Buenaventura -y suficiente para incluirlo entre los grandes colaboradores al campo de la astronomía en su tiempo- ha sido la producción de instrumental adecuado y preciso para realizar sus observaciones: relojes de péndulo y diversos telescopios construidos con los escasos materiales de la zona, tallando cristal de cuarzo -a falta de vidrio- y empleando una humilde torre de campanario a modo de observatorio.

/// LA CLAVE

La ciudad, un aula

Aula Ciudad es un proyecto educativo desarrollado desde la Secretaría de Cultura municipal, en el marco del Programa Circuitos Culturales Educativos. El Proyecto propone transitar e indagar la ciudad como espacio pedagógico y la riqueza del patrimonio cultural de los santafesinos. El desafío planteado es el de apropiarse de nuevos espacios, prácticas y objetos culturales y volver a mirar y experimentar, incluso lo que es familiar, con otras herramientas o marcos que complejicen la percepción y nos permitan inscribirlos en contextos más amplios.

Pionero

Buenaventura Suárez nació en Santa Fe el 14 de julio de 1674 en la esquina de las actuales General López y San Martín. Fue alumno del colegio jesuita de nuestra capital, luego se traslado a Córdoba donde estudio filosofía y teología. A principios del siglo XVIII fue destinado a la reducción de San Cosme y San Damián, donde comenzó a realizar sus estudios astronómicos. Entre 1706 y 1739 compuso su obra “Lunario de un siglo”, editada en Europa en 1744. Esta obra es el resultado del primer observatorio astronómico en territorio hispanoamericano, montado con instrumentos de observación y medición, fabricados por él mismo, con asistencia de los guaraníes.

Estudió principalmente los eclipses de sol y de luna y las inmersiones y emersiones de los cuatro satélites de Júpiter. Con sus observaciones logró situar con exactitud la longitud y latitud de todas las misiones jesuíticas, de Santa Fe y de Buenos Aires, influyendo considerablemente en la cartografía de la época. Mantuvo correspondencia científica con observatorios de todo el mundo (Petersburgo, Pekín, Madrid y Lima), la mayoría perteneciente a la orden Jesuita.