Ambicioso proyecto para la producción

Más agua, más rinde, más vida

Más agua, más rinde, más vida

Las fuerzas vivas de Avellaneda presentaron un plan para irrigar agua desde el Paraná a todo el distrito. El mismo garantizaría la provisión regular del recurso aportando mejores rindes, mayor previsibilidad y mejores perspectivas a largo plazo.

 

Campolitoral

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El distrito está constituido por un centro urbano y parajes rurales que se distribuyen en los 937 km2 que comprenden su área geográfica. En el mismo coexisten diversas actividades productivas, donde lo agropecuario fue y es actualmente, la base del desarrollo de industrias y servicios que se interrelacionan fuertemente.

Sin embargo, la región se caracteriza por la marginalidad de sus suelos y por los rigores de las diversas y cambiantes condiciones climáticas y ambientales. En la gran mayoría de los ciclos agrícolas se han registrado períodos de sequías, algunos más prolongados que otros, pero que sumados a altas temperaturas han perjudicado siempre a las pasturas naturales y cultivadas, y especialmente a los cultivos de verano, como ser el algodón, maíz, soja, girasol y sorgo, por lo que los resultados finales son siempre imprevisibles.

La profunda y prolongada sequía ocurrida en 2008 y 2009, fue la “gota que derramó el vaso”. La misma tuvo consecuencias negativas para todas las actividades de la región. Por eso, en 2009 se convocó a gran parte de las instituciones a expresar opiniones, debatir e intentar generar ideas superadoras a las dificultades de coyuntura, buscando sentar consensos para la resolución más integral de las problemáticas, a través de la fuerza de la unidad y el trabajo común.

Los números

El plan implica la construcción de 33 km. de canales troncales, 51 km. de canales secundarios y unos 53 de canales terciarios. Consiste en una red de riego compuesta por una captación en el cauce principal del Paraná, canales de transporte y distribución del agua de uso colectivo abarcando a todo el área agrícola del distrito. Funciona por gravedad a través de un conjunto de canales a cielo abierto, que a lo largo de su recorrido incorporan estaciones de bombeo. La red de riego se extiende sobre un área de más de 20.000 hectáreas, la cual contiene a la totalidad del área cultivable con una densidad que permite el acceso al agua de riego lote por medio. La organización territorial comprende más de 20 unidades de manejo que están conformadas por una cantidad variable de propiedades, del orden de 10 propietarios. El troncal tiene un primer tramo único de 16,9 kilómetros de longitud, que luego de atravesar todo el valle del río y la parte este del domo, donde se halla el cruce de la ruta Nº11, se bifurca en dos ramales a partir del primer camino interlote rural ubicado al oeste de la mencionada ruta. Cada uno de estos ramales, junto a sus respectivos canales secundarios y terciarios, abastecen al sector sur y al sector norte. La capacidad de suministro de agua de riego es de más de 700.000.000 litros/día, que permite proveer al suelo de una lámina de agua media de 5 milímetros/día a unas 9.500 hectáreas con una eficiencia global del 67%. Con el transcurso del tiempo, la mayor parte del área regable contará con métodos de alta eficiencia de aplicación. El volumen total de agua de riego es del orden de 35 hm3.

Entusiasmo

Héctor Braidot, presidente de la Unión Agrícola de Avellaneda, destacó a Campolitoral que el proyecto arranca hace un año y medio atrás, luego de un proceso marcado por la sequía, en donde las distintas instituciones de Avellaneda, en representación de la comunidad toda, decidieron juntarse y tratar de enfrentar las dificultades recurrentes por la falta de lluvia. “Entre todos analizamos cómo encontrar previsibilidad para la producción, y entendimos que asegurando el agua lo íbamos a solucionar. El proyecto ejecutivo lo financiamos las instituciones de la zona con profesionales de la zona”, dijo. Para Braidot, lo importante es que no tiene un autor intelectual político, “es la sociedad en su conjunto que decide enfrentar un problema secular para nuestra región. A partir de nuestro convencimiento queremos convencer al Estado para que asuma su función y que brinde los recursos que permitan realizar la obra y que después cada productor realice su obra tranqueras adentro”, afirmó.

Los beneficios se asoman para todos. “Tenemos un estudio del impacto que la misma generaría para la sociedad. Entendemos que es factible pasar a tener la previsibilidad una vez que resolvamos la provisión del agua, y también el impacto que esta significaría en la recaudación impositiva por una mayor actividad económica”, agregó. Según el ruralista, por cada peso o dólar que el estado invierta, en un plazo de 30 años va a recuperar 4. “El Estado no deberá socorrer la zona en etapas de emergencia, agregando que generará más comercio, más flete, etc. También puede dar lugar a duplicar los rendimientos tradicionales, más la radicación de otras actividades como la piscicultura, producción hortícola y otros”, se entusiasma. “Al terminar con la incertidumbre terminamos con las migraciones desde el campo”, agrega Braidot. “El padrón de más de 200 productores del distrito apoya firmemente el proyecto”, finalizó.

