Informe de Unicef y Flacso

Hay mayor violencia verbal en las escuelas privadas que las públicas

En las instituciones privadas se registran más casos de humillación, hostigamiento y ridiculización. Pero en las escuelas públicas se advierte mayor cantidad de peleas físicas que en los colegios particulares.

 

De la Redacción de El Litoral

[email protected]

Los mayores niveles de discriminación, hostigamiento verbal y humillación escolar se verifican en los colegios secundarios privados de nivel socioeconómico alto, reveló una investigación divulgada ayer por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).

El informe sirve para “desmitificar que la violencia viene acompañada de la condición social de mayor vulnerabilidad”, afirmó Elena Duro, especialista en Educación de Unicef. “Hay mayores niveles de discriminación y humillación en los sectores de élite de escuelas privadas”, en tanto en los establecimientos públicos “es más frecuente el enfrentamiento físico entre varones”, precisó Duro.

Los tres últimos años del secundario fueron el período en que se realizó el estudio, que reveló que el 71 % de los estudiantes presenció peleas de puño entre compañeros, el 66 % fue testigo de humillaciones, hostigamiento y ridiculización entre ellos mismos, al tiempo que el 25 % afirmó que un compañero llevó un arma blanca (cortante) a la escuela, y un 6 % vio que otro alumno tenía un arma de fuego.

La investigación fue presentada ayer a la prensa de la Ciudad de Buenos Aires, justo el mismo día que en Santa Fe ocurría un episodio de violencia entre dos alumnas de la secundaria pública Nº 511, sita en Entre Ríos y Dr. Zavalla, que terminó con una adolescente de 17 años con importantes heridas de arma blanca en el rostro (Ver página 27).

En el nivel privado -se explaya el diario Clarín- el 13,2 % de los chicos dice que más de una vez sus compañeros fueron crueles con él (en escuelas públicas, 4,3); el 17,1 %, que más de una vez dijeron en público cosas feas sobre él o ella (en públicas, 11,3 %); el 15,1 % que se burlaron por alguna característica física (12,9 % en escuelas públicas).

Además, en las escuelas privadas, el 36,2 % de los chicos admitió haber tratado mal más de una vez a un compañero, mientras que en las públicas ese índice es del 23,1 %.

“Los datos permiten desmitificar la asociación casi automática entre alumnos de los sectores más vulnerables y establecimientos educativos más conflictivos”, enfatiza el informe titulado Clima, conflictos y violencia en la escuela, y que recabó la opinión de 1.690 alumnos de la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano bonaerense. Fue publicado en una cuidada edición con textos y gráficos de 213 páginas, prologado por Mara Brawer, subsecretaria de Equidad Educativa del Ministerio de Educación de la Nación.

Naturalización

“Los chicos naturalizan los insultos como forma de comunicación, al igual que los comentarios discriminatorios ya sea por color de piel, por religión, por ser inmigrante (chinos, bolivianos, paraguayos), por referencias musicales o de vestimenta, lo cual genera rivalidades que muchas veces terminan en disputas resueltas mediante la agresión física”, precisó Duro.

Aseguró que el tema de la violencia “se difunde y se habla más en la escuela pública, donde también hay mayor participación estudiantil en la elaboración del régimen de convivencia”.

En las escuelas del Estado, en cambio, según los chicos, hay más peleas con golpes entre alumnos (71,5 %, frente al 69,3 %), y también con más frecuencia.

Liderazgo y calidad educativa

La especialista expresó que en el campo teórico, las conclusiones muestran “que los chicos reclaman de los directivos un liderazgo con autoridad, que los contenga”. Los mismos alumnos (un 60 %) plantean la necesidad de límites.

Otra conclusión del relevamiento es que cuando el profesor prepara bien su clase y el chico aprende y por consiguiente eleva su autoestima, los estudiantes perciben que “no hay conflicto” en el clima escolar, “lo cual indica que hay que jerarquizar la enseñanza”, dijo Duro. Brindó un dato relevante: el 40 % de los alumnos de secundario del país tiene sobreedad, lo que habla de “historias de fracaso reiterado, y bajísimos niveles de autoestima”.

La investigación también confirma que cuando los docentes intervienen en asuntos vinculados a la convivencia, los episodios de violencia se reducen considerablemente.

 

Dentro y fuera del colegio

Al difundir a la prensa la investigación -que también se presentará el lunes en la Feria del Libro-, Elena Duro estableció una diferencia entre “violencia en la escuela” que incluye a los episodios que no son originados por vínculos propios de la escuela pero la tienen como escenario, y “violencia escolar” que se produce en el marco de los vínculos o prácticas propias del ámbito educativo.

La especialista admitió que las realidades familiares complejas o las compañías pueden ser causales de un conflicto. Por ejemplo, uno de los alumnos encuestados de una escuela pública porteña afirmó: “Uno se lleva mal en la casa con los padres y lo descarga en el colegio”.

“Tanto los docentes como los chicos que entrevistamos para el estudio señalaron que muchas veces la violencia es generada fuera del colegio. La escuela no es ajena a la realidad del país: es una caja de resonancia que absorbe las tensiones y los conflictos exteriores a la vida escolar”, sostuvo Duro, de Unicef.

/// EL DATO

Percepción

Cuando se consultó a los alumnos acerca de su percepción de la violencia en la escuela, el 52 % la consideró un problema grave o muy grave en general; sin embargo, respecto a lo que ocurre en su propio establecimiento, la percepción bajó al 19 %. Sobre los casos en que los alumnos fueron víctimas de robo, el relevamiento establece que a un 8,7 % le ocurrió camino a la escuela, y tan sólo en el 2 % de los casos pasó dentro del colegio.