Positivo balance del Programa Bicentenario de Inclusión Educativa

Rafaela: sólo 10 chicos carecientes dejaron sus estudios secundarios

Gracias a esta propuesta que desde 2010 se desarrolla en la ciudad cabecera del departamento Castellanos, no se registra una importante deserción escolar de niños en riesgo social. Pretenden darles conocimientos y habilidades para su futura incorporación al mundo laboral.

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Este apoyo se brinda fundamentalmente a alumnos del 1º año de la secundaria, incluidos repitentes y algunos jóvenes que siguen necesitando ayuda en 2º. Foto: Agencia Rafaela

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Desde 2010, se desarrolla en Rafaela esta iniciativa que tiene como objetivo el de garantizar que todos los jóvenes de la ciudad, especialmente, aquellos que pertenecen a sectores en riesgo social, accedan y permanezcan con éxito en el sistema educativo secundario. Esto favorece su integración en la comunidad y los dota de conocimientos y habilidades necesarios para su futura incorporación al mundo del trabajo.

La primera edición del programa tuvo muy buenos resultados, pues sólo una decena de chicos decidió dejar sus estudios a pesar del esfuerzo de tutores y profesores, y muchos de ellos promocionaron a segundo año.

Se trata de una sistemática tarea que se inspira en el principio de obligatoriedad del secundario establecido por los Ministerios de Educación de la Nación y de la Provincia. Esta labor acompaña el esfuerzo de las instituciones educativas de la ciudad, focalizándose en las escuelas primarias de los barrios más vulnerables, donde es mayor el riesgo de que los niños no se inscriban al secundario.

Hacia octubre de cada año, equipos profesionales de las áreas de Desarrollo Social y Educación realizan un cuidadoso seguimiento de los alumnos de los séptimos grados de 13 escuelas locales para detectar los casos de jóvenes que, por problemáticas sociales o económicas, han decidido no continuar sus estudios de educación secundaria.

Una vez detectados los casos desde las escuelas, se procede a realizar entrevistas con sus familias, a quienes se les informa y concientiza sobre la importancia de mantener a sus hijos en el sistema escolar. A partir de ese momento, se monitorea la inscripción de los chicos en el primer año de secundaria, combinándose esfuerzos para lograrlo.

Iniciado el ciclo lectivo, comienza el seguimiento de los alumnos, que se materializa en el Plan de Tutorías Educativas para acompañarlos desde el aspecto pedagógico y cognitivo; la orientación moral y afectiva y un acompañamiento en todas las búsquedas y procesos de su vida. Además, contempla la entrega de una partida especial de becas de ayuda económica.

Este apoyo se brinda fundamentalmente a alumnos del primer año de la secundaria, incluidos repitentes y algunos jóvenes que siguen necesitando ayuda en segundo. Se eligió esta franja educativa porque, tanto las estadísticas como la evidencia empírica la señalan como un período crítico para los chicos, de adaptación a un nuevo sistema; y, fundamentalmente, porque en el paso de un ciclo educativo a otro se observan diferencias notables en los métodos y contenidos, nunca cubiertas por el Ministerio.

Los tutores se dividen por zona y, en cada lugar, se convierten en el nexo directo entre los chicos, las familias y la escuela. Hay 5 tutores y, de cada uno de ellos, dependen 6 profesores de diferentes disciplinas escolares: Matemática, Lengua, Ciencias Sociales, Ciencias Naturales e Inglés, las materias principales y, generalmente, las más problemáticas. También se dictan talleres de artes plásticas, deportes y juegos.

Este año, en la evaluación de los alumnos de primaria seleccionados para el Programa de Inclusión, se detectaron casos donde las dificultades de conducta, aprendizaje y los conflictos socio-familiares, inducen a anticipar problemas en la adaptación del adolescente a la escuela secundaria.

Muy buenos resultados

La primera edición del programa tuvo muy buenos resultados, pues sólo una decena de chicos decidió dejar sus estudios a pesar del esfuerzo de tutores y profesores, y muchos de ellos, promocionaron a segundo año.

Pese a ser escaso el número de abandono, hoy estos chicos están participando de una experiencia piloto, como alumnos del Centro Municipal de Oficios Cruzando Fronteras. Esto es producto del reconocimiento del estado municipal de que estos chicos, por sus características especiales, tienen necesidades especiales de aprendizaje y de atención de parte del adulto, que el estado debe contemplar y cubrir.