DESDE EL CENTRO CULTURAL BORGES

Desde hoy y durante todo el mes, la nueva edición de la reconocida propuesta se exhibirá en el Museo Municipal de Artes Visuales, con obras de Cecilia Ivanchevich, Valeria Traversa y Paula Otegui.

De la redacción de El Litoral

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Una renovada propuesta de “La línea piensa” se expondrá desde esta noche en el Museo Municipal de Artes Visuales Sor Josefa Díaz y Clucellas, en San Martín 2068. Por cuarto año consecutivo, el espacio artístico de la Municipalidad de Santa Fe expondrá el espacio impulsado por Luis Felipe Noé y Eduardo Stupía en el prestigioso Centro Cultural Borges, de la ciudad de Buenos Aires. En esta oportunidad, la muestra está integrada por trabajos de Cecilia Ivanchevich, Valeria Traversa y Paula Otegui.Luis Felipe Noé y Eduardo Stupía, directores de “La línea piensa”, expresaron que este proyecto “nace del convencimiento de que el dibujo en y de nuestro país no está lo suficientemente valorado a pesar de tener extraordinarios cultores. Nuestro propósito principal es contribuir a llenar ese vacío. Su nombre destaca lo que para nosotros es la esencia del dibujo: la línea (o el trazo). Si bien se suele asociar casi con exclusividad la palabra dibujo a la de representación, nosotros queremos destacar el acto de dibujar como el del desarrollo de un pensamiento lineal: una línea lleva a otra línea como un silogismo gráfico. La imagen es el punto de llegada más allá de que represente algo o no. Lo que importa es lo que nos presenta”.

Coincidencias esenciales

Eduardo Stupía reflexionó acerca de los trabajos de Cecilia Ivanchevich, Valeria Traversa y Paula Otegui que integran la propuesta.

En sus líneas, sostiene que “Cecilia Ivanchevich y Valeria Traversa coinciden en el espacio de ‘La línea piensa’ y eso conduce a pensar en otras coincidencias, quizás mucho más esenciales e ideológicas que formales y evidentes. El dibujo de ambas es, antes que un desarrollo engalanado de tópicos iconográficos, embelecos más o menos narrativos y situaciones más o menos definidas, un modo de dibujar. Si bien todo dibujo es un ‘modo’, una manera, en ellas parece haber una renuencia a dejar que el dibujo se aproxime demasiado a consolidarse, a cristalizarse en un sistema de signos que no sea otra cosa que el dibujo hablando de sí mismo”.

“Es notable la solvencia estilística y técnica con la que Paula Otegui sostiene sus fascinantes escenarios -argumenta Stupía acerca de la tercera artista que compone esta exposición-. El expansivo equilibrio que los amalgama parece natural, sin acentos disonantes ni recursos desmesurados. Una cierta flora, una inverosímil geografía, una rara figuración han crecido en la tela con la misma sencillez opulenta con la que la naturaleza impone sus infinitas formas en el mundo real”. Stupía agregó que Paula Otegui, “con un pie puesto en la tradición más virtuosa del manga, y una cierta relación con el universo prerrafaelista y simbolista, más una bien entendida y mejor resuelta decoratividad y ornamentación, la artista urde su invernadero anómalo, fértil en follajes de incierto origen, en nubes, babas, espectros, pelambres y ramajes, instalados en un movimiento perpetuo de crispación y remanso, de sinuosidad y estrictez, de grafismo desatado y precisión detallista, invariablemente alimentado por una sabia oscura y embriagadora”.

Sin título. Pastel sobre papel (35 x 50 cm). Valeria Traversa 2010. Fotos: Gentileza producción

“Relax-relaxion”. Tinta china sobre papel (70 x 100 cm). Cecilia Ivanchevich.