El proyecto contribuirá a incrementar el empleo y el producto bruto de la zona y región; evitar nuevos traslados de agroindustrias y a potenciar el procesamiento agroindustrial zonal; inducir a incorporar cultivos intensivos; y a generar conocimientos y capacidades para expandir el desarrollo del riego en la región y en la provincia.

Antes del 2016, pretenden dotar de riego suplementario al 100% del área agrícola susceptible de ser regada. Antes del 2020 se alcanzará a duplicar la producción primaria media histórica del distrito, con tendencia a mantener rendimientos crecientes en el futuro.

Riego suplementario

A lo largo de más de 130 años, la comunidad de Avellaneda ha desarrollado un área agrícola de unas 14.000 hectáreas que cubre casi la totalidad de los suelos aprovechables del distrito. Los cultivos dominantes actualmente son la soja, el girasol, el maíz, el sorgo y el trigo. Hasta los años 80, el algodón era el cultivo con más hectáreas. Las producciones se fueron integrando a la agroindustria especializada en la producción de aves y huevos, carne bovina y a la derivada del algodón, cuyas plantas industriales se hallan en las áreas suburbanas y urbana.

Con la organización de las entidades hoy integrantes de la Asociación Civil Impulsar Avellaneda (ACIA) y con el trabajo consensuado de profesionales que conforman un equipo interdisciplinario local, se ha realizado el estudio de alternativas y la elaboración del proyecto de ingeniería, el estudio de la factibilidad económica y ambiental. Ahora la posta la tiene el Estado provincial.

El plan Consiste en una red de riego compuesta por una captación en el cauce principal del Paraná, canales de transporte y distribución del agua de uso colectivo.

“En la recta final”

Juan Pablo Acuña, coordinador de preparación de proyectos del Prosap (Programa de Servicios Agrícolas Provinciales), organismo dependiente del Ministerio de Agricultura nacional encargado de ejecutar el proyecto y financiar la obra de riego para el Polo Sucroalcoholero en Villa Ocampo, comentó a Campolitoral que “el proyecto ya está en su recta final” y “con viento a favor el año que viene debería estar la obra iniciándose”. La obra costará 30 millones de dólares. Al respecto se definió que habrá una toma en el brazo del Virá Pitá (del río Paraná), desde donde partirán dos caños de 1.70m que conducirán el agua hasta la margen derecha del Paraná Miní, donde habrá una estación de bombeo que elevará el agua hasta el domo de riego y desde ahí se distribuirá por una red de canales por pendiente. La zona se extiende 15km al norte y 7 al sur de Villa Ocampo y abarca unas 10.000 hectáreas divididas en 600 parcelas.

El objetivo de Acuña es ajustar los detalles del proyecto para elevarlo en la primera semana de junio a la provincia y al Banco Mundial, entidad que podría hacer observaciones, sobre todo ambientales en función de la ubicación de la toma: un sitio Ramsar (tratado internacional de protección de humedales), aunque también las puede haber técnicas y hasta sociales. Lo positivo es que “siempre que el Banco decide que un proyecto es financiable siempre lo ha financiado, el tema es el tiempo que puede demorar en pedir el ajuste del proyecto”.

De todos modos, el paso siguiente es conseguir la aprobación del gobierno santafesino. “Si la provincia no tiene objeciones se elevará al Banco para que presente todas las observaciones que quiera”, dijo el ingeniero civil, y precisó que las autoridades definieron como área la zona núcleo, por lo que en esta etapa el agua no llegará más allá de ese área, aunque “funcionando bien, este proyecto se puede replicar perfectamente en el norte y abastecer al resto de la zona”. Además de la infraestructura, el proyecto incluye la capacitación de los productores, así como “el fortalecimiento institucional del Consorcio, que es el que va a administrar el agua”, finalizó Acuña

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Obra civil. La red comprende la construcción de 33 km. de canales troncales, 51 km. de canales secundarios y unos 53 de canales terciarios. Foto: Archivo

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El Estado no deberá socorrer la zona en etapas de emergencia, agregando que generará más comercio, más flete, etc. También puede dar lugar a duplicar los rendimientos tradicionales, más la radicación de otras actividades como la piscicultura, producción hortícola y otros”

Héctor Luis Braidot

Pte. Unión Agrícola de Avellaneda