Monumentos emblemáticos

General Manuel Belgrano, grandes homenajes

 

Tres expresiones de la arquitectura y la escultura se emplazan en el territorio nacional. Dos de ellas están ubicadas en el interior del país y otra en la Capital Federal.

General Manuel  Belgrano, grandes homenajes

Monumento a Belgrano, bronce ubicado en la Plaza de Mayo de la Capital Federal.

Foto: Archivo El Litoral

 

Nanzi Sobrero de Vallejo

En fechas significativas referidas a la vida y obra del creador de nuestra bandera volvemos la mirada a los tributos que el país rinde a sus héroes y en especial a nuestro prócer nacional.

Podemos considerar grandes homenajes a tres expresiones arquitectónico-escultóricas ubicadas en nuestro territorio. Dos de ellas ubicados en el interior del país, el monumento a la batalla de Salta y a la creación de la bandera nacional. En la capital de la república se destaca el homenaje funerario ubicado frente a la iglesia de Santo Domingo en la avenida que lleva el nombre del General.

El Monumento 20 de febrero en Salta Las primeras iniciativas

En el año 1899 el gobierno de la provincia de Salta estudiaba la posibilidad de levantar un monumento evocativo al triunfo del General en el territorio, precisamente en el Campo de Castañares lugar físico donde tuvo lugar la contienda y que significó un eslabón glorioso para la historia argentina.

Una comisión especial fue la encargada de promover la concreción de la obra, nombrada por decreto del gobierno de Salta del 15 de mayo de 1899 constituida por reconocidas figuras como el vicario general de la Diócesis Don Julián Toscano y el intendente municipal Dr. Manuel Anzoátegui entre otras personalidades que estaban facultados por la norma legal para determinar, resolver sobre el concurso de planos, proveer los fondos necesarios por suscripción y gestión de los destinados con ese objeto por el gobierno nacional.

El Campo de Castañares, lugar de la construcción fue llamado popularmente “Campo de la Cruz”, dado que después de la contienda de 1813, el General Belgrano, ferviente católico, hizo colocar una cruz para recordar cristianamente a los criollos y españoles caídos en la contienda. Precisamente el monumento se levanta “en un ángulo del sitio que ocupa la fosa común de los soldados caídos en combate”.

Dicho símbolo fue restaurado por el gobernador Pablo Latorre en 1834 “sirviendo de centinela y de sudario a las cenizas de las nobles víctimas”. Actualmente la cruz reconstituida se exhibe en estuche de cristal en la Catedral de Salta desde el 13 de agosto de 1899 donde fue bendecida solemnemente por monseñor Toscano.

Más tarde dicho lugar tomó el nombre de “Parque 20 de febrero” como se lo conoce en la actualidad.

El 15 de noviembre de 1900 la comisión puso a consideración de las autoridades el plano del “Parque 20 de Febrero” obsequio del senador Francisco Uriburu y confeccionado por el Sr. Carlos Thays, director de Jardines y Paseos de la Capital Federal, plano que fue aprobado unánimemente.

“Se ha necesitado un verdadero esfuerzo para procurar los primeros fondos. Los primeros llegaron de suscripciones, de la contribución del gobierno provincial y de la Municipalidad entregadas por fracciones...”.

“...el 4 de junio de 1884 el Congreso autorizó al gobierno de la nación para invertir de rentas generales la suma de veinte mil pesos para la erección de este monumento”. “Diversas instituciones organizaron rifas, bazares y kermeses para recaudar fondos” según recopilación de César Perdiguero en el diario El Tribuno de Salta del 20 de febrero de 1983.

La ejecución de la obra

Para la concreción de la obra se llamó a concurso público. De los siete proyectos presentados, dos de ellos procedentes de Europa, se elige el del escultor español Torcuato Tasso por considerar que dicho artista fue quien mejor interpretó los hechos de 1813.

El 28 de febrero de 1901 se adoptó formalmente el proyecto, colocándose la piedra fundamental el 25 de mayo del mismo año. El hecho repercute en la población que recibe entusiasta la iniciativa y motiva entre otros hechos la edición de una revista, número único, responsabilidad de los señores Casiano Hoyos y Luis Peralta.

En la misma se incluyen narraciones sobre los hechos militares de la época, particularidades de la construcción del monumento y pensamientos de hombres ilustres a más de un retrato a pluma de Belgrano, obra del escultor Francisco Caferatta.

No faltaron las colaboraciones literarias, como la breve y significativa de Carlos Guido Spano

“Belgrano

Para honrar la memoria de un grande hombre

La mejor inscripción: su ilustre nombre”.

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Monumento 20 de febrero, ubicado en Salta, realizado por Torcuato Tasso en 1913. En este ángulo el Gral. Belgrano lleva la bandera.

Fotos: Gentileza de la autora.

Características del monumento

El conjunto se yergue ostensiblemente en sus veinticuatro metros de altura, desde la base hasta el brazo levantado de la estatua de la libertad, cúspide del mismo.

Lo conforman tres cuerpos a los que se accede por amplias escalinatas. Antes de llegar al segundo cuerpo una especie de terraza destaca en sus cuatro esquinas la figura del cóndor, representativa de las gestas libradas en los Andes.

En el estadio siguiente, sus cuatro caras albergan importantes relieves que narran los episodios más importantes del histórico acontecimiento. Uno de ellos “la Capitulación” muestra el histórico abrazo de Belgrano con el jefe realista Pío Tristán y fue inspirado de una pintura al óleo concretado alrededor de 1876 por el pintor francés Ernesto Charton.

Sobre este sector se apoya la parte más significativa del homenaje. En cada esquina se plantan las figuras escultóricas de Belgrano, Dorrego, Díaz Vélez y Zelaya. Cada uno de ellos personifica la Justicia, La Fortaleza, la Prudencia y la Templanza.

Nuestro prócer porta la bandera por él creada y una cruz similar a la que hizo colocar en el Campo de Castañares sobre la fosa que alojó a vencedores y vencidos.

Corona el conjunto la estatua de la libertad que en actitud gloriosa eleva los laureles de la victoria. Hay grandiosidad en la composición y una rigurosa simetría alivianada por las figuras de los próceres que en distintas posiciones portan elementos distintivos de sus hazañas.

Remata el conjunto la figura de la libertad que con los pliegues en movimiento de su ropaje y posición armónica de sus extremidades logra trasmitir la sensación de elevación y triunfo.

La parquización que rodea al conjunto obra del ya mencionado Thays le otorga adecuado marco que contribuye a su apreciación y agrega armonía y belleza al amplio espacio. Se inauguró el 25 de mayo de 1913 en el centenario de la contienda.

No se han concretado otros homenajes de magnitud luego de la inauguración en Rosario del Monumento Nacional a la Bandera en 1950. Es de destacar que en el año 1995 la Municipalidad de Rosario llamó a concurso para la prolongación del Patio Cívico, conjunto que quedó comprendido entre las calles Buenos Aires, Belgrano, Santa Fe y Córdoba. Un gran espejo de agua se une al cuerpo monumental del Arq. Ángel Guido por un puente. Allí estratégicamente están ubicadas algunas de las esculturas que la artista Lola Mora había concebido en Italia a principios del 1900 para un monumento a la bandera a construirse en el centenario de la patria y que por avatares políticos y personales erraron durante setenta años, hoy justo final para gloria del prócer y para esta artista que dejó en el país testimonio de su talento y oficio.

/ Los cuatro relieves del monumento en Salta, en sus cuatro caras.

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Fotos: Gentileza de la autora.