En el primer clásico de la temporada

Santa Fe, entre méritos compartidos

César Miño

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Con una oportuna reacción en el último tramo del complemento y un drop acertado sobre el mismísimo epílogo, Santa Fe Rugby Club logró imponerse ante el Club Universitario de Santa Fe por 23 a 21, adjudicándose el primer derby del año y asegurándose la participación en la futura zona Campeonato del Regional del Litoral 2011, cuando aún resta una fecha para concluir la instancia clasificatoria.

A la hora de intentar definir si el impecable acierto del apertura -que ayer jugó de centro- Pedro Benet colocó o no justicia en el marcador, la respuesta es muy difícil de precisar. Quizás, lo más oportuno sea expresar que ambos acumularon méritos como para apoderarse del festejo final, aunque en diferentes proporciones.

Predominio visitante

No tuvieron que transcurrir demasiados minutos para quedar en evidencia que Universitario no sólo estaba seguro de la manera en la que debía afrontar el partido, sino fundamentalmente que poseía los atributos necesarios para hacerlo.

Por ende, no extrañó demasiado que en casi la mitad de la etapa inicial prevaleciera desde el punto de vista territorial y también en el marcador (8 a 3), tras haber apoyado un ensayo y acertado un drop.

De allí en más, hubo cierto equilibrio, ya que Santa Fe RC logró construir algunos movimientos que, por lo menos, le permitieron mantener un mayor control de la pelota. Sin embargo, una y otra vez sus intentos se encontraron con la barrera cuasi infranqueable que representó la ordenada, eficaz y profunda defensa de su clásico adversario.

La excepción tuvo lugar en el minuto 22, cuando a partir del primer line-out robado por los forwards, la precisión de los medios permitieron que la conocida capacidad ofensiva de Leandro Moleón culminara con el único ensayo local de la etapa inicial.

Pese a todo, el elenco visitante lucía una admirable serenidad, surgida quizás no sólo de la convicción en sus propias fuerzas, sino también del cumplimiento irrestricto de una planificación adecuada para la ocasión.

El 16 a 8 del parcial no hizo más que premiar al equipo que impuso condiciones en la etapa inicial, en base a argumentos perfectamente identificables: defensa granítica, entereza colectiva e individual y convicción en sus propias fuerzas.

Esta especie de “sensación-realidad” permaneció hasta casi promediar el complemento, lo que -entre otras cosas- permitió que el marcador se extendiera a un 21 a 8 que, hasta ese momento, lució absolutamente merecido.

La reacción local

Pese a lo descripto precedentemente, con más actitudes que aptitudes, Santa Fe Rugby Club comenzó a insinuar una recuperación que con el correr de los minutos cobró mayor dimensión, transformándose en una reacción merecedora del mejor de los elogios.

Con una obtención mejorada (muy buen line-out y solvente scrum), el multicampeón santafesino fue hallando los espacios que hicieron posible que su accionar encontrase el timing y la precisión necesarios como para comenzar a desarticular la defensa adversaria.

Dos conquistas consecutivas, aunque distanciadas por varios minutos, refrendaron la variante en el desarrollo, pero fundamentalmente acotaron la diferencia a un solo punto: 21 a 20. Hasta que en el minuto cuarenta, llegó el aludido kick de sobrepique que sirvió para comenzar a elaborar un festejo que pocos minutos atrás lucía bastante improbable.

El cúmulo de méritos del ganador se extendió en los casi cinco minutos de descuento otorgados correctamente por el referee Traverso, lapso en el cual Universitario manejó la pelota en una sucesión de movimientos tendientes a aproximarla hacia la meta adversaria, en busca del kick -o bien el try- que le devolviera la posibilidad de acceder a una victoria, que no le hubiese quedado nada mal al intenso partido.