EN EL HISTÓRICO

Santa Fe la Vieja, recorridos e historias

Continuando el ciclo “Miércoles con historia e imágenes en el museo”, mañana a las 18 se proyectará material relativo a Santa Fe la Vieja, su historia y los diversos testimonios existentes que puede apreciar el visitante, el investigador, el docente y el estudiante.

Santa Fe fue fundada en 1573, 80 km al noreste de su actual ubicación (en un sitio muy próximo a la localidad de Cayastá), en la etapa de consolidación efectiva de la conquista y colonización española.

Se trató de una ciudad planificada y urbanizada, en la que Juan de Garay hizo reparto de solares, estableciendo donde debía estar ubicado el cabildo, las iglesias, las viviendas de particulares, las chacras y estancias. Vivieron allí criollos, indios, negros, portugueses y españoles. La singularidad y complejidades de la trama institucional y social y el interés especial de las vivencias colectivas en aquellos orígenes pueden apreciarse de diversos modos en los testimonios que hoy se conservan, motivo por el cual es uno de los sitios patrimoniales de mayor interés en el país y en América Latina.

Tras su traslado al nuevo emplazamiento hacia 1660, pasaron los siglos; en zona próxima próxima se radicó una reducción en el siglo XVIII, y luego el pueblo colonia de Cayastá en el siglo XIX. Recién hacia mediados del siglo XX las investigaciones permitieron poner a la luz los vestigios de la vieja ciudad.

Verificación

En 1949 Agustín Zapata Gollán, director del Departamento de Estudios Etnográficos y Coloniales, inició las excavaciones en el sitio donde el gobernador Mosca había rendido homenaje al fundador Juan de Garay, justamente en el lugar de la iglesia y el claustro de San Francisco.

El 28 de agosto de 1949 miembros de la Academia Nacional de la Historia, y de la Junta Provincial de Estudios Históricos de Santa Fe visitaron las excavaciones y pudieron verificar que los vestigios correspondían a Santa Fe la Vieja. Las excavaciones de Zapata Gollán continuaron durante varios años hasta poner al descubierto las ruinas de tres iglesias (San Francisco, Santo Domingo y La Merced), el Cabildo y un gran número de viviendas principales, además de innumerables testimonios de la vida cotidiana de los pobladores del siglo XVII y los restos humanos de los fieles que, de acuerdo a las prácticas funerarias de la época, habían sido sepultados en los recintos de las iglesias.

En 1957 el sitio fue declarado Monumento Histórico Nacional.