Presentaciones en Agrishow 2011

Brasil tiene lo último en caña y algodón

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De una yema. Con semillas de 4 centímetros se reduce el volumen por hectárea de 15 o 16 toneladas a 1.5 o 2.

Foto: Juan Manuel Fernández

La cosechadora de algodón 7760 de John Deere enfarda la fibra en rollos de 2.500 kilos que quedan en el campo envueltos en un film que los protege de la intemperie. Y la plantadora de caña PP1102 “Green System” se combina con semillas de una yema de Syngenta.

 

Juan Manuel Fernández

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Enviado Especial a Sao Paulo

Son dos desarrollos de punta: uno para la producción de algodón y otro para la caña de azúcar. El primero es una máquina que cambiará la dinámica de la cosecha algodonera. El segundo, un concepto surgido de la alianza de dos gigantes capaz de reducir al mínimo el despliegue de recursos para la siembra del cultivo que cuenta con mayores chances de sustituir a los combustibles fósiles. Agrishow 2011, una de las muestras agropecuarias más importantes de Brasil, fue el lugar donde se presentaron ambos lanzamientos: la “Cotton Picker” 7760, una cosechadora que en lugar de volcar la fibra de algodón en un carro la va dejando enfardada en el campo; y la plantadora de caña “Green System” PP1102, que conjugada con la tecnología Plene de Syngenta, promete reducir a sólo 1.5 toneladas de semilla por hectárea las actuales 15 o 16 que se necesitan para la siembra de caña. En ambos casos (esta es la mala noticia) el desembarco en Argentina no tiene fecha cierta, uno por las trabas aduaneras a la maquinaria importada y el otro por el escaso desarrollo del mercado cañero.

Suave como un fardo

La edición especial para Agrishow de GloboRural, una revista brasileña especializada, la puso en tapa. En medio de un algodonal se ve a la “colhedora” de John Deere haciendo su trabajo y el texto la señala como uno de los principales lanzamientos de la muestra. En el stand de la marca esta auténtica mole verde concentró buena parte de la atención y las consultas de los productores locales.

Eduardo Martini, responsable de grandes cuentas de clientes estratégicos de John Deere para algodón y granos, le explicó a Campolitoral que el principal beneficio de la nueva máquina es la capacidad operacional que tiene en el campo, entre 50 y 60% mayor que una convencional. Trabaja a unos 5 o 6km por hora y con una zafra de 60 días puede levantar entre 1.500 y 1.700 hectáreas “según la condición del clima y la cantidad de días efectivos que dure la cosecha”.

La 7760 trabaja con sistema picker que tira de la fibra —en lugar de arrancarla como en el sistema stripper— y logra mejor calidad. Además, “tiene un diseño que permite sacar mayor cantidad de algodón de la planta”, señaló Martini.

La principal innovación es la de ir enfardando el algodón en rollos (similares a los de alfalfa) en lugar de ir volcándolo en un carro. Los fardos pesan 2.500 kilos y se pueden dejar en el campo ya que salen de la máquina recubiertos por un film que los protege de la intemperie. Para moverlos se puede usar un pinche como si se tratara de un rollo de pasto. Pero además de la practicidad, cuenta con un beneficio sanitario: al no transportarse la fibra a granel no se esparce por los campos controlando la propagación del Picudo del Algodonero.

En Brasil cada cosechadora convencional se complementa con dos vagones y una prensa. “Esta máquina hace todo automatizado”, reitera Martini, por lo que reduce el nivel de costos. Trabaja con un cabezal para 6 surcos, aunque “tenemos una unidad de cosecha con capacidad para trabajar en surco estrecho, pero es otro quit”, explicó el referente.

El director de marketing para América Latina de John Deere, Joao Pontes, afirmó que “para la próxima zafra en Argentina esta misma cosechadora de algodón estará disponible”, pero advirtió que “el problema que hay hoy es con la importación a ese país, porque es una cosechadora fabricada en EE.UU.” (en referencia a las limitaciones a la maquinaria importada). “Tenemos una esperanza (de que se reabra la frontera), pero es difícil fijar una perspectiva porque es un tema más político”, agregó.

caña bien protegida

Ribeirao Preto, donde se realizó Agrishow, es un enclave en el estado de Sao Paulo en el que la producción de café fue desplazada por la siembra de caña de azúcar. Por ello gran parte de la muestra estaba dedicada a este cultivo, del que el gigante sudamericano se vale para la producción de etanol con el que abastece a buena parte del parque automotor nacional.

Lo más visto eran cosechadoras. Sin embargo John Deere y Syngenta presentaron la plantadora PP1102 “Green System” que combina la mecanización de la siembra con “mudas” (semillas) producidas con tecnología Plene, el mismo concepto de “protección total” que en Argentina la multinacional suiza aplica a la soja con el nombre Plenus, incorporando inoculante, fungicida, insecticida y nematicida. “Es una tecnología innovadora de siembra de caña de yema única”, precisó Leandro Amaral, gerente de márketing de tecnología Plene de Syngenta, y agregó que en lugar de plantar un pedazo de caña de 40 centímetros se usa uno de sólo 4. Además de la protección sanitaria, la principal ventaja es que “mientras las tecnología corrientes demandan entre 16 y 18 toneladas de caña para sembrar una hectárea, con la Plene se necesitan 1.5 a 2 toneladas”.

A su vez, el ejecutivo comentó que “la gente cuando lo compara con un cultivo corriente dice que el uso de esta tecnología reduce un 10% de costos frente al planteo convencional”. Es porque se necesiten máquina más chicas y menos mano de obra, lo que deriva en “una simplificación de todo el proceso de siembra”.

Carlos Newton Graminha, gerente de cuentas estratégicas de caña para Sudamérica de John Deere, explicó que la máquina trabaja acoplada a un tractor de 180hp con capacidad hidráulica de 6 toneladas y tiene un sistema hidráulico para que copie las irregularidades del suelo, mientras otras dos ruedas cumplen con el control de profundidad y la movilidad. Como se trata de un lanzamiento, recién se inician los primeros cultivos comerciales y las perspectivas son buenas. Hasta junio tienen encargadas la fabricación de 20 máquinas y desde octubre en adelante otras 100. “Hay contratos que se están cerrando; hay un gran interés del mercado y más demanda que oferta, por lo que no tenemos producto para tantos clientes”, explicó.

Para que esté disponible en Argentina, Newton Graminha consideró que primero “Syngenta tendrá que producir la semilla allá, porque tienen un tiempo de vida de sólo 6 días”. Por ello, el objetivo es que las siembras se realicen en un radio de 200km del lugar de producción de las “mudas”.

Amaral contó que para el próximo quinquenio tienen pedidos de semilla por más de u$s300 millones y que Argentina está contemplada en la estrategia global de la compañía (incluso presentaron la tecnología Plene a fines de abril en Salta). Sin embargo, aclaró que por el momento la prioridad es “desenvolver y consolidar esta tecnología en Brasil para de ahí poder expandirla en otros países”.

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La gran atracción. Entusiastas, los algodoneros brasileños consultaron y analizaron en detalle la “colhedora”.

Foto: Juan Manuel Fernández

Otra ventaja del fardo de algodón es que al no transportarse la fibra a granel no se esparce por los campos, controlando así la propagación del Picudo del Algodonero.