Impuso un buen juego y goleó a Instituto...

Rafaela está a un paso de la gloria

Atlético se lució en el Monumental de barrio Alberdi, al vencer 4 a 0 a Instituto, y tiene un pie en la Primera División. La de anoche fue la mayor convocatoria desde que comenzó el torneo.

Juan Carlos Haberkon

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Rafaela (Enviado Especial)

¿Quién te ha visto y quién te ve? Atlético de Rafaela, con Trullet a la cabeza, volvió a ganar. Y cómo: floreándose y dando una verdadera lección de fútbol.

Anoche el contorno fue espectacular. Y halló la respuesta esperada de parte del equipo, que entregó en el primer tiempo una producción estupenda, como para que quedaran demás los cuarenta y cinco minutos finales. Atlético fue más y mejor que Instituto todo el tiempo. Pero la inmensa diferencia que sacó en el comienzo -en el juego, en la postura, en el concepto y por decantación en el resultado- le alcanzó y le sobró para mandar de principio a fin.

Es cierto que Instituto fue con sus limitaciones a cuestas. Y no pudo modificar el 4 a 0 porque el Atlético de Trullet había arrancado con el paso bien firme en esta segunda parte del torneo. Y la “Gloria”, ni por casualidad, lo había podido impedir.

En sólo algo más de media hora de juego, la historia ya cantaba dos a cero para Rafaela. Por la proyección insistente de Serrano y Aguirre, por la prolongación de la búsqueda en Cáceres y Juárez, por ubicuidad de Castro para manejar con mejor criterio el balón, por la prolijidad de González, por la movilidad de Carignano. Y por la capacidad del manejo, claro, del resto. Estos últimos acompañaron con sobriedad. Entonces Atlético presionaba como se debe presionar: con determinación, pero con la pelota debajo de la suela, como le gusta a Trullet. A los trece minutos, y después de un tiro de esquina, el cabezazo de Carniello, cuando no, hizo que el balón se desviara en Furios para meterse en el arco de Instituto ante la desesperación de Carranza que nada pudo hacer por sacarla.

Veinte minutos después, y con Rafaela lastimando en todos los sectores, apareció una jugada magistral individual de Federico González que desató la locura de la gente. Para entonces el delantero de Atlético había dibujado con varias maniobras de peligro. En este caso había dejado en el camino a tres jugadores de la visita y cuando Carranza, el último recurso de la “Gloria” salió para pararlo se la tiró por sobre la humanidad dejándolo en evidencia. La locura del hincha cremoso fue total. Hasta ahí, el juego pertenecía a Rafaela, la fiesta era de Atlético y la victoria se encaminaba a una goleada.

Diez minutos pasaron para que Furios sacudiera de un codazo el rostro de Serrano cuando éste se iba de cara al arco para marcar el tercero. Delfino, el juez, definió la jugada con un penal para el local y la posterior expulsión del defensor de la visita que se vio desbordado por la situación que se le estaba presentando. Al balón lo tomó el goleador del torneo, César Carignano, y con un remate del medio a la derecha venció a Carranza. 3-0 y estaba bien, muy bien.

A partir de ese momento todo el sistema defensivo de Instituto, incluidos los volantes de contención y el arquero, desde luego, representaban una inmensa luz verde para las pretensiones de Atlético. Y Rafaela no dejaba de buscar.

Hasta el final del primer tiempo, el equipo de Trullet generó un par de jugada colectivas de alto vuelo. Intervino, Serrano, después Juárez, Castro y hasta González. En Instituto, el equipo de Vivas, nadie hacía pie. Querían pero no podían, naufragaban con el resto del conjunto. Porque arriba tampoco generó juego el visitante. Los de Atlético, el de adentro y el de afuera, los jugadores y su gente, estaban empachados de alegría.

En el segundo tiempo, entró Gallardo en la “Gloria” para colaborar con la pobreza que mostró Zapata, el único capaz de jugar a la pelota, después ingresaron otros dos hombres más y Vivas se fue expulsado.

En Rafaela nadie paraba de jugar, de correr y de meter. Así llegó el cuarto cuando apenas se habían jugado diez minutos. La jugada fue colectiva y el centro final de Carignano terminó en un perfecto cabezazo de Serrano para liquidar el encuentro.

Después, los minutos restantes, mucho por cierto, Atlético siguió igual y mantuvo el traslado prolijo. Instituto, tocado por el amor propio de un equipo con mucha historia intentó conseguir el descuento pero ya nadie respondía con acierto. Y se acabó.

Este es el paso que estaba faltando en Rafaela. Hasta aquí, la mayoría de los cuentos de esta historia fueron contados con el mismo final. Pero anoche renacieron juntos a la fe y al entusiasmo. Será porque el futuro es un enigma que seduce.

González y Furios, el malo de la película. El mejor y el peor de la cancha: el delantero hizo casi todo bien y el cordobés metió un codazo y se fue a las duchas antes de tiempo.

Foto: M&G Fotografía

Serrano y su noche soñada. Jugó bien y marcó el cuarto tanto que cerró definitivamente el partido. Después de esta jugada, Furios, en el piso, cometió la falta por la que se fue expulsado.

Foto: M&G Fotografía

Cosa de goleadores.

Carignano cargó con González después del tanto que convirtiera el jugador nacido en Entre Ríos. En Rafaela se la pasaron festejando. Foto: M&G Fotografía

Dijeron presente.

Los hinchas entendieron el mensaje y por eso colmaron el Monumental. Foto: M&G Fotografía

Camino despejado

En Rafaela, todos gastan a cuenta y ya nadie más habla de fracasos anteriores. El técnico Carlos Trullet dijo en conferencia que “los pollitos se cuentan cuando salen del huevo”, haciendo referencia a que todavía falta un pasito más para volver a Primera. Un hincha de nombre Carlos dijo que le gustaría que el ascenso se dé en Rafaela (la próxima de local es ante Tiro Federal) ya que la primera vez también se había dado en Mendoza, en cancha de San Martín.

Por último, y este dato sí que es importante, anoche se vio un marco espectacular de público y eso tiene que ver con el convencimiento del hincha cremoso, que volvió a cantar “Atlético se va de la B, para nunca más volver...”.